Poco a poco va completando la mudanza al despacho de Villa Suso, pero Sonia Díaz de Corcuera (EAJ-PNV) reconoce que todavía no ha tenido tiempo de parar un momento y pensar en una foto o un cuadro que rompan el blanco recién pintado de unas paredes que ahora aparecen vacías. Otra cosa es la mesa de la concejala de Cultura y Educación. Ahí no faltan papeles, apuntes, llamadas...
Cuando acabe la legislatura, ¿qué le gustaría haber aportado o sumado a la ciudad?
–El primer objetivo es cumplir la palabra dada, los compromisos que expliqué en la comparecencia del pasado de septiembre. En política, en ocasiones la población desconfía porque no siempre se cumple con lo que se dice. Mi marca, que es también la de mi partido, es cumplir con los compromisos adquiridos.
Pero concretemos algunos de ellos...
–Hemos llegado a este departamento de Cultura y Educación en un contexto determinado, y lo primero que hemos hecho es analizarlo. No podemos ser ajenas a las grandes transformaciones a las que estamos siendo sometidas las personas que conformamos esta sociedad. Hemos pasado una pandemia, hemos vivido tensionados durante tres años y hemos transcurrido por una experiencia que nos ha generado incertidumbre y miedo. Hemos estado sometidos a restricciones muy importantes que han afectado a nuestra vida y nuestras relaciones sociales y laborales. Eso ha dejado una huella. Hemos salido de la pandemia y lo hemos hecho diferentes. Nuestra manera de planificar, de pensar, de mirar hacia el futuro se ha modificado. Por lo tanto, a la hora de planificar y pensar Cultura tenemos que adecuarnos al contexto.
"Quienes nos dicen que Vitoria es aburrida, que no tiene vida, que está en declive... es porque no viven, no vibran, no van al ritmo de toda la actividad que hay en esta ciudad"
¿Eso a qué obliga?
–A revisar lo que ya hacemos y repensar los programas que están en marcha. No quiero decir que no estén funcionando, pero siempre hay margen para adecuarlos al contexto que tenemos. Toda vez que entendemos esto, lo primero que vamos a hacer es un Plan Estratégico. El anterior expiró en 2021 y, por supuesto, desde entonces se ha seguido trabajando. En este departamento hay un equipo que sabe de lo que habla y eso es una suerte que tengo como concejala de Cultura y que también tiene la ciudad. Pero es necesario ese plan, que irá de 2024 a 2028, para que no haya un vacío cuando empiece la próxima legislatura. Lo que queremos con él es tener una metodología que nos ayude a ordenar las acciones que queremos. Y me vas a preguntar: ¿Cuáles son los retos?. Nombro en primer lugar, aunque no tiene nada que ver con un orden de importancia, al Teatro Principal.
¿Un reto?
–Sí, y uno que no me asusta. Representa para mí una oportunidad ser concejala de Cultura en un momento en el que se va a reformar íntegramente un icono de la ciudad.
"En septiembre ya dije que íbamos a trabajar por sacar al Iradier del atolladero en el que se encuentra. No voy a mirar atrás, a si es culpa de no sé quién, a si cuando se hizo esto o lo otro... No tengo tiempo que perder"
Sí, pero si cualquiera en casa se mete a hacer obras de reforma, sobre todo si implican tener que irse a vivir una temporada a otro sitio, ya sabe que la cosa fácil no va a ser.
–Esta ciudad rezuma actividad. Pasan cosas y muchas de ellas pasan dentro del Principal. Por lo tanto es un reto. Pero sinceramente te digo que, conociendo el proyecto, va a salir bien. Me parece que es una oportunidad participar de la reforma de un edificio tan importante y emblemático. Tenemos la obligación y la responsabilidad de hacerlo bien. Desde Cultura, la parte de la que fundamentalmente somos responsable es de todo lo que tiene que ver con el equipamiento escénico. Tenemos que licitar el proyecto para la compra del equipamiento escénico. Llevamos semanas trabajando en esto y se sacará lo antes posible. ¿Que vamos a sufrir estos 30 meses? Claro, como en todas las obras. Pero a la ciudadanía le pediría confianza porque vamos a hacer bien las cosas. Vamos a tener un teatro mucho más cómodo y seguro, con un peine renovado, con una caja escénica en condiciones, que va a estar a la altura de todos los parámetros en materia escénica de cualquiera de los espacios similares de nuestro entorno. Va a ser un teatro de primerísimo nivel para una ciudad de primer nivel. Quienes nos dicen que Vitoria es aburrida, que no tiene vida, que está en declive... es porque no viven, no vibran, no van al ritmo de toda la actividad que hay en esta ciudad.
