Dirección y guion: Liliana Torres. Intérpretes: Liliana Torres, Xulio Abonjo, Héctor Carballo, Melania Cruz, Jorge Roldán e Isabella Tabarini. País: España. 2021. Duración: 90 minutos.
ertrechada en esa línea de sombra donde lo real se mezcla con la ficción, ¿Qué hicimos mal? aparece como consecuencia de ciertas prácticas artísticas surgidas en torno al denominado cine de no ficción. Cabría ensayar diferentes causas sobre la genealogía de un modo narrativo por el que la cámara, cansada de mostrar al otro, se empeña en ilustrar la vida íntima de quien relata. Así, esa mano que mece la cámara, termina arrullándose a sí misma a costa de fundirse en el ensimismamiento.
Liliana Torres, Lilí para sus amigos y amigas, decidió recorrer y mostrar los meandros de su vida sentimental para reencontrarse con quienes la amaron tratando de descubrir por qué se extinguió aquel sentimiento que, durante un tiempo, no tenía fecha de caducidad. Esa es la propuesta de Liliana Torres, recrear su vida pasada para hurgar en las razones de su zozobra emocional, lo que también implica recuperar viejas brasas y abismarse en futuras ruinas.
Nacida en Barcelona en 1980 y formada en la ESCAC, Liliana Torres pertenece a una generación llamada a reformular las praxis de un cine español que cada día pierde más espectadores sin que, en contrapartida, consiga incrementar su prestigio internacional. Entre otras cosas porque desde la propia industria (producción, distribución, exhibición, festivales y crítica) no se hace apuesta por esa renovación.
Liliana Torres, como Carla Simon, Laura Ferrés, Mar Coll, Virginia García del Pino, Nuria Giménez Lorang y Neus Ballús, entre muchas otras, llevan tiempo preludiando una metamorfosis que no acaba de imponerse. ¿Qué hicimos mal? podría haber desembocado en un excelente modelo de ese nuevo cine sin complejos. Pero Liliana Torres se pierde en el camino. Puede que le pesasen las circunstancias, -le pilló la Covid en pleno viaje de rodaje a México-, la disparidad de la propuesta, -unos hacen de sí mismos, otros son actores que recrean-, y, lo más grave, su propia falta de contundencia. Su mirada carece de hondura para transgredir lo que insinúa. Torres se queda en la orilla y, al hacer eso, su película alumbra algunas de las causas de la falta de definición de parte de esa generación nacida en los años de la movida. Entre otras, una falta de mala uva y un exceso de confort.