Sea en el Farolón, en la terraza de un bar como el Dublín, al resguardo de las instalaciones de un hotel como el Ciudad de Vitoria... cualquier escenario puede ser propicio para dejarse atrapar por la música en directo. Una clara demostración de ello es cada edición del Festival de Jazz, son muchos los locales que se suman al certamen en estas jornadas ofreciendo propuestas para públicos muy diversos. La capital alavesa resuena y lo hace, sobre todo, contando con muchos músicos alaveses pero también invitando a intérpretes llegados desde otros lugares.
La tarde, y en ocasiones el mediodía, se ha convertido en el momento preferido para proponer estas actuaciones. La madrugada, tan importante y demandada en otros tiempos, ha quedado a un lado. Solo algunos oasis permanecen. Es el caso del Ciudad de Vitoria, donde, además de poder disfrutar de Luca Filastro y su trío, puede haber una jam session.
Más allá de esta y alguna otra excepción, a partir de las siete de la tarde se concentra la mayor oferta, siempre gratuita y a la que se acerca gente muy diferente, también, no hay que negarlo, público que jamás va a pisar los conciertos de la parte oficial del certamen. Aunque también hay quien tras vivir estos conciertos y ver que el jazz no se come a nadie y que tiene caras muy diversas, se anima a ir un día a Mendizorroza o al Europa.
Cuando de manera oficial termine el evento, concluirán también buena parte de estas programaciones, aunque el domingo todavía se podrán disfrutar de las últimas actuaciones. Eso sin perder de vista que Vitoria mantiene a lo largo del año diferentes ciclos y conciertos. Solo hay que dejarse llevar.