El Baskonia ha logrado reconducir su barco, a la deriva en en el arranque de la temporada, gracias a las tres victorias conseguidas la semana pasada contra el Dubái, el Efes y el Tenerife. Para ello, no ha necesitado una exhibición individual memorable de alguna de sus figuras como ocurrió en algunas citas de la pasada temporada.
Todos los jugadores, cada uno con su rol, han puesto su granito de arena en los triunfos azulgranas, lo cual habla bien del fondo de armario del equipo teniendo en cuenta que dos jugadores fundamentales como Trent Forrest y Markus Howard están lesionados y que el juego interior quedó debilitado por la marcha de Luka Samanic, para quien aún no se ha encontrado un sustituto.
Todos, excepto Clément Frisch. El ala-pívot francés, que entró con asiduidad en los planes del técnico en pretemporada y en los primeros encuentros oficiales de la campaña, ha sido relegado al fondo del banquillo azulgrana desde que Rodions Kurucs se ha recuperado de la operación en la fascia plantar a la que se sometió en verano.
El gran rendimiento del versátil letón, que ha recibido en varias ocasiones los halagos de Paolo Galbiati y que tuvo un papel crucial en las últimas dos victorias contra el Efes y La Laguna Tenerife, ha dejado fuera de la rotación a Clément Frisch pese a que durante algunos tramos el equipo echa en falta mayor amenaza exterior, en teoría una de las armas del exjugador del Nancy.
Tercero en discordia
Lo que está claro es que en la posición de cuatro Galbiati confía más en Rodions Kurucs y en Tadas Sedekerskis, que son quienes se están repartiendo los minutos en dicha zona. Su mayor envergadura y capacidad reboteadora son dos de las razones por las que el italiano ha apostado por ellos para limitar la concesión de rebotes ofensivos que tanto lastró al equipo en el inicio de curso. De hecho, incluso han disputado ambos minutos en el puesto de pívot cuando Diop y Diakite no han estado entonados.
En la posición de alero, donde también podría jugar Frisch, Timothé Luwawu-Cabarrot y Hamidou Diallo suponen una muy dura competencia, por lo que tampoco está resultando fácil contar con oportunidades en esa zona.
Los números son claros en este aspecto. En los encuentros en los que Rodions Kurucs ha estado disponible, Clément Frisch ha disputado una media de poco más de cinco minutos. En la ACB, jugó 13 contra el Real Madrid, 3 en cancha del UCAM Murcia y apenas 29 segundos al final del segundo cuarto del encuentro contra La Laguna Tenerife del pasado domingo.
En la Euroliga se quedó sin jugar contra el Panathinaikos por decisión técnica, jugo 5 minutos en cancha del Estrella Roja, algo más de 14 contra el Dubái y apenas 3 minutos en la victoria contra el Efes del pasado viernes.
En contraste, en los encuentros en los que no ha participado Kurucs, Frisch ha disputado una media de más de 15 minutos por choque, por lo que la decisión de prescindir de él responde simplemente a que hay otros jugadores por encima suyo en la jerarquía establecida por Galbiati.
Cabe recordar que Frisch, que cumplirá 24 años en enero, aún es un jugador joven y una de las apuestas del club el pasado verano como proyecto de futuro al firmar por tres temporadas. En ese sentido, su situación recuerda a la de una operación similar como fue la de Nikos Rogkavopoulos hace dos años.
El griego también llegó con experiencia en su liga nacional, pero sin haber jugado Euroliga, y tuvieron que pasar muchos meses para que contara con minutos con regularidad. En su segunda campaña dio un paso al frente que le valió su fichaje por el Panathinaikos.
Será un buen espejo en el que fijarse para Frisch, que deberá esperar pacientemente a que le llegue la oportunidad de mostrar su talento mientras Sedekerskis y Kurucs estén sanos. Su mejor partido hasta la fecha fue el inaugural contra el Olympiacos, en el que anotó ocho puntos y recogió dos rebotes.
        
    
                                            
    
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