Que, aun a día de hoy, el Deportivo Alavés siga siendo el club vasco que más cerca ha estado de ganar un título europeo es buena muestra de la magnitud que tuvo lo conseguido por la escuadra del mítico Mané en el año 2001. Aunque el trofeo se marchó a Liverpool, la afición babazorra siempre se ha sentido vencedora de aquella final en Dortmund y así lo está volviendo a comprobar uno de sus protagonistas: Martín Herrera. El exguardameta argentino ha vuelto a Vitoria-Gasteiz, en principio para quedarse un largo tiempo, y unas pocas semanas le han valido para comprobar que nadie se ha olvidado de aquel 16 de mayo.
¿Qué tal el regreso a Vitoria-Gasteiz?
Bien, bien. La verdad es que tanto mi esposa como yo estamos muy contentos. Vitoria ya era una ciudad bonita en aquella época, por el año 2000, y me lo sigue pareciendo en la actualidad. Ha crecido mucho en todos los sentidos, eso sí lo he notado, pero sigue manteniendo su esencia. La tranquilidad que da esta ciudad, en la que, además, puedes desplazarte a pie casi a cualquier lugar, no la puedes encontrar en Madrid, donde he estado el último año.
"Fuimos a Madrid y allí abrimos una cafetería. Y ahora nos hemos mudado a Vitoria"
¿Cómo es que han decidido volver?
Una elección de vida más, simplemente. Queríamos salir de Argentina, pues la situación, como ya todo el mundo sabe, es muy difícil allí, y ambos pensamos que España era un buen destino. Primero, como ya he dicho, fuimos a Madrid y allí abrimos una cafetería. Y ahora nos hemos mudado a Vitoria, aprovechando la oportunidad que me dio Radio Vitoria de ser comentarista deportivo. Les estoy, por cierto, profundamente agradecido por la posibilidad que me han dado de seguir en lo mío, que es el deporte y, en concreto, el fútbol.
"Tengo mi papel en la radio y me he buscado un trabajo de recepcionista en un hotel de aquí"
El fútbol es lo suyo; pero, al contrario que otros antiguos compañeros, prefirió no enfocar su carrera a los banquillos una vez colgó los guantes.
Nunca me ha llamado la atención ser entrenador, preparador de porteros o similares, si te soy sincero. No es algo que sienta, no me gusta. Lo que sí he hecho es seguir vinculado al deporte a través de la política, siendo subsecretario durante ocho años en Río Cuarto, mi ciudad natal. A día de hoy, tengo mi papel en la radio y, como uno no debe quedarse quieto por dignidad, me he buscado un trabajo de recepcionista en un hotel de aquí.
¿Fue difícil, al retirarse, ese cambio de sector?
Cuesta, como es lógico. Pero fue mi decisión, no me obligaron a hacerlo. Por suerte, el proceso fue rápido y seguí conectado con distintos deportistas que manejaban la parte deportiva-política de Córdoba y Río Cuarto. Trabajé, entre otros, con el extenista Agustín Calleri y juntos formamos un grupo cuyo objetivo era transmitir todo lo aprendido durante nuestras carreras, repletas de viajes, a las calles de la ciudad. De Vitoria, sin ir más lejos, trasladé mucho en cuanto a construcción de espacios deportivos, organización de eventos, etcétera.
SU ETAPA EN EL ALAVÉS
Hablando ya del Alavés, ¿qué se le viene a la cabeza cuando recuerda su etapa como albiazul?
Que fueron unos años muy bonitos en lo deportivo. Hubo momentos de dificultad, pues al principio éramos un equipo formado en su mayoría por completos desconocidos, pero poco a poco fuimos compitiendo y mejorando hasta llegar a donde llegamos. Ayudó mucho, por entonces, que todas las áreas del club fueran a una, esforzándose al máximo cada día.
"En Madrid, aun teniendo conocidos, yo me sentía solo, mientras que al llegar aquí he visto cómo se me han abierto todas las puertas"
Imagino que, debido a esto último, volver a Vitoria le habrá removido algo por dentro, al contrario que cuando llegó a Madrid.
Ha sido completamente distinto, está claro. En Madrid, aun teniendo conocidos por la ciudad, yo me sentía solo, mientras que al llegar aquí he visto cómo se me han abierto todas las puertas. Así me lo han hecho sentir en la radio, también en las calles, y en el propio Alavés, donde Sergio Fernández me ha recibido con mucho cariño y naturalidad. Estoy muy agradecido por la amabilidad que me está demostrando todo el mundo.
"Me ha costado un tiempo darme cuenta de que hicimos historia. Cuando uno se dedica al fútbol no es fácil ver la dimensión de lo que hace"
Es consciente de que hicieron historia, ¿no?
