Joan Peñarroya rompió este pasado lunes por la noche su silencio tras su abrupta salida del Baskonia. El técnico catalán concedió a ‘Play Basket’ en la cadena 'Ser' su primera entrevista tras ser destituido del conjunto azulgrana.
El preparador de Terrasa no pudo llegar ni tan siquiera al mes de noviembre tras haber firmado en su primer curso una temporada con un juego fantástico.
Sin embargo, en el segundo ejercicio fue víctima de una mala racha de resultados, en la que influyeron la plaga de lesiones, y fue destituido, ocupando su puesto en el banquillo Dusko Ivanovic, quien afrontaría su cuarta etapa en la escuadra gasteiztarra.
"No es que nos fuera muy mal a principio de temporada, pero creo que veníamos de una temporada pasada en la que Baskonia jugó un baloncesto increíble, y seguramente creamos unas expectativas que nos hacían aspirar incluso a competir por ganar competiciones", precisó el exentrenador azulgrana.
No comprende el cese
Casi cinco meses después de su despido, Peñarroya continúa sin entender el mismo, aunque acata la decisión y asegura no guardar ningún resquemor a Josean Querejeta. "Siempre había pensado que cuando me fuera mal o lo hiciera mal, tendría un cierto margen...".
No fue así. Tras un mal inicio de campaña, el Baskonia apostó rápidamente por un relevo en el banquillo. Derrotas inesperadas como las sufridas en casa ante el Bayern y el Zalgiris o la imagen dada ante el Andorra, en el que afrontó el duelo en cuadro con tan solo siete jugadores por culpa de las lesiones y lo acabaron con seis tras la lesión de Howard, propiciaron su cese.
Tras el duelo en Andorra, su situación fue aún más delicada si cabe y el ambiente dentro del club se volvió cada vez más tenso, como reconoce el propio Peñarroya. "Esa última semana fue muy complicada, pasaron muchas cosas. Hubo runrún y en el mundillo todo el mundo habla, los jugadores saben... y fueron 10 días que no fueron cómodos para nadie, ni para jugadores, ni para cuerpo técnico, ni para club", comenta.
De hecho, el propio Peñarroya ya destacó en una previa que "la figura del entrenador debería recibir más respeto". Fueron momentos duros. Su cese era inminente, solo era cuestión de horas e incluso ya aparecía en los medios el nombre de su sustituto antes de haber recibido la comunicación de su cese.
Pese a todo, Joan Peñarroya no guarda ningún resquemor a lo sucedido, acepta lo que pasó y acata la postura del club con su persona y la del presidente. "Él tomó una decisión, que como no puede ser de otra forma, yo no compartía, pero mi relación con Josean es muy buena y ha sido muy profesional. Me atrevería incluso a decir que cercana y muy honesta, tanto por su parte como por la mía, máximo respeto".
"Mi relación con Josean es muy buena y ha sido muy profesional. Me atrevería incluso a decir que cercana y muy honesta, tanto por su parte como por la mía, máximo respeto"
Esta abrupta salida le hace ser comedido a la hora de afrontar futuros retos. De momento, tiene paciencia. "En el futuro nunca se sabe, pero evidentemente ahora uno no se plantea depende de qué cosas".
Y es que en Baskonia vivió una experiencia nueva ya que hasta la fecha en ninguno de los equipos que estuvo al frente del banquillo había sido destituido en medio de una temporada, que en su opinión fue "fantástica". "Compaginar ACB con Euroliga es muy complicado y, o tienes un plantilla del nivel del Real Madrid o Barcelona, o todos los equipos tienen problemas. De todo se aprende. La experiencia que he vivido en Baskonia ha sido fantástica. No puedo hablar mal de nada ni de nadie de Baskonia", añadió al respecto.
"De todo se aprende. La experiencia que he vivido en Baskonia ha sido fantástica. No puedo hablar mal de nada ni de nadie de Baskonia"
Una situación extraña
Eso sí, tanto tiempo parado es algo a lo que no está acostumbrado tal y como desveló en la entrevista. "Tanta tranquilidad igual no es lo mío", reconoce.
De momento, el de Terrassa aguarda la llegada un nuevo proyecto que le convenza ya que ha tenido ofertas durante estos últimos meses que rechazó "Alguna cosa se ha dado en estos meses, pero no hemos creído que era lo apropiado".
Por otro lado, el preparador catalán sigue ejerciendo de entrenador desde la distancia.
Y es que el extécnico baskonista se define como observador, y aunque no se ha planteado este tiempo en 'el paro' como un periodo para formarse, actúa como cuando está al mando de un banquillo. "La formación uno ya la lleva dentro y como siempre, incluso como cuando estás entrenando, vas fijándote en diferentes situaciones que se dan en partidos, en otras ligas... eso te enriquece y te da nuevas herramientas para un futuro".
