El Baskonia sumó ante el hasta ahora líder de la Euroliga una victoria de enorme valor cimentada en las exhibiciones anotadoras de Moneke y Howard y una segunda parte arrolladora en la que lograron remontar de forma espectacular y anular por completo al París de Tiago Splitter, que se las prometía muy felices cuando ganaba por 19 puntos.
Pablo Laso volvió a apostar de inicio por Kamar Baldwin como base titular junto a Howard, Sedekerskis, Moneke y Hall, aunque no fue el base con pasaporte georgiano el protagonista durante los primeros minutos, sino las estrellas anotadoras de ambos conjuntos. TJ Shorts convirtió las primeras canastas para los parisinos, pero la respuesta de Moneke y Howard no se hizo esperar.
De hecho, entre el nigeriano y el estadounidense anotaron los 16 primeros puntos de los gasteiztarras, con 11 para el primero y 5 para el segundo, que podría haber sumado alguno más de no haberse sentado en el banquillo con su segunda falta a los cuatro minutos. El Baskonia se montó en el tren del ritmo frenético del París Basketball y logró mantenerle el pulso en un igualado primer cuarto en el que el ataque primó sobre la defensa y que terminó con los locales por delante, pero con menor ventaja de la que llegaron a manejar a causa de sus errores en el tramo final (28-26).
El problema de sumarse al guión deseado por Splitter fue que cuando los porcentajes de acierto bajaron para los azulgranas, el París puso tierra de por medio. Los gasteiztarras siguieron encajando muchos puntos y llegando tarde a las fugaces transiciones comandadas por Shorts y Lo, pero se atascaron en ataque y no lograron darle respuesta, lo cual, a su vez, propició más contraataques.
Moneke y Howard no lograron seguir sumando al ritmo del primer cuarto y entre el resto sólo Rogkavopoulos fue capaz de dar un paso al frente en anotación mientras los visitantes encontraban a Hifi, Ouattara o Ward, aunque el principal problema del segundo cuarto no fue ese, sino una defensa que hizo aguas por todos los lados y la mayor energía del cuadro galo, mucho más entregado en la presión defensiva, la pelea por el rebote y las carreras a cancha abierta. Todo ello derivó en un parcial de 13-29 con el que se llegó al descanso con una importante brecha de 41-57 que ponía el duelo muy cuesta arriba.
De la noche al día
Ya sea por la inspiración de ver el palmarés colgado del techo azulgrana o por la charla en el vestuario, el partido cambió por completo. El Baskonia logró meterse de nuevo en el encuentro gracias a un parcial de salida de 6-0 liderado de nuevo por Howard y Moneke con la ayuda también de una técnica señalada a TJ Shorts. A ello se le sumaron algunas correcciones defensivas que, si bien no impidieron que el París Basketball siguiera imponiendo un ritmo elevadísimo, sí que redujeron su cuota de canastas fáciles.
Ante la poca productividad de los bases, siguieron siendo Moneke y Howard con sus acciones individuales quienes tiraron del carro azulgrana en el plano ofensivo y quienes lograron, a pesar de algunas cuestionadas decisiones arbitrales, que el Baskonia llegara con opciones al cuarto decisivo con el 64-72 que reflejó el marcador tras un triple de Howard.
Fue precisamente el escolta quien se encargó de abrir el último cuarto con otra diana, aunque a ello le siguió la mala noticia del calambre en el gemelo de Moneke que le hizo dejar la cancha. En cualquier caso, el trabajo de acercamiento ya estaba hecho y Howard encendido. El norteamericano continuó sumando de tres en tres y después de doce puntos consecutivos del escolta, Hall adelantó al Baskonia en el marcador por primera vez desde el 28-26 con el 75-74. Fueron los mejores minutos de los alaveses, que con el aliento de su público lograron un parcial de 18-2 ante un París que se cortocircuitó.
Malcolm puso fin al parcial con un triple desde la esquina, pero el dominio siguió siendo azulgrana. La implicación en la segunda parte fue tal que incluso Moneke regresó a la cancha tocado tras un masaje milagroso. Forrest y Hall también se sumaron a la fiesta con trabajo defensivo y una bonita conexión con pase por la espalda para el 86-79. El trabajo parecía hecho, pero las técnicas y los tiros libres errados por Hall alargaron un poco más la agonía, que terminó cuando Moneke, con un triple de su propia cosecha, colocó el 89-81 a 1:25 del final para redondear su exhibición y certificar la valiosa victoria azulgrana.