No está siendo una temporada fácil para Maik Kotsar. El pívot estonio, después de una primera toma de contacto notable en su llegada a Baskonia, no ha protagonizado una esperada evolución en su rendimiento y se ha quedado lejos de aquel interior que en la pasada campaña se convirtió en una de las más gratas sorpresas en la 'pintura'.

No en vano, el paso atrás dado por Kotsar en las filas vitorianas es evidente. En Euroliga, en el cómputo global, ha disputado más minutos que en el pasado ejercicio, pero ha empeorado drásticamente sus registros de cara al aro.

En la temporada 2022-23, el estonio anotó 316 puntos frente a los 220 que ha registrado en esta campaña. Ha tirado menos y, en consecuencia, su impacto ofensivo ha sido inferior al de la anterior campaña. Y en el campeonato doméstico su rendimiento tampoco es que haya mejorado. A falta de dos partidos para dar por finalizada la temporada regular, Kotsar ha anotado 115 puntos menos que en el pasado ejercicio. 

Un bajón preocupante que también se ha dejado notar en el acierto desde el tiro libre. Al menos en ACB. Si bien es cierto que en Euroliga sus promedios han mejorado del 57% de acierto al 68%, en el torneo doméstico su puntería desde el 4,60 ha disminuido de un 71% al 63%. 

Como no podía ser de otra manera, el adiós de Darius Thompson también ha hecho mella en las prestaciones ofensivas de Kotsar. El estonio se desenvolvió con suma comodidad en su asociación con el director de juego norteamericano, ahora en el Anadolu Efes, y se hinchó a finalizar con acierto las célebres continuaciones que causaron pavor en las defensas rivales. 

Ambos se entendían con una simple mirada. Como en su día hicieron otras parejas muy conocidas en Vitoria (Laso-Arlauckas y Prigioni tanto con Scola como Splitter), se dejaron sentir de una manera espectacular. Dicho binomio sostuvo el caudal ofensivo del Baskonia durante buena parte del campeonato y se sumó a la pólvora de Howard como otra variante más en ataque del equipo azulgrana.

Escasa autosificiencia

Kotsar gozó de una química espectacular con Thompson, pero tras la marcha del base a Estambul el pívot azulgrana se ha visto obligado a fabricarse sus propias canastas debajo del aro.

También es cierto que el entendimiento sobre el parqué con Miller-McIntyre, pese a que este sea el máximo asistente de la Euroliga, no es el mismo que el que transmitió con Thompson. Al no recibir tantos balones como el año pasado en situaciones favorables, el de Tallin no tiene otra alternativa que sacar a relucir su creatividad bajo el aro. 

Sus problemas han estado centrados en la falta de confianza en la ofensiva, pero también atrás. Y es que Kotsar ha sufrido de lo lindo al toparse con adversarios más dominantes en la zona. Sobre todo en Euroliga, donde la amplia mayoría de los rivales del Baskonia cuentan con auténticos ogros debajo de los tableros. 

En el torneo continental es donde más se le han visto las costuras y, en consecuencia, la confianza depositada en él por Ivanovic está siendo escasa en esta recta final de la temporada. El preparador montenegrino siempre se ha decantado en los momentos comprometidos por un pívot con capacidad para abrir el campo como Costello.

Su rendimiento en el rebote también ha sufrido un evidente retroceso en su segundo ejercicio en Vitoria. Kotsar, de un año a otro en ACB, ha pasado de lograr 171 capturas a tan solo 92. 

Los problemas físicos en el hombro izquierdo, desvelados por un miembro del cuerpo técnico de la selección estonia en mitad de la temporada, también han mermado las capacidades del pívot azulgrana. De hecho, cambió su mecánica del tiro libre hace unos meses ante la sorpresa generalizada.

Renovación en el aire

Más allá de las estadísticas, que desde luego no favorecen a Kotsar, la preocupación radica en su lenguaje gestual en pista. Da la sensación de encontrarse dentro de un ecosistema que no le favorece y ello también puede afectar a su futuro en Vitoria, donde finaliza contrato este próximo 30 de junio.

Después de que hace semanas existieran contactos entre su agencia de representación y el club para abordar su renovación, Kotsar se ha convertido en uno de los muchos jugadores con un futuro de lo más incierto dentro del roster baskonista. 

El discreto rendimiento del báltico, especialmente en la segunda parte de la temporada, le deja bastante señalado a la hora de recibir un voto de confianza por parte de las altas esferas azulgranas que dé continuidad a su ciclo en Vitoria.