Bueno, ahora sí; pero me ha costado un tiempo darme cuenta. Al final, cuando uno se dedica al mundo del fútbol, no es fácil ver la dimensión de lo que hace, ya que las carreras son muy largas y los resultados, en realidad, se olvidan la mayoría de año a año. La gente de Vitoria, eso sí, me lo recuerda cada vez que puede. Más allá de lo de Dortmund, que siempre dolerá, lo que tiene valor para mí es el proceso que vivimos. Fueron tres años de éxitos, en los que el Glorioso ganó partidos que nadie se imaginaba que iba a ganar.
Buena muestra de lo difícil que es algo así es que, todavía a día de hoy, el Alavés sigue siendo el club vasco que más cerca ha estado de ganar un título europeo.
(Ríe). Tiene mucho mérito, sí. Sobre todo, a sabiendas de que el Athletic y la Real Sociedad son muy grandes y se construyen para pelear por ello.
"Quién sabe lo que podría haber pasado si nos llegan a dejar jugar los minutos extra que faltaban tras el 5-4"
En dicha final, además, tuvieron a la mayoría de Europa apoyándoles.
Y lo sabíamos. El futbolero siempre tira por inercia hacia el equipo más chico, más aún si da la cara como lo hicimos nosotros contra el Liverpool. Llegamos a ir 4-4 y una regla que actualmente no existe fue la que nos cortó las piernas. Quién sabe lo que podría haber pasado si nos llegan a dejar jugar los 5-6 minutos extra que faltaban tras el 5-4. De todas formas, hicimos un esfuerzo tremendo, compitiendo como debe hacerse en una cita así, y nuestra gente lo reconoció. Siempre nos han hecho sentir vencedores.
"El club lleva años trabajando bien y si sigue así puede aparecer una oportunidad como aquella"
¿Ve posible que el Glorioso vuelva a vivir una experiencia similar?
No veo por qué no. Pese a que nuestro objetivo siempre va a ser la permanencia, el club lleva años trabajando bien, yendo de menos a más; y, si sigue así, puede aparecer una oportunidad como aquella. Es muy difícil, todos lo sabemos, pero el Alavés hoy tiene dirigentes y plantilla para soñar con algo más. Ya la temporada pasada no se quedó tan lejos y en esta, mismamente, ha arrancado bien.
Supongo que, cuando fichó por el Alavés, era inimaginable pensar en que aquella escuadra llegaría tan lejos.
Para nada, y no solo por la actuación en Europa. La 1999-00 fue una campaña tremenda, en la que tuvimos opciones de ser subcampeones de Liga, que se dice pronto, hasta la última jornada. Éramos capaces de ganar a cualquiera y lo mejor es que esa tendencia siguió después, tanto cuando competimos en UEFA (2000-01) como el siguiente (2001-02), que nos clasificamos otra vez. Fue una etapa, que no un año, en la que el Glorioso dio miedo.
Por cierto, ¿cómo se dio su fichaje? En aquellos años el fútbol no estaba tan globalizado como ahora.
No lo recuerdo muy bien, pero se trabajaba mucho con intermediarios. Sé, además, que el secretario técnico de entonces (Juan Carlos Rodríguez) viajó a Argentina para ojear a futbolistas que estaban jugando bien en clubes de media-baja tabla. Así fue cómo nos vieron por primera vez a Martín (Astudillo) y a mí.
"Juan Carlos Rodríguez viajó a Argentina para ojear a futbolistas que estaban jugando bien en clubes de media-baja tabla. Así fue cómo nos vieron por primera vez a Martín Astudillo y a mí"
¿Qué ingredientes tenía aquel equipo para que todo saliera tan bien?
Humildad, sobre todo. Recuerdo especialmente la pretemporada en Luchón (Francia), donde, aun siendo un lugar muy pequeño, lo pasamos genial y recibimos muy bien lo que nos inculcaron Desio, Karmona y compañía. Allí entendimos lo que significaba el Alavés y poco a poco, con mucho trabajo, fuimos hacia arriba en todos los sentidos.
¿En qué momento, respecto a la UEFA, se dieron cuenta de que podrían lograr algo serio?
A ver, nosotros íbamos día a día. Al no haber fase de grupos, cada eliminatoria la tomamos como una final y, siempre que desde fuera nos hacían de menos, el vestuario se iba sintiendo más fuerte. El partido en Turquía, después de empatar a cero en casa, nos reforzó muchísimo, pues fue como ganar en el infierno, y superar al Inter también fue un subidón. En el hotel de Milán nos preguntaban para qué habíamos viajado.
"En Luchón lo pasamos genial y recibimos muy bien lo que nos inculcaron Desio, Karmona y compañía. Allí entendimos lo que significaba el Alavés"
En ese vestuario de cabras locas, con cariño, usted era el hombre tranquilo.
(Ríe). Sí, sí. Siempre he intentado llevar un perfil bajo. Rodeado de personalidades como Desio, Pablo, Karmona o Cruyff, era necesario que hubiera alguien calmado.
¿Quién era el más particular?
