Lo que no se nombra, no existe. Por eso es imprescindible hablar de Juncal Ballestín. Y de Isabel Azkarate, Mari Puri Herrero, Malús Arbide, Mari Paz Jiménez Escudero, Esther Ferrer... Ellas están siendo protagonistas del proyecto que Rocío Bueno está desarrollando estos meses en la capital alavesa, Tú, yo, ellas, nosotras. Una propuesta que toma el relevo a una primera experiencia llevada a cabo en Madrid y que, como en aquel caso, la creadora está realizando en colaboración con otras artistas.

En concreto, son doce las fotógrafas que, tras responder a una convocatoria de la Sociedad Fotográfica Alavesa, están tomando parte en este proyecto de investigación y creación artística. La idea pasa por dar luz a la biografía y la obra de creadoras del siglo XX que han trabajado en distintas disciplinas. “El público en general no sabe quién es Esther Ferrer pero sí Antonio López” y ante esa realidad es necesario reaccionar.

"Artium tiene unos fondos de obras de mujeres muy interesantes. De los museos en los que he estado, es donde más obra de mujeres me he encontrado”

El objetivo es, por un lado, “crear conciencia sobre el hecho de que hay una parte de la Historia que no está suficientemente contada y con la profundidad necesaria”, apunta Bueno. Además, se pretende “despertar la curiosidad por las mujeres de las que hablamos, que se conozcan. Es poner en valor sus trabajos como representantes de toda una genealogía de mujeres para que a la gente le entren ganas de saber más”.

Así quedará patente en una exposición que se abrirá en la última parte del año en la capital alavesa, una muestra que vendrá acompañada por la edición también de una publicación. Será el último paso de una labor que, más allá del trabajo online, este pasado fin de semana ha vivido un momento importante con el taller que Bueno y sus compañeras en esta aventura han desarrollado en Gasteiz.

Las dificultades

Reconoce Bueno que “no es nada fácil encontrar información” en torno a muchas de estas mujeres “porque hasta ahora no se ha hecho casi nada”. En este sentido, recuerda que “los historiadores y las historiadoras no les han dedicado a ellas la atención que sí han puesto en nuestros colegas”. Ante ese escenario, hay que proponer respuestas. 

De la mano de la Sociedad Fotográfica Alavesa, Rocío Bueno está colaborando con una docena de artistas locales en esta iniciativa

“Hoy estamos muchas en lo mismo, en este camino de puesta en valor de las que nos han precedido. Y por eso sí escuchas eso de ya están estas otra vez... Lo que hacemos dejará de cansar a algunos cuando ya no haya necesidad de hacerlo”. Pero, como es evidente, se está muy lejos de ese momento. De ahí esta segunda parte del proyecto, que está siendo posible a raíz de la invitación realizada por la Sociedad Fotográfica Alavesa. 

En su sede se ha desarrollado este fin de semana el mencionado taller, una visita a la capital alavesa que para Bueno también ha pasado por otros espacios de la ciudad como Artium. “Este museo tienen unos fondos de obras de mujeres muy interesantes. De los museos en los que he estado, es donde más obra de mujeres me he encontrado y es una auténtica maravilla”.

Referentes para crecer

El proyecto que se está gestando desde aquí tiene su origen en dos mujeres cercanas: la madre de la fotógrafa, y la poeta y dramaturga Edna St. Vincent Millay. “Todo mi trabajo fotográfico gira en torno a la búsqueda de referentes femeninos que me hagan crecer”, describe.

Una exposición que se verá en Vitoria en el último tramo de este año y una publicación pondrán el broche a la labor realizada

En esa senda, apareció la figura de la Pulitzer de Poesía. “Mi madre solía guardar recortes de prensa en los libros”. Entre ellos estaba uno sobre  Edna St. Vincent Millay. “Mi hermana, que es dramaturga y actriz, hizo una obra de teatro en torno a ella y yo ayudé con la cartelería. Me estaba construyendo como creadora audiovisual y encontrarme con ella fue hacerlo con un referente muy potente en el que mirarme. Empecé a investigarla y realicé un diálogo entre su poesía y mi fotografía. Pero decidí que no quería hacerlo sola, que quería sumar a más fotógrafas”. 

Rocío Bueno en el exterior de Artium Pilar Barco

Es la misma filosofía que ahora está desarrollando en la capital alavesa. “Sigo buscando referentes. Por eso también empecé a estudiar Historia del Arte a través de la UNED. Pero en los libros no están ellas. “En 2024, las mujeres del arte siguen sin estar en los libros, en las universidades”.

Así, en Tú, yo, ellas, nosotras, Bueno une “la necesidad personal de encontrar referentes con los que construirme como creadora” con el hecho de responder a una “carencia social” evidente. Un proyecto que podría ser infinito teniendo en cuenta los nombres de mujeres creadoras que no se pronuncian. “No sé si esto tiene principio y final. De momento, convive conmigo”.