Luca Vildoza ya ha dejado su taquilla del Buesa Arena para fichar por los Knicks, Pierria Henry apura sus últimas semanas de militancia en el Buesa Arena antes de recalar en el Real Madrid o la NBA -algo que privaría al Baskonia de obtener un traspaso- y Achille Polonara continúa deshojando la margarita sin haber dado todavía el sí a la propuesta de renovación trasladada hace tiempo desde las oficinas azulgranas.

Pues bien, el Baskonia también se expone a sufrir otra sensible pérdida una vez finalice esta campaña gravemente condicionada en los últimos tiempos por un brote de coronavirus. Se trata de Rokas Giedraitis, uno de los grandes puntales de su cuerda exterior al que la NBA, cada vez más obsesionada con arrebatar las cada vez menos gotas de talento que todavía resisten a este lado del Atlántico, ha colocado en su punto de mira.

Según ha podido confirmar este periódico, varias franquicias estadounidenses siguen sus pasos con vistas a un posible desembarco en el próximo mercado estival. El alero lituano ya recibió algún canto de sirena en veranos anteriores sin que finalmente llegara a cuajar una propuesta lo suficientemente atractiva que le empujara a aceptar el reto de codearse en la mejor competición del mundo.

Esta vez, sin embargo, sí puede ir la vencida teniendo en cuenta el notable rendimiento ofrecido por Giedraitis en Vitoria y su consagración definitiva como un jugador de altos vuelos tras los interesantes trazos atisbados en Berlín. Dado que es uno de los anotadores más compulsivos del Viejo Continente y a sus 28 años ha alcanzado ya la madurez de su carrera deportiva, las perspectivas a la hora de dar el salto este verano están subiendo muchos enteros.

De momento, el Baskonia ejerce como sujeto pasivo y se remite al vínculo suscrito el pasado verano por el báltico con sus correspondientes cláusulas de salida hacia la NBA. A Giedraitis todavía le restan dos años más de contrato en la capital alavesa con una ficha que va creciendo paulatinamente y, por lo tanto, resultará cada vez más pesada para unas arcas muy debilitadas por la pandemia.

Giedraitis podría acompañar a Vildoza en su aventura en la NBA la próxima temporada. Foto: J.Chavarri

negocio a la vista De ahí que esta opción de hacer un nuevo negocio sea vista con inmejorables ojos desde las altas esferas azulgranas. Todo ello a riesgo de ver descapitalizada una plantilla que, mientras estuvo sana y al completo, ha competido de forma sobresaliente este curso tanto en la ACB como la Euroliga. Sin embargo, ya se sabe que el Baskonia es un club de naturaleza vendedora al que este tipo de operaciones vienen de perlas para regenerarse y seguir al pie del cañón.

Tras los dos millones de dólares que dejará Vildoza en sus arcas y los aproximadamente 500.000 de Henry -siempre que se traslade a un papel el acuerdo verbal alcanzado previamente con el Real Madrid para la renuncia al derecho de tanteo-, Giedraitis se perfila como la otra gran fuente de ingresos del verano. Cuadrar los números rojos de una temporada en la que el coronavirus ha dañado gravemente la tesorería baskonista constituye un objetivo marcado a fuego en la mente de Josean Querejeta.

El francotirador lituano es consciente de que, tal y como ha sucedido con Vildoza, deberá recibir una suculenta oferta que le permita costear su salida del Baskonia. El firme interés de, al menos, un par de franquicias hace actualmente de Giedraitis un jugador con boletos para hacer realidad una de las grandes aspiraciones de cualquier baloncestista.

Prácticamente un desconocido hasta su aterrizaje en 2018 en el estético Alba de Aíto, donde comenzó a despertar la atención de los grandes de Europa, el lituano ha experimentado una evolución espectacular en su juego. Hasta el punto de erigirse en uno de los anotadores más fiables de la Euroliga.

Giedraitis ha sido una amenaza constante para las defensas rivales promediando 12,7 puntos y más de un 40% desde la línea del 6,75. Sobre todo, se ha distinguido por una facilidad pasmosa para armar el brazo desde cualquier posición, también sabe correr el contragolpe y dispone de un buen físico. Virtudes que encajan como anillo al dedo con el baloncesto norteamericano y le hacen susceptible de cruzar algún día el charco.

En Vitoria ha carecido en muchos momentos de un recambio natural que aliviara su desmedida responsabilidad dentro del equipo. De hecho, Giedraitis es de largo el baskonista más utilizado por Ivanovic habiendo superado ya la friolera de 2.000 minutos entre todas las competiciones. Pese a la pujanza de Sedekerskis, lo ha jugado prácticamente todo porque Dragic no es un tres puro y Raieste ha demostrado estar muy verde para competir a estos niveles.