Dos puñales. Incisivos a más no poder. Haciendo daño con cada internada. Un dúo en perfecta armonía. Una sociedad bienavenida la formada por Álex Sola y Abde Rebbach. La conexión entre el extremo guipuzcoano y el jugador argelino, que en esta ocasión actuó de media punta fue letal.
Su verticalidad llevó el peligro de forma constante por la banda izquierda durante el estreno copero ante el Murcia. Ambos fueron una verdadera pesadilla para una zaga local que acabó desbordada ante la incapacidad de achicar el peligro generado por ambos.
La defensa pimentonera hacía aguas. Sobrepasados por la velocidad del extremo donostiarra y la picardía del jugador argelino. Este último aprovechó uno de los escasos centros que llegaron desde la banda derecha para abrir el marcador con un perfecto cabezazo picado abajo que no pudo detener el portero y que entró tras tocar el poste.
Lo más difícil ya estaba hecho. La lata estaba abierta, gracias a la efectividad del canterano babazorro. Había que seguir trabajando. Pico y pala. Las entradas por las bandas, en especial por la izquierda con un muy activo Duarte, seguían generando las mejores ocasiones para los albiazules.
Las bandas eran puñales. Rapidez y verticalidad para sobrepasar a la zaga local y centros al área por donde aparecía entre líneas un activo Abde para sorprender a los defensores murcianos. El argelino tenía el don de la idoneidad. Con muy poco hacía daño. Siempre en el sitio oportuno.
La jugada del segundo gol fue buena muestra de ello. Abde Rebbach cazó un balón dividido en medio del área para cederlo atrás a Duarte, quien de disparo ajustado ponía el 2-0 antes del cuarto de hora. Le salía todo a un inspiradísimo Abde. Gol y asistencia.
Un killer generoso, que supo desenvolverse a las mil maravillas por la media punta y la banda izquierda donde encontró en Álex Sola, un socio perfecto. Química. Conexión entre los dos. Así llegó el tercero.
Pase en profundidad del jugador guipuzcoano a Abde, quien se fue por velocidad de los centrales y tras plantarse solo en el área sacó a relucir su calidad para batir de un disparo cruzado al guardameta local.
Golazo. El segundo de su cuenta particular. 0-3 antes del descanso y eliminatoria vista para sentencia gracias en gran medida a la sociedad letal que formaron Sola y Abde, con dos goles y dos asistencias entre ambos en esos primeros 45 minutos decisivos