Pese a la agresividad y poderío físico que siempre muestra cada vez que salta a la cancha, Hall se define como una persona tranquila fuera de ella, hogareña y amante de la música góspel. De hecho, tal vez nunca hubiera llegado a ser jugador de baloncesto sin el trágico fallecimiento de su padre que lo marcó a los 13 años.

¿Por qué viste el número 45? 

Por mi padre, que falleció en 2010 durante un partido escolar mío mientras estaba en la grada. Él siempre vistió el número cinco, tanto cuando jugaba a béisbol como en el baloncesto, y terminó por convertirse en su mote, todo el mundo le llamaba cinco. Es un número que en la familia identificamos con él y que yo también he vestido en ocasiones a lo largo de mi carrera. Junto al cuatro (four en inglés), quiere decir “para siempre cinco” (four-ever five).

Muchas veces ha hablado de que el fallecimiento de su padre le motivó a dedicarse al baloncesto. ¿Sigue siendo una motivación hoy en día? 

Desde luego, lo es cada día, siempre que vengo aquí a trabajar. En varias ocasiones a lo largo de mi carrera me he planteado dejar el baloncesto, pero empecé en esto por él y por mi madre y he llegado hasta aquí también gracias a ellos.

Donta Hall posa en el Bakh para la entrevista concedida a este periódico Jorge Muñoz

¿Qué le gusta hacer en su tiempo libre? 

Desde que llegué a Vitoria principalmente jugar a videojuegos. Voy a entrenar, al gimnasio y luego al llegar a casa cojo la consola o veo algún vídeo en Youtube.

"Si no hubiera sido jugador de baloncesto me habría gustado dedicarme a la música o a conducir camiones"

¿A qué se dedicaría si no fuera jugador de baloncesto? 

Pues me gustaría ser o músico porque también toco la batería, o conductor de camiones.

¿Tiene una batería en casa?

Sí, tengo una batería eléctrica para ensayar. Tenía una en Mónaco que me encantaba, pero cuando me enteré de que no iba a seguir allí y quise traerla de vuelta había desaparecido, así que tuve que comprar otra al llegar a Vitoria. Me gusta tocar música relajada, góspel sobre todo.

¿Cuál ha sido el jugador más difícil que ha tenido que defender en su carrera?

Sin duda Joel Embiid. Que no se me malinterprete, porque el primer partido que jugué en la NBA fue contra Nikola Jokic, pero era uno de esos encuentros de final de temporada en el que no nos jugábamos nada y no se lo tomó tan en serio, aunque fue muy difícil igualmente.

¿Qué es lo que más y lo que menos le gusta de Vitoria?

Lo que menos el clima. En días fríos como estos llego a casa y no tengo ninguna gana de salir a la calle. Lo mejor diría que los aficionados. En otros clubes anteriores como Mónaco también hay buenos fans, pero creo que aquí se nota que hay mayor amor por el baloncesto. A cualquier sitio al que voy siempre hay algún seguidor que me muestra cariño y el trato es fantástico. Estoy muy agradecido por ello y lo aprecio.