(Suspira). Difícil quedarse solo con uno. Óscar (Téllez), Kike (Burgos), Cosmin (Contra) o Martín (Astudillo), entre otros, dieron mucha alegría al plantel. Nos divertíamos mucho.
"Mané era un técnico muy especial, con una personalidad única y particular, pero que sabía transmitirnos a la perfección lo que quería"
Mané también era muy suyo.
Sin duda. Un técnico muy especial, con una personalidad única y particular, pero que sabía transmitirnos a la perfección lo que quería en cada encuentro. Tenerle al frente facilitó mucho las cosas, determinaba con firmeza sus decisiones.
Y, futbolísticamente, convirtió a Contra en el mejor lateral de Europa, a Javi Moreno en un goleador de élite, etcétera.
Así es. Los jugadores veníamos al Alavés tranquilos y motivados, conscientes de que este era un gran lugar para crecer. Más todavía, claro está, cuando nos clasificamos para la UEFA. Aquel ambiente era muy favorable.
Además del Zamora, en la campaña 1999-00 recibió el premio al mejor futbolista iberoamericano del año, que hoy en día tienen Leo Messi, Cristiano Ronaldo, Luis Suárez y demás estrellas mundiales. ¿Qué me dice de eso?
Una locura, ¿verdad? Lo cierto es que fue casualidad, fruto del gran trabajo de todo el grupo. Éramos una escuadra compacta, en la que cada uno nos matábamos por mantener la puerta a cero para luego salir hacia arriba. Entendimos que, por medio de una buena defensa, podríamos obtener resultados.
EL 'GLORIOSO' DE LUIS GARCÍA PLAZA
Centrándonos ya en el presente, ¿qué le está pareciendo el Alavés en este inicio liguero?
Me gusta. Se está trabajando bien, dando continuidad a un proyecto de varios años, y esto último facilita mucho las cosas. Además, el equipo ha estado a la altura en los cinco partidos que ha disputado, jugando de tú a tú a sus rivales tanto en casa como fuera, y creo que nos va a dar una gran temporada.
¿Entiende el mensaje de calma que está mandando constantemente Luis García?
Por supuesto. Cada vez que se gana, como es lógico, la ilusión de la gente crece, se traslada a la prensa y todo llega al vestuario, pero internamente es clave mantener la tranquilidad. El campeonato es largo y hay que ir paso a paso.
¿Ve alguna semejanza entre este Alavés y el que integró?
Que ambos nos hemos forjado a través de situaciones dramáticas. El nuestro, aunque yo llegué al curso siguiente, pasó por una salvación agónica, en la última jornada, y el actual vivió hace no mucho un ascenso de película.
"SIVERA, ACTUALMENTE, ES UNO DE LOS MEJORES PORTEROS DE LALIGA"
Uno de los nombres que no podía faltar en la charla de DNA con Martín Herrera es el de Antonio Sivera. El guardameta de Jávea es una figura clave del Deportivo Alavés actual y, cómo no, también uno de los mejores herederos, junto a Fernándo Pacheco, que ha tenido el argentino, quien fue el guardián de Mendizorroza durante tres temporadas, entre 1999 y 2002, proclamándose Zamora en la primera de ellas.
“Para un club como el Glorioso es fundamental contar con un portero que dé puntos, y Sivera los da. Es de los que más lleva en el equipo, se ha ganado un papel importante en el vestuario y, además, ha empezado la temporada a un nivel espectacular, con paradas excelentes que aumentan la confianza no solo de él, sino también en el grupo”, manifiesta Herrera, quien defendió la zamarra alavesista en 110 ocasiones.
Al argentino, eso sí, le cuesta comparar el estilo de Sivera con el suyo de aquella época, pues el fútbol “ha cambiado mucho” para los porteros en estos 20 años. Lo que sí hace es poner en valor sus puntos fuertes: “Lo que más me gusta de él es que transmite mucha serenidad en los manos a mano. Gana la mayoría y eso es diferencial, sobre todo si lo tiene tan asentado como parece. Además, le veo muy veloz y con grandes reflejos”.
Esto último convierte al de Jávea en “uno de los mejores porteros de LaLiga”, según la opinión del propio Herrera. “Yo no tengo dudas, vaya. Ojalá pueda mantener el nivel, ya que será una gran noticia para el Alavés”, añade. Ahora bien, la llamada de la selección no es fácil recibirla. “Nunca se sabe. Para representar a un país lo que más marca es la continuidad, no los periodos cortos. Se irá viendo con el avance de la competición”, apunta.
Por último, el histórico guardameta babazorro no duda en señalar como algo positivo lo mucho que le ha costado a Sivera ganarse su puesto en el Glorioso: “Siendo suplente, como lo fue él de otro grande como Pacheco, se aprende mucho, aunque no lo parezca. Todos esos años en la sombra son los que, seguramente, le han convertido en lo que es hoy y también los que le están ayudando a valorar lo que ahora tiene”.