El fichaje de Luca Vildoza por los New York Knicks, cuyo acuerdo para la rescisión aún no está cerrado supondrá una importante inyección económica para el Baskonia, que ayudará a la entidad de Josean Querejeta a cuadrar las cuentas de una temporada extremadamente compleja en el aspecto monetario debido a los efectos de la pandemia. El conjunto baskonista, que deberá encontrar un sustituto para afrontar el play off de la ACB -el nombre de Dallas Moore es el que ha sonado con más fuerza-, perderá a uno de sus capitanes y pieza importante de su plantilla, pero a cambio recibirá una suma cercana a los dos millones de que figuran en su cláusula gracias a una operación que se ha repetido en numerosas ocasiones en los últimos 20 años.

El Baskonia ha sido siempre un club vendedor, y no existe mejor comprador que aquel que cuenta con liquidez de sobra y que, además, no se trata de un rival directo en el plano deportivo. A lo largo de las últimas dos décadas, la NBA ha sido una fuente de ingresos habitual para la entidad gasteiztarra, que se ha encargado de pulir diamantes en bruto para enviarlos después a través del charco rumbo a Estados Unidos, cobrando un precio muy superior al que pagó por ellos cuando todavía no tenían cartel en el baloncesto internacional.

Vildoza, por el que el Baskonia obtendrá una jugosa suma, se sumaría a una larga lista en la que también figuran Nocioni, Calderón, Macijauskas, Scola, Dragic, Splitter, Teletovic, Prigioni, Bertans y Poirier, jugadores que se han curtido en Vitoria-Gasteiz y han dado el salto posteriormente a la liga de baloncesto más importante del mundo. El base argentino llegó en el año 2016 procedente del Quilmes y, tras pasar una temporada cedido en su club de origen, ha disputado cuatro campañas en el Baskonia. En este periodo de tiempo, el jugador ha alternado momentos de inspiración y exhibiciones técnicas con otros en los que se ha mostrado más agarrotado, con un baloncesto precipitado y anárquico. 10 meses después de anotar la canasta decisiva que dio el título de la ACB al Baskonia, el base de 25 años toma el mismo camino que otros diez azulgranas han elegido en las últimas dos décadas.

NOCIONI, EL PRECURSOR Resulta anecdótico que el jugador que abrió la ruta Baskonia-EEUU haya sido precisamente uno de los primeros en instar a que Vildoza siga sus pasos y pruebe fortuna en la NBA. “Qué lindo sería volver a ver a un argentino jugando todas las noches en el Madison, ¿no?”, escribió el miércoles Andrés Nocioni en redes sociales tras conocer la posibilidad de que su compatriota fichara por los Knicks.El

Chapu , cuando, tras ganar una ACB y dos Copas del Rey con el Baskonia desde 2001, fichó por los Bulls de Chicago, que inyectaron una cantidad y con el Baskonia desde 2001, fichó por los Bulls de Chicago, que inyectaron una cantidad cercana a los cercana a los tres millones de euros en las arcas del Baskonia por hacerse con los servicios del alero argentino, convirtiéndose en la mayor suma percibida por los alaveses al vender un jugador a la NBA. Tras ocho años en los que también jugó en Sacramento y en Philadelphia, Nocioni regresó al Baskonia en 2012.

El siguiente en dar el salto a la liga norteamericana desde Vitoria-Gasteiz fue el escolta lituano Arvydas Macijauskas. El incansable anotador, que registró máximas de hasta 40 puntos en los partidos que disputó durante sus dos temporadas en el Baskonia, llegó a un acuerdo con los Hornets de Nueva Orleans en 2005. Su rendimiento en la NBA dejó mucho que desear y solo logró disputar 19 partidos en Estados Unidos. Tras esa mala experiencia, regresó a Europa de manos del Olympiacos, donde se retiró tras cuatro temporadas en las que tuvo constantes contratiempos con las lesiones.

Macijauskas no fue el único baskonista traspasado a la NBA en 2005, ya que ese mismo año José Manuel Calderón partió rumbo a los Toronto Raptors, donde se convirtió en el cuarto español en debutar en la liga norteamericana. Su trayectoria en la competición fue mucho más amplia y exitosa que la de Macijauskas, llegando a disputar la friolera de 895 partidos entre las siete franquicias diferentes en las que militó a lo largo de 15 años.

