- David Trueba, que en su nueva película, A este lado del mundo, enfrenta a un español medio con el fenómeno de la inmigración, considera que "las cuatro o cinco cosas más importantes del ser humano no están resueltas, aunque funcione bien el wifi".

"Desde el mundo desarrollado lo único que hacemos es poner parches. El mundo se ha convertido en un balón pinchado de fútbol que volvemos a inflar para que nos dure diez minutos. Vivimos en un mundo averiado que vamos parcheando", afirmó Trueba, que presentó ayer su película en la sección oficial del Festival de Málaga. Comprueba que hay "una oferta constante de soluciones para algo que no tiene solución", y por ello le pareció interesante situar en Melilla "a un personaje que tiene la actitud del ciudadano medio, de desinterés y de ni haberse parado a pensar sobre el asunto, y vive ajeno a lo que está pasando allí". También vio que la frontera es "agradecida narrativamente", con "alguien que quiere entrar, alguien que no le deja, quienes viven allí con la turbiedad que da la vida de frontera, los burdeles, los casinos y la presencia siempre de la autoridad".

En Melilla encontró a unas fuerzas de seguridad que tienen "un sentido bastante humanitario de su profesión, pero se encuentran a veces en unas situaciones de enorme violencia". Para Trueba, el protagonista es "un chico de ciudad destinado a una vida plácida y sencilla, con una profesión y una familia", y que podría ser "el votante medio de Ciudadanos, porque hasta el PP le parece extremista".

Cuando viaja a Melilla con la misión que le encomienda la empresa que le acaba de despedir, ese protagonista conoce a quien había tenido antes ese encargo. "Cuando te enfrentas a un problema sin solución, una de las cosas que pueden ocurrir es que pierdas la cabeza", afirmó Trueba, que cree que, "cuando visitamos la Muralla China o los restos del Muro de Berlín, estamos visitando los restos de la estupidez humana, que con una pared pretende resolver los problemas".

El director avanzó que la película estará disponible para alquiler a partir de este viernes en su página web (davidtrueba.com) y al mismo tiempo se irá estrenando en algunas salas de España, porque "sin una gran campaña de publicidad no se puede estrenar de forma masiva". El protagonista es interpretado por Vito Sanz, quien, al igual que su personaje y que la mayoría de los españoles, desconocía la realidad de la valla de Melilla. "Recuerdo el primer día que rodamos en la valla. Era una realidad que conocía solo por los periódicos, sin un contacto directo, y me impactó. Habría que ser un poco más conscientes de lo que está ocurriendo. No sé si existen soluciones a este problema, y si alguien dice que las tiene, no sé si nos está mintiendo", señaló Sanz.

Uno de los personajes que encuentra en Melilla es encarnado por Anna Alarcón, quien coincide con su compañero de reparto en que el primer momento en la frontera fue "durísimo". "Lo vemos en televisión, pero vemos tantas imágenes duras que tenemos la piel muy dura. Yo siento que esto me ha cambiado, mi modo de consumir se ha visto alterado y algo en mí ha hecho clic. Es una realidad muy dura que pasa diariamente, este comercio alegal, y permitimos que esto suceda", agregó la actriz. Zidane Barry completa el reparto dando vida a un joven inmigrante que consigue entrar en España. "Los dos somos temporeros del cine", bromeó el cineasta con el intérprete, que vivió una situación similar a la que interpreta en la cinta. "Zidane entró en el país por Ceuta cuando tenía 15 o 16 años. Siempre busco a actores que sean cercanos a la situación que han de interpretar". Curiosamente, el actor jamás había pisado una sala de cine.

"El mundo es un balón de fútbol pinchado que volvemos a inflar para que nos dure diez minutos"

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