El fichaje de Khalifa Diop en el verano de 2023 generó grandes expectativas entre el baskonismo tanto por el rendimiento y la proyección mostrada por el pívot senegalés en su etapa con el Gran Canaria como por el importante desembolso de alrededor de 700.000 euros realizado por él. Sin embargo, el interior de 23 años no ha justificado hasta el momento tal esfuerzo económico, ya que sus números han estado muy lejos de su caché y no se ha visto al pívot dominador que apuntaba a amortizar su fichaje con un futuro desembarco en la NBA.
Pese a que aún no ha llegado a ese nivel que se le presumía, la realidad es que en las recientes jornadas ha conseguido dar un paso al frente y se está convirtiendo en un jugador cada vez más útil y determinante para el conjunto gasteiztarra.
La pasada temporada tuvo un papel residual con sólo 12 encuentros disputados en la fase regular de la ACB y 13 en la Euroliga para un total de 25 en todo el curso, algo provocado por un lado por la escasa confianza que tuvieron en él Joan Peñarroya y Dusko Ivanovic y, por otro, por los problemas físicos y las lesiones que le condicionaron durante la campaña.
Este año, por fortuna, el físico le está respetando y está jugando con regularidad, algo que le está permitiendo también ganar confianza y crecer como jugador. Tras un inicio de temporada muy irregular, Diop se ha asentado en el quinteto titular de Pablo Laso y ha mejorado notablemente sus números, especialmente desde el largo parón por la disputa de la Copa del Rey y las ventanas FIBA del pasado mes de febrero.
Temporada 2023-24
Puntos 3
Rebotes 2,3
Valoración 3,1
Minutos 9
Temp. 24-25 hasta la Copa
Puntos 3,4
Rebotes 4,3
Valoración 4,7
Minutos 14
Temp. 24-25 desde la Copa
Puntos 6,2
Rebotes 3,2
Valoración 8,1
Minutos 14
Esas más de dos semanas que tuvo para poder entrenar y trabajar a las órdenes del técnico gasteiztarra sentaron bien al pívot de 2,11 metros de altura, que se ha mostrado más contundente y ordenado en todo lo que hace sobre la cancha. A su trabajo bajo los tableros y su aportación en el rebote se le ha sumado ahora mayor incidencia en las jugadas de bloqueo y continuación.
Su conexión con Trent Forrest, inexistente en el comienzo del curso, cada vez es más fructífera. Ambos jugadores se entienden a la perfección, Diop se coloca mejor y la coordinación y precisión en los pases no tiene nada que ver con la de unos meses atrás, cuando los envíos no encontraban receptor o se escurrían entre las blandas manos del senegalés.
Evidentemente, Diop sigue sin estar entre los azulgranas más determinantes, pero su aportación durante los alrededor de 15 minutos que disputa por encuentro suma equilibrio y consistencia al juego interior baskonista, además de inyectar una dosis de energía y trabajo defensivo que en ocasiones les ha faltado a Hall y Samanic, sus competidores en el puesto de cinco.
Creciente incidencia ofensiva
Sus números previos y posteriores al parón son significativos. Hasta el mes de febrero, Khalifa Diop promedió 3,39 puntos, 4,28 rebotes y 4,7 créditos de valoración en algo más de 14 minutos de media entre ambas competiciones y desde el parón, con un minutaje similar, ha elevado sus números hasta los 6,14 puntos, 3,2 rebotes y 8,07 créditos, quedándose cerca de duplicar sus cifras anotadoras y de valoración.
Son números más que decentes, sobre todo teniendo en cuenta que los realiza en menos de 14 minutos de media. Si se extrapolan, de hecho, registra 17,5 puntos, 9,14 rebotes y 23 créditos de valoración por cada 40 minutos que pasa sobre la cancha. Su gran lacra, eso sí, sigue siendo el tiro libre, donde sufre enormemente con un pobre 52,8% de acierto en la Euroliga y un 37,8% en la ACB.
Para un pívot de sus características, que juega siempre debajo del aro y choca continuamente con sus rivales, ser un mal lanzador de tiros libres es un hándicap importante y facilita mucho la labor del oponente, que siempre va a preferir defender con falta a permitir una canasta fácil del interior africano.
En cualquier caso, a sus 23 años aún tiene margen de progresión y si consigue mantener su línea ascendente en las distintas facetas del juego y además elevar su porcentaje de acierto desde la línea de personal, puede llegar a ser el jugador que tenía en mente el Baskonia cuando decidió lanzarse a por él. Con contrato hasta 2028 y su condición de cupo de formación, aún está a tiempo de alcanzar el potencial que presumen sus excelentes condiciones físicas.