“Es importante que durante el cierre del Principal se haga una especie de ‘Abierto por Obras’, una acción divulgativa, informativa y pedagógica”
Pero el edificio va a estar, por lo menos, 30 meses cerrado.
–Me parece muy importante que en el tiempo en el que el Principal va a estar cerrado, podamos hacer una especie de Abierto por Obras.
¿En qué sentido?
–Estoy pensando, por ejemplo, en habilitar un espacio con la maqueta, los planos... un lugar donde poder explicar a la ciudadanía qué es lo que está pasando en cada momento con el teatro. Imaginemos que las obras, como se nos ha dicho desde Urbanismo, empiezan en septiembre. Vamos a saltar un poco, a, no sé, marzo de 2025. Habrá gente que se preguntará: ¿Y esto, cómo va?. Ahí es donde planteo que podamos explicar qué está pasando, cómo van las cosas, que la ciudadanía pueda acceder a algún espacio en el que alguien enseñe y muestre qué está pasando, en qué punto están los trabajos, si ha habido algún problema o imprevisto, cuál es la siguiente fase... Se trata de hacer una acción divulgativa, informativa y pedagógica, porque eso también da mucha confianza y tranquilidad. La ciudadanía se merece saber cómo va la obra, que de alguna manera lo pueda visualizar. Es lo que he propuesto.
Mientras tanto hay que seguir programando...
–Podemos partir de una posición de máximos. Es decir, vamos a intentar mantener la programación como si tuviéramos el Teatro Principal. A partir de ahí, ya veremos lo que podemos hacer. Lo que sí es claro es que haremos la mejor programación dentro de lo que supone no tener el Principal. Todo lo que es teatro y danza irá al Félix Petite. Lo que tiene que ver con Euskadiko Orkestra, la Joven Orquesta de Euskal Herria y similares pasará al Conservatorio Jesús Guridi y para ello ya estamos entablando reuniones con las partes implicadas. Y la Banda Municipal de Música de Vitoria, probablemente vaya al auditorio María de Maeztu del Palacio Europa. ¿Qué pasa con, por ejemplo, los grandes musicales? Los que llegan a Vitoria de la mano del Ayuntamiento suelen ser uno o dos al año. Ya veremos, pero probablemente hablaremos con los responsables del Buesa Arena o buscaremos otros espacios. Vamos a hacer la mejor programación dentro de lo que supone esta obra.
“Montehermoso es el gran desconocido en la ciudad. Tenemos que hacer autocrítica y mirar si hay que difundir lo que aquí pasa de otra manera”
Cuando acabe la obra, Vitoria seguirá sin un escenario para acoger determinado tipo de propuestas. Descartados los proyectos de auditorio y parece que descartado hacer nada con el Iradier Arena, ¿qué?
–Ahí está mi segundo reto. Soy optimista por naturaleza. Además, es un honor ser todos los días concejala de Cultura y Educación. Y es una oportunidad para poder intentar, dentro de lo que es el juego político de las mayorías, poner las cosas donde deben estar. Tenemos una infraestructura con un aforo máximo de 10.000 y, bueno, sí, se alquila, se hacen cosas, pero realmente yo no puedo mirar para otro lado. El Iradier Arena es una responsabilidad del departamento de Cultura. En septiembre ya dije que íbamos a trabajar por sacar al Iradier del atolladero en el que se encuentra. No voy a mirar atrás, a si es culpa de no sé quién, a si cuando se hizo esto o lo otro... No tengo tiempo que perder. Las cosas hay que hacerlas con sensatez y antes de hacer nada, hay que analizar lo que ya hay hecho. Hay dos informes ya realizados en este sentido. Uno tiene que ver con la posibilidad de realizar un auditorio dentro del Iradier como hay en otros países. Hay otro que habla más en clave de multiusos. Hemos revisado todo eso. Lo próximo es presentar un informe de valoración y con él daremos el siguiente paso.
