Rápido. Veloz. Un rayo en la banda. Puro vértigo. Calidad y desborde. Un puñal. Incisivo. Hábil para el regate y muy superior a sus pares. Una auténtico quebradero de cabeza para Pedrosa, que tendrá varios días pesadillas con Carlos Vicente, un extremo que le ganó todos los duelos.
El interior maño firmó un partido espectacular. De diez. De momento, es junto a Abqar el único jugador de campo del Deportivo Alavés que ha disputado todos los partidos de lo que va de Liga y viendo actuaciones como la que protagonizó ante el Sevilla se entiende por qué.
El de Zaragoza está en un momento de forma espectacular. Una bala capaz de correr hacia delante el contragolpe de forma supersónica y tener fuelle aún para recuperar su posición y ayudar en defensa. La banda derecha es suya. Dueño y señor. Un jugador total.
Cumplidor en defensa y dañino en ataque. Siempre saca algo positivo. Asistencias, provoca amarillas y marca goles. Lo tiene todo. Lo dicho, un jugador total.
Un futbolista por el que el Deportivo Alavés pagó el año pasado 600.000 euros al Racing de Ferrol por hacerse por sus servicios y que tras su fial de Liga el año pasado, y sobre todo, tras su inicio de campeonato en el presente ejercicio ha conseguido aumentar su cotización como la espuma. ¿Cuánto vale ahora Carlos Vicente?
¡Quién lo sabe! Mucho. Muchísimo. Una inversión de lo más rentable para los de Mendizorroza, que de momento están obteniendo réditos en el plano deportivo. Todo apunta a que lo seguirá haciendo durante mucho un tiempo ya que el potente jugador zaragozano parece tener fuelle de sobra para rato.
Habrá que cuidarle y dosificar sus esfuerzos, pero está demostrando que cuando está en forma y con chispa es un jugador determinante. Un futbolista desequilibrante en las distancias cortas, que añade a su desborde por banda su pillería para marcar un gol. Con olfato. Un ratón del área.
Ya lo demostró hace unas jornadas ante Las Palmas y frente al Sevilla, Vicente anotó su segunda diana. El maño remató al primer toque el centro de Tenaglia desde el borde del área pequeña y batió con un disparo ajustado al palo a Nyland, quien pudo hacer mucho más en el gol. Errático el meta del Sevilla. Todo lo contrario que un Deportivo Alavés, que hizo gala una vez más de su efectividad.
UN TORBELLINO DEL MINUTO 10 AL 15
La escuadra albiazul comenzó esta sexta jornada siendo el sexto equipo más eficaz del campeonato tras marcar el 42% de las ocasiones que crea.
Ante el Sevilla acertó la primera que tuvo, algo clave para decantar el partido de su lado. Poco después tuvo Toni Martínez otra, durante unos minutos en los que el conjunto babazorro fue un torbellino.
El Alavés arrolló a su rival desde el minuto 15 hasta el 25. Fue un acoso y derribo en toda regla. Un pim, pam, pum constante hasta el punto de jugar con el Sevilla como si fuese un muñeco roto. Bien plantado, guerrero, un bloque unido, que presionaba y no dejaba pensar a su rival.
Su intensidad le permitía robar y atacar con peligro. Juego vertical. De muchas revoluciones y un ritmo vertiginoso en el que Carlos Vicente tuvo, ¡cómo no! su protagonismo.
Y es que además de marcar, participó en el 2-0. El extremo albiazul puso un balón medido a Stoickhov tras desbordar una vez más por la banda derecha y el cabezazo de este fue repelido por el larguero y cayó justo delante de Carlos Martín, dentro del área pequeña, quien no tuvo que hacer más que empujar para marcar el segundo tanto albiazul.
La guinda a un partido perfecto. En ataque y en defensa, con su generoso esfuerzo. Si fuese un torero, su faena habría sido de dos orejas y un rabo. Una noche para salir por la puerta grande.