Vitoria - Dentro del programa expositivo de la Escuela de Artes y Oficios no suele ser habitual que un único proyecto cope los espacios que el centro dedica a las muestras. Sin embargo, hay ocasiones especiales como la que ahora protagonizan Mar Marco y Oscar Alonso. Su propuesta, Grabados neuronales, se inaugura hoy a partir de las 19.30 horas, presentando un proyecto que, en realidad, está compuesto por tres partes. Se podrá visitar hasta el próximo 24 de enero de 2020, aunque no hay que perder de vista que durante las vacaciones navideñas, el edificio permanecerá cerrado.

Técnicas tradicionales y nuevas tecnologías. Sobre estas dos bases fundamentales se asienta un trabajo que toma como punto de partida la labor que con el grabado lleva tiempo realizando Marco. “Es curioso porque muchas veces no obtengo la imagen que tenía en mente en un principio, sino que sale lo que llevo dentro”, una expresión libre de su interior que viene acompañada por el disfrute de la realización, de esa labor no siempre bien valorada dentro de la creación artística. Un grave error, por otra parte.

En una de las obras de Marco se fijó un buen día Alonso. El informático no lo dudó. Le gustó la imagen y sacó una fotografía. Sin decirle nada a su hoy compañera de exposición, empezó a aplicar un algoritmo informático a esa instantánea hasta crear un grabado digital que, en realidad, era otra obra conteniendo la original. “Ahí vi que había un camino que me interesaba y le pedí a Mar que me dejase más grabados. Me pasó 25”, recuerda con una sonrisa.

De ese proceso nacen las once parejas que componen esta exposición. A un lado, el grabado tradicional. Al otro, el llevado a cabo con las nuevas tecnologías. Pero ahí no queda la propuesta. Todas las parejas se acompañan con un código QR. Con cualquier dispositivo móvil se puede leer las imágenes, que remiten al perfil de Instagram de Alonso y al respectivo vídeo de cómo se ha hecho cada una de las piezas. “Hombre, está editado porque cada obra puede llevar unas seis horas”, sonríe el autor.

“Es otra forma de ver el grabado. Es una nueva manera de hacer y de expresar y es lo que más me interesa”, apunta Marco, que destaca tanto el carácter colaborativo del proyecto como el “estímulo” que supone enfrentarse a algo nuevo. De hecho, la artista no tiene reparo al reconocer que cuando Alonso le empezó a hablar de algunos de los pasos tecnológicos dados, no tuvo muy claro de qué hablaba. Su compañero, no en vano, describe que “nos podríamos tirar horas hablando de las características técnicas del proceso y de las posibilidades que existen”. Una invitación a la curiosidad también del público.