El Deportivo Alavés hizo todo lo posible para sumar, meritoriamente, la primera victoria del curso lejos de Mendizorroza. El conjunto de Luis García, sin complejos, ordenado y ceñido a su valiente plan de partido, trató de minimizar cualquier atisbo de peligro por parte del Villarreal e hilvanó numerosas ocasiones para derrotar el conjunto rival. 

En la que fue la actuación más madura del Glorioso como visitante, la falta de acierto de cara a portería y un infortunio en defensa, en esta ocasión traducido en un dudoso penalti a favor del conjunto local, resultaron ser las claves que impidieron el triunfo babazorro.

El desafío de puntuar en La Cerámica no era baladí. Enfrente del Alavés se encontraba un equipo en unas marismas peligrosas, pero con una indudable calidad técnica. Pese a la hipotética diferencia de nivel, la realidad es que el Glorioso fue el amo y señor de la primera mitad.  

Los de Luis García saltaron al verde sin ataduras y con el corsé desabrochado en ataque. La atrevida presión vitoriana surtió efecto y el tándem formado entre Guridi y Omorodion fue indetectable para el Villarreal. De hecho, ante las dificultades para detener la propuesta albiazul, Pacheta tuvo que cambiar su dibujo táctico durante el descanso.

Samu Omorodion, goleador ante el Villarreal, conduce el balón ante Cuenca Alavés

Apuestas con éxito

Luis García apostó por las novedades de Omorodion en la punta de ataque y Guridi en la zona del mediapunta. Esta pareja completó una brillante actuación en la que tan solo se echó en falta un punto más de precisión de cara al arco. El ariete melillense se encargó de abrir la lata tras un milimétrico pase al hueco con el exterior por parte de Guridi, pero tuvo en sus botas alguna ocasión más para neutralizar por completo el partido.

Un intangible que proporcionaron tanto Guridi como Omorodion fue la intensa presión tras pérdida y la continua sensación de amenaza. La zaga groguet se mantuvo intranquila y el nerviosismo lo provocó el fructífiero tándem albiazul. Sin embargo, una nueva intervención del VAR cambió radicalmente el desarrollo de la segunda mitad ya que el Alavés, hasta el penalti, detuvo sin problemas todas y cada una de las llegadas del Villarreal. Las líneas mostradas por la realización, sin llegar a esclarecer lo ocurrido y pese a provocar más dudas que certezas, fueron suficientes para que Gerard Moreno dispusiera de una oportunidad desde los once metros que no falló.  

Como es lógico, en las postrimerías del choque el Alavés tuvo que detener las embestidas del Villarreal. El conjunto de Pacheta, volcado en ataque tras la entrada de jugadores de vocación ofensiva, cerró al cuadro vitoriano en su área y obligóa los de Luis García a apretar los dientes para no desprenderse del botín.

La retaguardia del Alavés, a excepción de la desafortunada mano de Sedlar, completó una actuación fidedigna en el plano defensivo y supo frenar el ímpetu groguet. Un claro protagonista del derroche físico mostrado por el conjunto vitoriano fue Abqar, quien superó a Sörloth en las continuas batallas en el área.

Si bien es cierto que el empate puede entenderse como un botín insuficiente tras la notable actuación del Alavés, queda demostrado que el Glorioso puede luchar de tú a tú con rivales que están confeccionados para luchar por cotas más altas. No obstante, la falta de acierto volvió a ser la criptonita del conjunto vitoriano en un partido enel que, eso sí, demostró su dinámica ascendente.