La trayectoria del Baskonia en la Euroliga podría dar para un capítulo de Cuarto Milenio. El transitar de la tropa de Peñarroya por la máxima competición continental es, en ocasiones, un auténtico misterio. Difícil de entender. Tan complicado que habría que recurrir a algunos de los expertos que acompañan a Iker Jiménez en su programa para desvelar qué sucede. 

Y es que no se acierta a explicar cómo este Baskonia que es capaz de hacer hincar la rodilla a equipos de la talla del Real Madrid, Fenerbahce o al vigente campeón Anadolu Efes por dos veces, la última tras un auténtico partidazo, sucumba pocos días después contra otros teóricamente más débiles.

Son las paradojas de esta Euroliga. Las consecuencias de una competición más igualada que nunca y en la que hasta el supuestamente más débil te pinta la cara en una mala noche. No hay que fiarse. Ya lo recuerda Peñarroya de forma constante. “No pretendamos creernos lo que no somos”, aseguró tras la derrota en la cancha del colista Milán.

El catalán asume que pueden venir los altibajos ya que, según desveló, “no se puede estar siempre al 100%” y advierte de que no se puede dar nada por hecho en función de la clasificación, a la vez que hay que evitar minusvalorar a los rivales. “El roster del Armani vale el triple que el nuestro”, recordó.

Howard pasa el balón ante la defensa de Mathews, durante el partido entre el Asvel y el Baskonia Euroliga

Los pinchazos, siempre fuera

Sin embargo, no deja de ser extraño que los pinchazos más sonoros de este Baskonia en la Euroliga se hayan producido frente a equipos que cerraban la tabla y siempre a domicilio además. Ahí están las derrotas frente al Asvel, Panathinaikos, Alba Berlín, Bayern y Armani.

Un denominador común de este Baskonia es que sus caídas de tensión se producen siempre lejos del calor del amparo de su fiel afición. Hay más coincidencias en las derrotas sufridas por el conjunto azulgrana frente a estos equipos que deambulaban en el momento en el que ambos se vieron las caras por los fondos de la clasificación.

En la gran mayoría de los casos, la escuadra azulgrana pagó su falta de intensidad atrás. “Hemos estado muy poco sólidos en defensa y han anotado muy fácil”, lamentó Peñarroya tras la derrota en el El Mediolanum Forum de Milán. 

Demasiados puntos encajados

Los números así lo confirman. El cuadro transalpino, un equipo que marchaba colista y que hasta la fecha promediaba poco más de 70 puntos por partido, se fue hasta los 89. Demasiados. Peor aún fue cómo llegaron estos. Con el partido en juego. Así fue. De hecho, 49 de ellos se encajaron en la segunda parte, de los cuales 27 llegaron en un último cuarto de escasa actividad atrás. 

"Hemos estado muy poco sólidos en defensa y han anotado muy fácil. Ganar fuera de casa con estos registros es imposible"

Joan Peñarroya - Entrenador de Cazoo Baskonia

“Ganar fuera de casa con estos registros es imposible”. Mal en defensa. Una situación que no es nueva esta temporada y que ya se ha repetido en varias ocasiones frente a estos equipos supuestamente más débiles

Flojo inicio ante el Asvel

El primer capítulo de esta increíble historia se vivió a finales de octubre en la visita al Asvel. Entonces, el conjunto galo marchaba penúltimo con un balance de una victoria y cuatro derrotas, justo por delante del Estrella Roja, que aún no había estrenado su casillero de triunfos. 

Pues bien, la escuadra de TJ Parker sacó entonces los colores a un muy desdibujado Baskonia de principio a fin. El conjunto gasteiztarra empezó dormido y ya iría perdiendo el primer cuarto 24-10.

La situación no mejoraría y en los dos siguientes recibiría también una buena cosecha de puntos, otros 24 en el segundo y 25 en el tercero, en el que el choque estaba ya visto para sentencia (73-52) y que finalmente acabaría con victoria local por 87-61.

60 puntos tras el descanso

La situación se volvería a reproducir dos semanas más tarde en la visita al Oaka ante un Panathinaikos que marchaba penúltimo tras haber ganado solo uno de los seis partidos disputados, al igual que el Estrella Roja, que cerraba entonces la clasificación. 

Pues bien, el cuadro ateniense aprovechó las facilidades dadas por el Baskonia en una segunda parte para olvidar. La escuadra del Buesa llegó al descanso dominando por un ajustado 38-43, pero sus ilusiones de victoria se desvanecieron al poco de la reanudación tras una pésima puesta en escena.

De nuevo, huelga de brazos caídos atrás. Y es que los pupilos de Peñarroya encajaron la friolera de 60 puntos en la segunda mitad (29+31), frente a un equipo que promediaba 75 en 40. Todo dicho.

Mal en la gira alemana

La derrota sufrida en la noche de Reyes ante un Alba que marchaba colista y que tras 16 jornadas solo había ganado cuatro partidos, tres de ellos en las tres primeras jornadas, llegó de forma distinta. El Baskonia tuvo incluso opciones de ganar gracias a un arreón final en el último cuarto en el que logró un parcial favorable de 8-17, pero no fue suficiente para dar la vuelta a un partido en el que estuvo en todo momento a remolque. Otro traspiés que no entraba en el guión.

El siguiente pinchazo inesperado se produjo tan solo cinco días después frente a un Bayern que ocupaba la decimocuarta plaza con 6 victorias y 11 derrotas, mismo balance que Milán, Panathinaikos y Asvel, y solo por delante del Alba (5-12). 

Tropiezo ante otro rival del furgón de cola por culpa de un pésimo arranque en defensa. Y es que la escuadra de Trincheri anotó la friolera de 34 puntos en el primer cuarto. Desde ese momento, el duelo ya estuvo cuesta arriba y por mucho que el Baskonia lo intentó no pudo darle la vuelta. Es el sino de este cuadro alavés, que ante el Armani vivió un nuevo capítulo de su mal fario ante los supuestamente más débiles.