Que será...
–Pensar qué es lo que se va a hacer. Licitaremos un proyecto. Ya veremos cómo le damos forma, qué tipo de explotación y demás. El informe de valoración se presentará ante la Comisión de Cultura. Pediré comparecer para ello. Y a partir de ahí tomaremos las decisiones. Pero mí objetivo es tener un proyecto y hacer los ajustes que necesita ese edificio para convertirlo en un multiusos de verdad. ¿Quién lo va a pagar? ¿Cómo?... Ya veremos. Hay fórmulas. Estamos estudiando todas las posibilidades. El Iradier es uno de los espacios más potentes que tenemos y no lo podemos usar como nos gustaría. Vitoria-Gasteiz se queda fuera del circuito de otro tipo de actuaciones porque no tiene un lugar con cierto tipo de aforos. Yo digo: sí lo tiene, lo que pasa es que no está acondicionado. Lo que vamos a hacer es arreglar este tema, meterle mano de una vez, y hacer que antes de que termine la legislatura, el Iradier Arena salga del atolladero en el que está y sea un multiusos en condiciones que pueda acoger grandes conciertos, pero también, por ejemplo, grandes congresos. Es verdad que tenemos un excelente Palacio Europa, pero tiene el aforo que tiene. Vamos a hacer que el Iradier sea un multiusos en condiciones y que pueda acoger actividades deportivas, lúdicas, grandes conciertos, congresos... Le vamos a dar solución al Iradier Arena.
“Estamos estudiando crear una escuela municipal de música y danza, con Aramburu, Uruñuela y la Academia de Folklore”
A la espera de Izaskun Arrue Kulturgunea, desde el cierre de Oihaneder Euskararen Etxea, Montehermoso ha perdido un volumen de actividad importante.
–El centro cultural Montehermoso diría que es el gran desconocido en la ciudad. En Montehermoso están pasando cosas interesantes, igual que en el Depósito de Aguas. Así que igual tenemos que hacer algo de autocrítica y mirar si hay que difundir lo que aquí pasa de otra manera. Estamos trabajando en ese sentido ya. Con la salida de la actividad de Oihaneder Euskararen Etxea, Montehermoso ni pierde ni gana. Simplemente recupera su esencia. Es un centro cultura que tiene al frente a una persona, Luis María Pascual, que no para. Estamos trabajando en el centenario de Basterretxea en coordinación con Artium. También en el de Chillida. El Depósito de Aguas, que nos lo piden para muchas cosas que no tienen que ver con el arte contemporáneo, tiene la agenda ocupada con muchas exposiciones. Hay talleres, actividades... Hemos pedido al centro cultural que me preparen un dossier con la definición de qué es Montehermoso, qué se hace, para qué sirve, qué comunidad artística se mueve entorno al centro cultural... y con toda esa información se realizará un informe. Solicitaré también una comparecencia en la Comisión de Cultura para explicar qué hacemos en Montehermoso.
¿Algún reto más?
–El departamento tiene dos organismos autónomos que dependen de él: la Escuela Municipal de Música Luis Aramburu y el Conservatorio Municipal de Danza José Uruñuela. En este último caso, como ya se sabe, la formación reglada se está migrando al departamento de Educación del Gobierno Vasco. El Ayuntamiento se quedará con la enseñanza no reglada porque hay muchísima demanda. Además, tenemos la Academia de Folklore. ¿Y por qué no hacer uno? En Bilbao y en Donostia ya existe esta fórmula. Ahora estamos empezando a estudiar si tenemos posibilidades, y qué supondría, tener un proyecto de estas características, y ordenarnos, complementarnos y compartir. Estamos trabajando en un proyecto, de manera tranquila y discreta, y cuando lo tengamos, valoraremos qué supone a nivel presupuestario, de personal... y veremos si es o no viable. Sería una escuela municipal de música y danza, en la que entraría también la Academia de Folklore.