Un año con el Teatro Principal cerrado
Mientras aparecen algunas sorpresas en las obras, la reforma del edificio siguen su curso cuando se cumplen doce meses desde la última función realizada en él
Fue con Nunca he estado en Dublín. El último día de las fiestas de La Blanca de 2024 no solo supuso decir adiós a Celedón. Pocas horas antes de que él subiese de nuevo a la torre de San Miguel, el centenario Teatro Principal bajó su telón por última vez. La representación fue especial en muchos sentidos. El público, de hecho, era muy consciente de ello y minutos antes de que comenzase la obra protagonizada por Iñigo Aranburu, Iñigo Azpitarte, Mireia Gabilondo y Aitziber Garmendia, fueron unos cuantos los espectadores que se dedicaron a sacar fotografías del edificio con sus móviles. Las últimas instantáneas de un lugar esencial para la capital alavesa que no va a tener el mismo aspecto nunca más.
Al poco de esa jornada tan singular, empezó a correr el reloj para lo que, si todo va como está planeado, será la reinauguración del teatro en 2027. Eso sí, ya han aparecido los primeros inconvenientes en forma de muro inesperado y se está a la espera de ver cómo puede llegar a afectar a los trabajos que se vienen realizando ya. Se trata de una estructura con la que nadie contaba y que ha salido a la luz cuando se estaba levantando el suelo del patio de butacas. Los expertos dirán. Lo cierto es que la noticia se conoció el pasado 17 de julio y todavía se está a la espera de saber más detalles.
Además, también en julio se ha adquirido un espacio adscrito al edificio Ópera inserto dentro de la parcela del Principal. Se trata de un área ubicada en el falso techo del pasillo del segundo anfiteatro y con acceso mediante una escalera de caracol.
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El traslado
Fue terminar Nunca he estado en Dublín y comenzar primero a desalojar todo el material de trabajo de quienes conforman la Red Municipal de Teatros de Gasteiz, que llevan ya un año de exilio forzoso, y lo que les queda por delante. Lejos de su habitual casa, durante este año se han llevado ya a cabo un Festival Internacional de Teatro y las temporadas de invierno y primavera-verano, aunque su agenda laboral es ahora diferente.
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Un claro ejemplo se ha vivido estas fiestas de La Blanca recién terminadas. Solo ha habido representaciones, además del mismo espectáculo, dos días, ambos en el Félix Petite (centro cívico Ibaiondo) y con el cartel de completo en la puerta. También las temporadas de abono de Euskadiko Orkestra y de la Banda Municipal de Música de Vitoria se han ido fuera de sus dominios, al Conservatorio Jesús Guridi y al Europa, respectivamente. Igual que pasa con eventos especiales como Magialdia, por ejemplo.
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De cara al público, aunque a día de hoy sigue habiendo dudas entre quienes no son habituales, la taquilla central de la Red está instalada en la Oficina de Turismo. A partir de ahí, el Félix Petite –con unos camerinos provisionales colocados el pasado abril– se ha convertido en el punto de referencia de las distintas programaciones, sin perder de vista al Jesús Ibáñez de Matauco (centro cívico Hegoalde) y, en menor medida, al Federico García Lorca (centro cívico Lakua).
Eso también ha alterado un tanto la vida del vecindario de Ibaiondo. Cuando hay función –y se suelen llenar casi todas–, el tráfico y los problemas de aparcamiento crecen, así como el uso del tranvía. Parece que, de momento, el público está respondiendo bastante bien al cambio, aunque es evidente que la capital alavesa ha quedado fuera de la agenda de no pocos espectáculos al ser, también desde un punto de vista económico, imposible traerlos.
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Vacío por dentro
Mientras tanto, el Principal se ha seguido quedando vacío por dentro. Se sigue en la fase de excavación y demolición. Para construir, antes toca dejarlo todo en el esqueleto. La teoría dice que la obra en su conjunto deberá durar 30 meses, con un presupuesto que supera los once millones de euros.
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A lo largo de 2026 se procederá a la restauración del edificio y a conformar los nuevos espacios y la imagen del teatro, para en 2027 proceder a concluir su equipamiento escénico para ponerse a funcionar. Eso sí, las dimensiones del escenario seguirán siendo las mismas, por lo que la capital alavesa seguirá careciendo de unas tablas con espacio para acoger determinado tipo de producciones.