El listón de la exigencia se eleva sobremanera este domingo para el Deportivo Alavés con un reto de altura ante el Real Madrid.

Mendizorroza promete ser una auténtica caldera para tratar de engullir a un opulento equipo blanco que aterrizará en Vitoria en mitad de su eliminatoria de Champions League ante el Arsenal y con el campeonato doméstico cada vez más cuesta arriba tras la última derrota ante el Valencia.

Frente a un rival sobrado de pólvora en ataque y que acoge a los mejores delanteros del planeta futbolístico como Mbappé y Vinicius, la premisa albiazul pasará por hacerse fuerte en defensa y convertir el partido en un campo de minas. En definitiva, mostrar una férrea disciplina en todas las facetas con un generoso despliegue físico. 

Únicamente así podrá sumarse algún punto ante una constelación de estrellas que, mediante un simple ramalazo de talento, pueden arruinar el trabajo de cualquiera en un visto y no visto. 

Vinicius y Mbappé celebran uno de los goles con el Real Madrid de esta temporada Juan Herrero

El ejemplo del Valencia

No en vano, la del domingo se presume una jornada en la que el Glorioso apenas dispondrá del balón, no podrá llevar la iniciativa del juego y tendrá que estar bien replegado conteniendo las acometidas del Real Madrid, al que tratará de sorprenderle al contragolpe, sobre todo mediante envíos a la espalda de sus endebles laterales (Lucas Vázquez y Fran García).

Con el cuadro de Ancelotti completamente partido y volcado en ataque en busca de los tres puntos, así fue, por ejemplo, cómo el Valencia dio la campanada en el Bernabéu. Tras un centro de Rafa Mir desde la derecha, Hugo Duro remató sin oposición dentro del área.

El Alavés viene de ofrecer grandes prestaciones a nivel defensivo en Montilivi, pero mantener la regularidad y la constancia en esta faceta del juego se ha convertido en una asignatura pendiente desde el inicio de la temporada.

Y es que la misión de dejar su portería a cero constituye un camino repleto de espinas para el conjunto vitoriano. El rival de turno no ha podido derribar el muro albiazul únicamente en cinco ocasiones durante las 30 jornadas ligueras, de ahí las apreturas clasificatorias en las que se halla inmerso el Alavés en la actualidad.

La primera vez que Antonio Sivera no encajó gol tuvo lugar en la segunda jornada ante el Real Betis en un duelo donde el marcador no se movió (0-0) ante la pólvora mojada de las dos delanteras. En la jornada 4, el Alavés firmó un convincente triunfo en casa ante el Las Palmas por 2-0 en un partido donde el guardameta de Jávea tuvo muy poco trabajo.

Sivera, sobre el césped, tras el gol de Munir para el 3-3 en Butarque. Pablo Garcia

Racha fatídica de 14 jornadas

Habría que esperar luego a la duodécima jornada para vislumbrar otro encuentro en el que el Alavés se mostró firme atrás y su integridad no se vio lastimada. El Mallorca se quedó seco en Mendizorroza en una jornada donde Luis García, por entonces ya bastante cuestionado, consiguió salvar su cabeza gracias a un postrero gol de Guridi que supondrían tres puntos ciertamente balsámicos (1-0).

Esa visita del cuadro bermellón que tuvo lugar el 1 de noviembre del 2024 fue un punto de inflexión muy negativo. A partir de entonces, el Glorioso recibió gol durante 14 ocasiones consecutivas. No fue hasta el pasado 8 de marzo, en encuentro correspondiente a la jornada 27, cuando el equipo de Coudet volvió a dejar la portería a cero.

Además, ese día hizo realidad su objetivo de forma agónica y con todo el suspense del mundo –hubo 15 minutos de descuento– tras un partido ante el Villarreal en el que el Alavés acabó con nueve futbolistas por las expulsiones de Sivera y Blanco, y con Adrián Rodríguez como guardián del marco.

El pasado sábado fue la última vez que Sivera puso el candado ante el Girona en Montilivi. Pese a la baja de Tenaglia en el lateral derecho, el cuadro gasteiztarra exhibió una seguridad a prueba de bombas y mantuvo a raya a un rival como el catalán que, pese a su pérdida de pujanza, sigue contando en los últimos metros con futbolistas realmente desequilibrantes. Ante el Real Madrid, cualquier despiste puede ser mortal de necesidad por razones obvias.