Vitoria - Fue en una subasta. Centenares de negativos de Antoni Arissa esperaban un nuevo dueño pero no hubo suerte. Fue algo que sorprendió y mucho a Valentín Vallhonrat y Rafael Levenfeld, quienes buscaron la colaboración de la Fundación Telefónica, con la que ya habían trabajado en otros proyectos, para conseguir que esos fondos no se perdiesen para siempre. Ahí, además, surgió la chispa de una investigación sobre la figura y la obra de un creador que "hasta ahora solo había tenido una atención relativa".

El resultado más evidente de esa apuesta por recuperar su mirada fotográfica se traduce en la muestra Arissa. La sombra y el fotógrafo 1922-1936, que tras haber visitado antes ciudades como Barcelona y Santiago de Compostela, llega ahora a la capital alavesa, más en concreto al Centro de Exposiciones Fundación Vital, donde se podrá ver hasta el próximo 29 de noviembre. Más de 150 imágenes componen una producción que quiere, ante todo, ser la mejor de las excusas para que quienes acudan a verla se interesen por el creador -que vivió entre 1900 y 1980- y las huellas de su labor.

"Fue un fotógrafo artístico cuando no era habitual en España" recuerda Vallhonrat a la hora de presentar un recorrido visual que está dividido en tres partes, comenzando por sus inicios en los años 20 del siglo pasado, marcados por la corriente pictorialista. Es el momento en el que retrata escenas rurales, iconografías campestres con escenarios preparados e imágenes de niños que recuerdan a los cuentos infantiles.

De ahí se pasa a un segundo bloque, el de la evolución hacia la Nueva Visión. "Avanza hacia una fotografía moderna, desprovista de los ornamentos y referencias simbolistas del pictorialismo y se acerca a los planteamientos de la fotografía centroeuropea, caracterizada por la composición, la forma, la línea, el punto de vista y una iluminación que acentúa las cualidades y la intención de los objetos fotográficos". Siguiendo este sendero, aparece la tercera parte de la exposición, que corresponde a su última etapa creativa, puesto que dejar la cámara a partir de la Guerra Civil. Antes de ese punto final, Arissa se adentra en la conceptualización fotográfica, "donde rechaza los dogmas del pictorialismo y su obra se centra en las pequeñas cosas. Tanto la familia como su propia vivienda se convierten en escenarios de su obra", ganando peso poco a poco las calles y el puerto de la Barcelona donde reside.

La exposición es resultado de dos años de investigación, reuniendo imágenes de las colecciones de negativos preservados por la Fundación Telefónica (121) y el Institut d'Estudis Fotogràfics de Catalunya (32). "Estamos ante un autor desconocido que la vez es muy interesante, como descubrirán quienes acudan a la muestra", añade Laura Fernández Orgaz, responsable de colecciones e itinerancias de la Fundación Telefónica. Quien fuera subdirectora de Artium pone en valor también dos hechos más con respecto a esta propuesta. El primero, que es posible gracias al trabajo en red de diferentes entidades, algo a desarrollar en el futuro junto a Fundación Vital. El segundo, que en estos tiempos de pandemia "el hecho de inaugurar hoy algo ya es algo que merece ser celebrado".

Por cierto, el coronavirus también trae una novedad para esta muestra y es que los martes de 19.00 a 20.00 horas habrá visitas guiadas a la muestra. Será en grupos reducidos de un máximo de diez personas, y es necesario reservar previamente en el número 945 776 858.