Sumar un punto en un feudo exigente como La Cerámica siempre es positivo, pero a veces no suficiente. El Deportivo Alavés visitó este domingo al Villarreal y, al igual que en anteriores jornadas, solo la falta de puntería le impidió obtener un resultado aún mejor. Samu Omorodion adelantó a los gasteiztarras al inicio de la segunda mitad y Gerard Moreno, desde el punto de penalti, colocó las definitivas tablas sobre la hora de juego (1-1). 

Para la visita al feudo groguet, con una semana más de trabajo de por medio, Luis García Plaza introdujo un total de tres novedades en el once respecto al empate contra el Real Betis. Rubén Duarte ocupó el lateral izquierdo en lugar del lesionado Javi López; Antonio Blanco, habiendo cumplido ya su sanción, volvió a ser titular en detrimento de Ianis Hagi; y Samu arrancó en la punta, donde antes lo había hecho Kike García. 

El Alavés demostró, desde el pitido inicial, que su visita a La Cerámica tenía intenciones hostiles. Lejos de mostrarse conservadores, como hacen la mayoría de equipos cuando juegan a domicilio, los babazorros aceptaron de buen grado el alto ritmo que quiso imponer el Villarreal y, gracias a su presión en campo contrario, generaron dudas en la salida de balón de los locales, provocando varias recuperaciones cerca de la meta amarilla

Además de lo anterior, la escuadra albiazul buscó también distintos desplazamientos en largo para sorprender a la defensa groguet. Un recurso que, pese a ser difícil de ejecutar con éxito, estuvo muy cerca de dar resultado a los 20 minutos, cuando Samu se plantó dentro del área, le ganó la posición al central Cuenca y, aun presionado, buscó portería con la puntera. Su remate, por desgracia, lo terminó despejando a córner el guardameta Jörgensen

A ese reseñable aviso le siguió, poco después, el primer gol de la tarde, aunque no subió al marcador. Jon Guridi recibió un pase en profundidad de Luis Rioja y asistió a Samu, que merodeaba el punto de penalti, para que marcara el 0-1 en el feudo amarillo. Su tanto, el segundo con la zamarra del Glorioso, fue anulado por una falta previa al disparo, señalada en directo por Gil Manzano y ratificada por Prieto Iglesias en el VAR.

Todo lo mencionado hasta ahora, sumado a un buen intento de Rioja que desvió Jörgensen con el pie cerca del descanso, hizo que el Alavés se marchara a los vestuarios con sensaciones positivas respecto a su juego, pero con un regusto general agridulce. Si bien fueron superiores al Villarreal, la falta de efectividad volvió a lastrar a los pupilos de Luis García, quien, eso sí, tuvo mucho menos trabajo que Pacheta en la charla del intermedio.

Afortunadamente, el fútbol hizo justicia con el cuadro gasteiztarra nada más arrancar la segunda mitad. El protagonista volvió a ser Samu, cuya definición en el uno contra uno fue sobresaliente (0-1), pero Guridi hizo todo lo posible y más para que el contragolpe saliera adelante, incluyendo la asistencia por medio de un acertado envío profundo. Una pena que a los babazorros no les durara demasiado la alegría después de tanto esfuerzo.

El Villarreal respondió al golpe albiazul, tal y como exigía su afición, e igualó la contienda gracias a una pena máxima, muy rigurosa, transformada por Gerard Moreno (1-1). La infracción, una mano de Aleksandar Sedlar, fue señalada fuera del área inicialmente y el VAR intervino para corregir a Gil Manzano. Poco antes, cabe mencionar, el propio colegiado extremeño le había anulado un gol a Santi Comesaña por falta previa a su remate -similar a la de Samu-.

Ya en la recta final, el partido brilló por sus alternativas. Tanto el Alavés como el conjunto groguet disfrutaron de ocasiones para llevarse los tres puntos, pero ninguno las aprovechó y terminaron reinando las tablas. Nahuel Tenaglia (Sola), Kike García (Samu), Rafa Marín (Guevara), Abde Rebbach (Rioja) y Xeber Alkain (Gorosabel), la mayoría en la prolongación o cerca de la misma, fueron los cambios de Luis García.