El momento por el que pasa el Deportivo Alavés es cuando menos inquietante. La idea del Chacho Coudet no está dando demasiados resultados y, mientras los babazorros continúan su caída, algunos de los rivales directos han despertado y quieren aprovechar su buen momento para abrir margen con el descenso. Ahí, en la penúltima plaza, está el equipo albiazul, ahora a dos puntos de la permanencia tras la derrota ante el Getafe.
De situaciones como la actual, complicadas pero no insalvables, sabe mucho Javi Cabello. El valenciano estuvo en Mendizorroza cuatro temporadas, siendo el asistente de los muchos entrenadores que pasaron por el banquillo entre 2017 y 2021, y en tres de ellas se vio en posiciones similares. Incluso peores, se podría decir. Solo hay que recordar cómo fue la primera de ellas, habiendo disputado meses antes la final de Copa del Rey.
“20 minutos pueden cambiar una temporada entera; así lo vimos con la remontada en Montilivi”
“Fue un torbellino de emociones esa campaña (17-18). Llegué con mucha ilusión, afrontando el reto de adaptarme a un nuevo destino, pero todo se torció cuando arrancó la Liga. Perdemos en Leganés fallando un penalti, a partir de ahí no podemos ni marcar un gol y despidieron a (Luis) Zubeldía en la cuarta jornada”, comienza. Lo “único positivo” fue que pudo estrenarse como primer técnico en la élite. Lo hizo en calidad de interino.
CABELLO DIRIGIÓ TRES PARTIDOS DEL ALAVÉS
Durante sus cuatro años en Mendizorroza, Javi Cabello tuvo la oportunidad de ser el primer entrenador del Deportivo Alavés en una ocasión. Ocurrió entre la destitución de Luis Zubeldía y la llega de Gianni De Biasi. El valenciano tomó las riendas del equipo en calidad de interino y dirigió tres partidos, ante el Dépor, Real Madrid y Getafe, este último en Copa. El balance fue de dos derrotas y una victoria respectivamente, haciendo debutar a Martín Aguirregabiria en el duelo con los azulones.
Gianni De Biasi fue el siguiente en tomar las riendas del Alavés en aquel curso y, “aunque los resultados y otras muchas cosas no acompañaron”, Cabello sí que reconoce que “ayudó a dar un paso al equipo” antes de la llegada de Abelardo Fernández. Cuando el entrenador asturiano cogió la batuta, el conjunto albiazul era colista, estaba a seis puntos de la permanencia y su balance en trece fechas era de dos victorias y once derrotas.
Considerando esto último, además de las pobres sensaciones sobre el césped, los medios nacionales daban ya al Glorioso por muerto. Y lo hicieron demasiado pronto. “Con el Pitu despegamos. Tanto que nos salvamos a falta de tres jornadas para el final. La segunda vuelta, sobre todo, fue un disfrute. Nos salió todo y conseguimos varios triunfos importantes. La verdad es que fue muy bonito lo que logramos aquel año”, recuerda.
A Cabello le cuesta destacar las claves que hicieron posible tal resurgir, pero sí tiene claro que lo ocurrido en Montilivi el 4 de diciembre del 2017 fue “un punto de inflexión”. Pese a que nunca lo ha dicho abiertamente, el “sentir general” de la plantilla cuando el Girona ganaba 2-0 era de que “se iba a descender”. Empezar de esa manera después de haber visto pasar a dos entrenadores impedía ver la luz al final del túnel.
“El fútbol es así, en 20 minutos puede cambiar una temporada. La remontada, con hat-trick de Ibai, fue una explosión de alegría inmensa y conectó al vestuario. Ganar allí y repetir días después en casa (2-0 contra Las Palmas) hizo que nos diéramos cuenta de que no estábamos tan lejos y que podíamos darle la vuelta a la situación”, explica. Una noche de película, como otras tantas que ha vivido el Alavés en los últimos años.
“Manu, como capitán, vitoriano y aficionado; Pacheco y Laguardia tiraron mucho del grupo. Fueron un gran ejemplo para los jóvenes"
Cabello, eso sí, insiste en que “no fue fácil” y habla de la importancia que tuvieron tres futbolistas en concreto, si bien fue un éxito colectivo: “Manu, como capitán, vitoriano y aficionado; Pacheco y Laguardia tiraron mucho del grupo. Fueron un gran ejemplo para los jóvenes. Por eso pienso que, aunque se puede resumir la salvación con lo ocurrido en Girona, hubo muchos elementos que pasan desapercibidos y fueron igual de decisivos”.
TEMPLANZA
Habiendo presenciado un resurgir así, sin olvidar otros que llegaron después –admite que el logrado por Javi Calleja le pareció igual de difícil–, el valenciano piensa que no hay que perder la esperanza con la presente temporada. Recuerda que “queda aún mucha Liga por delante” y cree que el Alavés cuenta con “jugadores de talento” para revertir la dinámica. Además, que haya “tantos equipos implicados” en la pelea “es algo favorable”.
“Lo más importante es no descolgarse. Esto es una carrera de fondo y, estando a solo dos puntos de la permanencia, un par de buenas jornadas pueden cambiar por completo el rumbo"
“Lo más importante es no descolgarse. Esto es una carrera de fondo y, estando a solo dos puntos de la permanencia, un par de buenas jornadas pueden cambiar por completo el rumbo. El Alavés debe tener templanza y no rendirse”, apunta. Lo “positivo” es que el club sabe navegar en estos mares. Habrá que ver cuál es la situación del equipo después de las dos próximas citas, ambas contra rivales directos (Leganés y Espanyol).
Ahora bien, Cabello considera que, para tener opciones en la batalla por seguir un año más en la élite, los babazorros necesitan recuperar ya la condición de fortín de su estadio: “Jugar en casa le da un plus a todos los equipos, pero al Glorioso todavía más. Siempre lo he dicho, Mendizorroza ofrece un aliento y soporte que te lleva en volandas y debe aprovecharse. Los rivales tienen que pasarlo mal cuando salten al césped”.