Vitoria. Nikola Mirotic abrió ayer la caja de los truenos en el arranque de la pretemporada del Real Madrid. El jugador montenegrino con pasaporte español, que había decidido jugar con la selección española, compareció ante los medios para explicar que se estaba cuestionando la posibilidad de modificar esa decisión para finalmente jugar con el combinado nacional de su país de origen. El motivo, obvio, tiene que ver con el hecho de que Serge Ibaka le cierra el paso, ya que sólo un jugador no nacido en España puede actuar en cada torneo con cada selección. El problema, más que lo que dijo en declaraciones a varios medios, es el tono que empleó y el cierto matiz de rencor que destilaban sus palabras.
"No sé si jugaré con España o Montenegro", manifestó el jugador del Real Madrid en una declaraciones que ayer adelantó la web del diario Marca. "No quiero hablar mucho de esto, pero sólo quiero decir una cosa. Sí, hay opciones de jugar con Montenegro. No lo rechazo, ni mucho menos. Entiendo que cause sorpresa, pero han pasado cosas que no me han gustado. Habrá tiempo para hablar de eso. No quiero comentar nada más".
El jugador montenegrino, aunque asegura asumir que Ibaka sea la primera opción para los responsables de la FEB (Federación Española de Baloncesto), no acaba de resignarse a permanecer toda su carrera como una segunda opción y perder la ocasión de disponer de una carrera en el baloncesto internacional por selecciones. "Ibaka merecía estar en los Juegos", reconocía pese a todo en una entrevista concedida a Onda Madrid.
El jugador del Real Madrid, equipo que ayer presentó a su último refuerzo Marcus Slaughter, sí que quiso mandar un mensaje entre líneas a los rectores de la Federación Española. "Siempre que he tenido ocasión de jugar con España lo he hecho", recordó el ala-pívot del equipo blanco. "Pero igual no han pasado algunas cosas que deberían haber pasado", zanjó crítico unas declaraciones que pueden levantar mucho polvo.