Ya lo avisó Joan Peñarroya en la previa: si el Baskonia iba de subidón a Lyon, el Asvel lo iba a poner en su sitio. Sin la excusa de la fatiga y con Henry y Howard sumándose a la convocatoria, el conjunto gasteiztarra, quizá con exceso de confianza, se estampó (87-61) en la cancha de uno de los equipos llamados a estar en la parte baja de la Euroliga, donde se vio superado en actitud, concentración y dureza.

El combinado azulgrana, que saltó a cancha con un reconocible quinteto formado por Thompson, Marinkovic, Giedraitis, Hommes y Kotsar, arrancó el partido visiblemente menos concentrado que el Asvel, como si la visita al conjunto galo fuera a ser una tarea fácil para los azulgranas después de su gran arranque de temporada y las buenas noticias del fichaje de Henry y el regreso de Howard tras lesión. Nada más lejos de la realidad. Los errores de Thompson en la organización durante los primeros minutos, impropios de él, ya hacían presagiar que algo no funcionaba bien en el Baskonia. Aunque Kotsar anotó la primera canasta, el Asvel encontró puntos prácticamente regalados imponiéndose por físico e intensidad en los rebotes ofensivos y a partir del 10-10, obra de un triple de Giedraitis, el partido empezó a tomar tintes peligrosos para los gasteiztarras. 

Los de Peñarroya, espesísimos en ataque y superados físicamente en ambos lados de la cancha, encajaron un demoledor parcial de 20-0 entre la segunda mitad del primer cuarto y el inicio del segundo. Distintos baskonistas fueron desfilando por el parqué, pero ni la entrada de Henry, ni la de Howard ni la de Kurucs sirvieron para desatascar el ataque del Baskonia, que se fue desesperando y concedió cada vez más facilidades a los exteriores locales para penetrar y anotar o encontrar a Fall y a Pons en buenas situaciones para machacar el aro. Thompson rompió el parcial con un triple, pero la dinámica del partido no cambió y el técnico azulgrana se vio obligado a pedir un tiempo muerto con el 36-15 para arengar a sus jugadores e intentar que regresaran al partido. Tras ello, se notó una cierta mejoría en cuanto a actitud, pero los tiros siguieron sin entrar con la única excepción de Giedraitis, el azulgrana más entonado en el partido. El lituano redujo distancias con un triple más tiro libre adicional y el Baskonia llegó a colocarse a 14 puntos, pero el Asvel jugó mejor las últimas posesiones y se marchó a vestuarios 48-30 arriba.

Sin atisbo de reacción

En la reanudación, el Baskonia mejoró ligeramente su imagen e intentó una remontada que se antojaba ya muy complicada, pero las cosas siguieron sin ajustarse al guion deseado por los visitantes. Giedraitis siguió tirando del carro en ataque y Thompson comenzó a mostrarse más agresivo, penetrando y forzando faltas de los rivales. De hecho, dos triples consecutivos, uno de Giedraitis y otro de Howard, hicieron creer en la remontada con el 56-43, pero el Asvel, muy sólido y serio durante los 40 minutos, enfrió al momento los ánimos con un triple de Noua.  

Henry, muy lejos de la versión de su primera etapa en Vitoria, mejoró sus prestaciones de la primera parte y protagonizó alguna buena acción individual hacia el final del tercer cuarto, pero no fueron más que pequeños destellos en un partido completamente dominado por el Asvel. La apisonadora gala siguió en marcha y tanto los jugadores azulgranas como Peñarroya, que concedió más minutos a Henry para que cogiera ritmo de competición, a Kurucs, Dani Díez y a Raieste, dejaron de creer en la remontada. 

Así las cosas, al término del tercer parcial el encuentro ya estaba sentenciado con el 73-52 que reflejaba el marcador y las sensaciones que transmitían ambos equipos. El último parcial fue un mero trámite, con las segundas unidades sobre el parqué y el Asvel gustándose y haciendo disfrutar a sus aficionados, que, en contraste con las caras largas del banquillo baskonista, vivieron su primera gran noche de la campaña con su primer triunfo cómodo en Euroliga, el segundo en su casillero particular.

De esta manera, los franceses se colocan a una sola victoria de los gasteiztarras, que al menos aprendieron la lección de que la Euroliga no perdona desconexiones y castiga con derrota a quienes no dan el 100% sobre la cancha. Toca olvidar y pensar en Bilbao.