Las noticias se agolpan. En un par de semanas, una de sus nuevas películas se va a estrenar en el Festival de Málaga. De hecho, La deuda, de David Guzmán, es uno de los filmes más esperados dentro de la programación del certamen. Pero a la actriz gasteiztarra se le acumulan los días señalados en rojo dentro de su particular agenda profesional. En ese mismo marco se va a poner de largo Todo lo que no sé, de Ana Lambarri, en la que Susana Abaitua lidera el reparto. Eso sin perder de vista la llegada de Un fantasma en la batalla (Agustín Díaz Yanes). Claro que entre tanta pantalla, este mismo viernes, ella vuelve al teatro casi diez años después. Lo hace para estrenar en Madrid el montaje Nerium Park.
En la sala Max Aub de Nave 10 Matadero, Abaitua va a reencontrarse con la actuación en directo, con la respiración del público, con el vértigo del momento. En principio, está previsto que la producción permanezca en este escenario hasta el 23 de marzo. Sobre las tablas madrileñas, la actriz va a compartir miradas con Félix Gómez, con quien da vida a esta creación de Josep Maria Miró dirigida para la ocasión por Jorge Gonzalo.
Una urbanización con piscina
Es Nerium Park una apuesta segura. Este thriller social ha sido traducido a varios idiomas y estrenado en más de una decena de países. La mirada se centra en Carlos y Marta, dos jóvenes con un futuro prometedor, que se acaban de mudar a una urbanización solitaria a más de media hora de la gran ciudad. A pesar de que transcurren los meses, nunca llegan los ansiados vecinos.
Los dos protagonistas se dan cuenta de que se han convertido en los únicos residentes de una urbanización con piscina. Los problemas laborales de Carlos y una inesperada presencia, casi fantasmal, multiplican los desencuentros de la pareja. Marta comienza a pensar que están pagando un precio demasiado alto por comenzar una vida lejos de la ciudad. Se construye así un retrato de la generación criada bajo la ideología el pelotazo urbanístico y la descripción de la superficialidad de las relaciones humanas.
Es “una obra de construcción milimétrica, repleta de matices, imágenes y silencios, que incomoda y atrae por igual”, explican desde Nave 10 Matadero. “En Nerium Park, Miró pone su escritura al servicio de un thriller hiperrealista que relaciona la crisis de una pareja con la de un sistema económico. A través de doce escenas −cada una correspondiente a un mes del año−, observamos como voyeurs la disección de un mundo que colapsa sobre sí mismo. La esperanza de futuro de las nuevas generaciones como un caramelo envenenado que nos arrastra al aislamiento y la autodestrucción”.
Es la aventura en la que ahora se adentra Abaitua, que, aunque está triunfando en cine y televisión, ha decidido volver al teatro, recuperando aquellos inicios interpretativos junto a Iker Ortiz de Zárate y Ortzai.