PROTAGONISMO ARGENTINO Habría que esperar dos años a que se certificara el siguiente traspaso de un jugador del Baskonia a la NBA, en este caso otro compatriota de Vildoza como Luis Scola. El ala-pívot fichó por los Houston Rockets en 2007 y vivió unos muy buenos años en la franquicia tejana, convirtiéndose en una de sus piezas ofensivas más importantes. Tras cinco años en Houston, fue traspasado a los Phoenix Suns, para después recalar en Indiana, en Toronto y definitivamente en Brooklyn, donde jugó sus últimos partidos en la liga norteamericana, en el curso 2016-17. En total, jugó 743 partidos, promediando 12 puntos y 6,7 rebotes por encuentro.

Durante su etapa en los Suns coincidió con otro de los baskonistas que se subieron al avión rumbo a Estados Unidos, Goran Dragic, aunque este no llegó a debutar con los gasteiztarras, ya que cuando fue propiedad del club azulgrana estuvo cedido en el Murcia y el Olimpija de Ljubljana. El base esloveno comenzó con un rol secundario, pero sus prestaciones fueron creciendo exponencialmente hasta firmar un contrato multimillonario con los Miami Heat, franquicia por la que renovó el año pasado por dos temporadas y 37,5 millones de dólares. Con 859 partidos y 13,9 puntos de media, sigue siendo uno de los anotadores más destacados de la competición.

Otro de los que destacaron en Vitoria-Gasteiz antes de triunfar en la NBA fue Tiago Splitter. El pívot brasileño debutó con solo 15 años con el Baskonia tras ser fichado en el año 2000 y fue perfeccionando su juego hasta llamar la atención de los Spurs de San Antonio en 2010, con varios títulos en su haber como azulgrana. En la franquicia tejana su rendimiento fue de más a menos. En 2014 se convirtió en el primer brasileño en ganar la NBA, pero a partir de ahí su rendimiento se vio lastrado por sus problemas físicos. En el tramo final de su carrera jugó en Atlanta y Philadelphia, donde se vio forzado a retirarse por las lesiones.

El caso de Teletovic fue similar. El bosnio ganó dos ligas junto a Splitter en los seis años que pasó en Vitoria y en 2012 se marchó a los Brooklyn Nets, que abonaron dos millones de euros al Baskonia para hacerse con sus servicios. En la NBA destacó como un especialista en el lanzamiento de tres, sobre todo durante su etapa en los Phoenix Suns, donde registró números extraordinarios. En 2016 firmó un contrato de 30 millones de dólares con los Milwaukee Bucks, pero una embolia pulmonar lo forzó a retirarse antes de cumplir con su contrato.

PRIGIONI, UN ‘RARA AVIS’ El caso de Pablo Prigioni fue diferente a todos los anteriores, ya que la mayor parte de su dilatada carrera la pasó en Europa para marcharse después a los New York Knicks a los 35 años, donde ocupó el mismo puesto que ahora tendrá Vildoza. El argentino permaneció tres temporadas en la Gran Manzana, donde hizo gala de su veteranía antes de jugar para los Houston Rockets y Los Angeles Clippers, su último equipo antes de retirarse en el Baskonia y comenzar su carrera como entrenador. En este movimiento el club no cobró traspaso a los neoyorquinos.

Los dos últimos jugadores que han utilizado el Buesa Arena como trampolín para debutar en la NBA son Davis Bertans y Vincent Poirier. El tirador letón jugó en Vitoria entre 2014 y 2016 antes de fichar por los San Antonio Spurs. Gracias a su infinito rango de tiro, se convirtió en una pieza preciada y actualmente juega en los Wizards de Washington, donde promedia 11,4 puntos por encuentro este curso. Poirier hizo lo propio en 2019 al fichar por los Boston Celtics tras destacar durante los dos años que pasó en el Baskonia. Sus números en la mejor liga del mundo han sido muy pobres y recientemente regresó a Europa de la mano del Real Madrid.

La gran duda ahora es si Vildoza vivirá el sueño americano como lo hicieron sus compatriotas Scola, Nocioni y Prigioni o si se quedará en una decepción como Poirier o Macijauskas. En cualquier caso, eso no será motivo de preocupación para la entidad de Betoño, que se frota las manos con los dos millones de euros que podría percibir por su venta.