Este Kosner Baskonia tiene un corazón enorme que no le entra en el pecho. En el Palau Blaugrana la fortuna le fue esquiva de manera cruel pese a contraer méritos a la hora de llevarse un triunfo de prestigio, pero 48 horas después se desquitó a lo grande ante un Unicaja que venía lanzado y llegó a mandar por 17 puntos en el luminoso al comienzo del tercer cuarto (62-45).
Cuesta encontrar otra victoria con tanto mérito como la firmada en tierras costasoleñas teniendo en cuenta las circunstancias físicas tan infernales con las que se presentó la escuadra alavesa.
Con apenas nueve jugadores tras las bajas de última hora de Spagnolo y Kurucs y los dos descartes obligados entre los cuatro extracomunitarios –el de Nowell era sabido de antemano y Galbiati optó por prescindir de Forrest–, el Baskonia ahuyentó los fantasmas que le perseguían lejos del Buesa Arena con una victoria barnizada de tintes épicos.
Fueron solo nueve los hombres a disposición de Galbiati contra el batallón en manos de Ibon Navarro. Para más inri, el técnico italiano no contó con una buena versión de los dos últimos fichajes. Tanto Radzevicius como, especialmente, Omoruyi apenas aportaron algo positivo al engranaje azulgrana.
El alero lituano se autoeliminó mediado el último cuarto tras la cuarta falta y la posterior técnica por hablar más de la cuenta, mientras que del fornido nigeriano tan solo hubo que reseñar como aspecto positivo una falta de ataque que provocó en las postrimerías del encuentro.
68 puntos entre Simmons, Howard y TLC
Sin desmerecer al resto, tres impagables hombres sostuvieron al Kosner Baskonia durante toda la velada ante los malagueños. Entre Simmons, Howard y Luwawu-Cabarrot anotaron 68 de los 93 puntos de un equipo que por fin mostró la madurez y el saber estar que tanto se habían echado de menos en otras salidas de esta temporada.
Simmons, que no dio síntomas de fatiga pese a sus 34 minutos sobre la pista, ofreció la última muestra de que merece seguir como poco hasta junio, un renacido Howard se agigantó en un epílogo colosal al anotar los últimos 14 puntos baskonistas, mientras que Luwawu-Cabarrot también había sostenido el edificio con anterioridad mediante canastas de una bellísima factura.
La escuadra vitoriana obtuvo una recompensa grandiosa a su tesón, su carácter y su fortaleza mental. Nunca se fue de un partido en el que el Unicaja sintió un vértigo inesperado dada su altanería en los treinta minutos iniciales. El arranque del último cuarto reanimó al Baskonia a la hora de creer en una victoria que vuelve a colocarle entre los ocho mejores de la ACB a falta del partido aplazado en Las Palmas.
Con un calendario muy favorable en las próximas jornadas y los buenos síntomas que desprende el grupo, el billete para la cita del KO en Valencia no debería escaparse en esta ocasión.