El Baskonia se marchará al largo parón de más de dos semanas con la satisfacción de conseguir una cómoda victoria contra el Coviran Granada. El cuadro andaluz, mermado por las bajas de Wiley y Vicedo, fue un mero espectador en una cita en la que los alaveses, con un acierto ofensivo desbordante, jugaron a placer y sentenciaron el choque poco después del descanso al alcanzar una ventaja de 32 puntos. Tras ello, se dejaron llevar y tuvieron que reactivarse en el último cuarto para no dar esperanzas de remontada a su rival.
Laso repitió quinteto titular con Forrest, Baldwin, Luwawu-Cabarrot, Moneke y Samanic, siendo este último una de sus principales herramientas para castigar la menor movilidad de Rubén Guerrero, único pívot visitante disponible, durante los primeros compases. Entre él y Forrest establecieron, una primera ventaja de 8-2 que Valtonen logró neutralizar con ocho puntos para los suyos.
Los alaveses en cualquier caso, siguieron atacando y anotando con mucha fluidez, se repartieron los puntos y lograron volver a distanciarse gracias a un parcial de 9-0 con el que colocaron el 20-11 en el marcador a los cinco minutos de partido, algo que hablaba tanto del acierto ofensivo local como de las dificultades defensivas del Granada por su inferioridad física. Tras ello, el cuadro azulgrana, viéndose tal vez muy superior, bajó las revoluciones y permitió a Noua y Aurrecoechea recortar diferencias al término del primer cuarto (26-21).
En la reanudación, Markus Howard se erigió en el gran protagonista al entrar en calor tras anotar tres tiros libres y sumar nueve puntos seguidos para su equipo mientras el Granada intentaba que el encuentro no se rompiera durante los minutos de descanso de Noua enviando balones interiores a Guerrero. El rebote ofensivo dio réditos a los hombres de Pablo Pin, pero la superioridad local se fue imponiendo según avanzaba el choque y la diferencia no dejó de crecer.
Tampoco ayudó a los andaluces entrar en bonus al poco de comenzar el tercer cuarto, algo que, sumado al enorme acierto exterior del Baskonia y la inspiración de Howard, autor de 16 puntos sólo en el segundo cuarto, generó muchos huecos en la endeble defensa visitante. De esta manera, los alaveses mejoraron sus ya notables guarismos del primer cuarto y se marcharon al descanso con el encuentro bajo control y un cómodo colchón de 59-38 que incluso permitió a Samanic gustarse con un pase por detrás de la espalda para el triple de Raieste.
Sentencia tempranera
El Granada necesitaba completar una segunda parte inmaculada para dar algo de emoción al encuentro y tener alguna mínima opción de recortar distancias, pero el Baskonia no le dio en ningún momento la opción de soñar con esa posibilidad. Los alaveses entraron a la cancha con la misma ambición y acierto exterior que en la primera parte y con un parcial de 13-2 y triples de Luwawu-Cabarrot, Moneke y Forrest colocaron en el marcador una diferencia máxima de 32 puntos que dejaba el duelo visto para sentencia.
Tras el 72-40, eso sí, los vitorianos se relajaron, comenzaron a hacer la guerra por su cuenta en ataque y con Moneke en el banquillo con cuatro faltas encajaron un parcial de 0-11 que forzó a un disgustado Laso a pedir tiempo muerto. Baldwin anotó un triple a continuación para romper el parcial, pero la desconexión se mantuvo. El Baskonia dejó de jugar en ambos lados de la cancha, dio oxígeno a su rival y el Granada, aprovechando el pasillo interior, cerró el tercer cuarto con un parcial de 6-24, que si bien no ponía en riesgo la victoria local, sí que resultaba doloroso.
En cualquier caso, si los de Pablo Pin albergaban aún alguna esperanza de remontada con el 78-64, los ajustes de Laso situando a Moneke como pívot ante las malas defensas de Hall y Samanic despertaron a los azulgranas y desanimaron definitivamente al Granada. El cuadro local volvió a compartir el balón y entre Forrest y Moneke lograron elevar de nuevo la distancia por encima de los 20 puntos. A partir de ahí, el partido no tuvo mucha más historia y Laso se permitió conceder a Raieste y a Savkov los últimos cuatro minutos, en los que el ruso, con un triple, y Sedekerskis, omnipresente en todos los rincones de la cancha, hicieron disfrutar al Buesa hasta el 103-80 final.