Su faz escénica se pondrá en marcha el fin de semana. Su parte expositiva levantará el simbólico telón este mismo miércoles. Arkabia nace en el centro de la capital alavesa y, como sucede en todo arranque, el ir y venir para poner a punto los últimos detalles es una constante dentro de las instalaciones ubicada en la plaza de los Fueros. Encrucijada es la primera muestra que va a poder ver el público, una propuesta sobre algunos de los parámetros que podrían definir lo alavés.
Pasado, presente y futuro buscan dibujar en esta producción una identidad que, sirviéndose del tópico de los patateros y las patateras, se ejemplifica visualmente en este tubérculo. Todo ello partiendo del planteamiento de que saber lo que se ha sido y lo que se es en estos momentos son los pilares fundamentales para imaginar el futuro.
La exposición en torno a la identidad de Álava como territorio se podrá visitar en el nuevo espacio hasta el próximo 17 de mayo
Es la invitación que se realiza hasta el 17 de mayo en las nuevas instalaciones de Fundación Vital, donde además se va a organizar un programa específico de visitas guiadas. Para tomar parte, es necesario inscribirse de manera previa en la página web del nuevo espacio. Además, durante la época navideña, habrá visitas comentadas casi todos los días en diferentes horarios, una propuesta que después del 11 de enero se mantendrá, pero solo los miércoles, sábados y domingos.
En tres partes
Como es evidente, en una mirada genérica a cualquier cuestión siempre se pierden detalles, se dejan algunas cosas en el tintero y se caen algunos olvidos importantes. A Encrucijada le pasa también. Pero la exposición tampoco pretende ser una tesis sobre Álava, sino una invitación a adentrarse en las tres partes que configuran la muestra, respondiendo también a esa idea de ayer, hoy y mañana.
Desde el préstamo de obras de museos y fundaciones hasta el uso de inteligencia artificial, la muestra se sirve de diferentes herramientas
Se empieza por dibujar el territorio a través de lo que consideran rutas definitorias del territorio, como la calzada romana, el Camino de Santiago o el Anillo Verde. Aquí, además, se incluye la exposición de obras pertenecientes a museos como el Bibat y el de Arte Sacro o la Fundación Valle Salado.
En la siguiente parte, sirviéndose de la inteligencia artificial, se da voz a diferentes personas de la sociedad alavesa de diferentes siglos. Ahí están Juan Pérez de Lazarraga, Ernestina de Champourcín, Simón de Anda, Jesús Guridi, Micaela Portilla y... Ella Fitzgerald, aunque esto último no tenga ningún sentido.
El recorrido se cierra con la mirada al futuro, a los diferentes escenarios que se abren ante Álava, lanzando distintos apuntes sobre cuestiones que tienen que ver con el medio rural, la tecnología y la industria de vanguardia, la educación como medio para la integración, el medio ambiente, y la cultura, aunque el espacio reservado en este punto podría haberse desarrollado y completado bastante más.
Como explica Miguel Ángel Delgado, comisario del proyecto, a la salida de la exposición, toda aquella persona que quiera participar, podrá dejar su visión. Una instalación ofrecerá una lectura en tiempo real de las impresiones que se obtengan. Este aspira a ser uno de los legados más importantes de Encrucijada.