- Un siglo de abrazos, de recuerdos, de esfuerzo y sudor. De alegrías y muchas lágrimas. Eso celebraba ayer el Deportivo Alavés y la crudeza del resultado ante el Real Madrid y de su situación clasificatoria no puede empañar una jornada que se guardará para siempre en los corazones albiazules. Porque estos primeros cien años deben ser la semilla de otros muchos que vendrán en los que El Glorioso y sus inseparables seguidores continuarán mostrando alta la frente. Aunque, como ayer, duela.

Apenas diez minutos le duró la ilusión al equipo. Los que transcurrieron hasta que el Real Madrid se empeñó en imponer el peso de la lógica golpeando como un implacable martillo pilón. En ese esperanzador arranque, el conjunto local exhibió la convicción necesaria para estirar su presión hasta el área blanca y forzar las pérdidas de un rival todavía frío. Se movía El Glorioso como una máquina bien engrasada y, sin dejar pensar a su oponente, le buscaba las cosquillas con transiciones rápidas. En dos de esos picotazos lanzó unos avisos iniciales que parecían anunciar un futuro prometedor. En ambos cosas con centros de Luis Rioja desde la izquierda. El primero lo cabeceó Joselu fuera y el segundo lo remató con una complicada volea Martín. El gasteiztarra estaba solo dentro del área pero su difícil disparo se marchó a la izquierda de Courtois por poco.

A partir de ese momento comenzó a desinflarse el Alavés y, desgraciadamente, de nuevo como consecuencia de un agujero que él mismo se creó. Porque después de que Pacheco primero y Lejeune a continuación hubiesen salvado una doble ocasión clarísima de Benzema en el área pequeña, el Madrid encontró el primer gol de la manera más inesperada. En un saque de esquina en el que un pasivo Lejeune se dejó ganar fácilmente la posición por Casemiro, que cabeceó a placer al fondo de la red.

Ese tanto se transformó en el bálsamo que necesitaba el cuadro visitante para desterrar definitivamente todos sus fantasmas e iniciar su particular camino de redención volcando sobre el césped toda la calidad de sus estrellas. Y en eso se convirtió el partido hasta el descanso. En una exhibición del Real Madrid ante un Alavés incapaz de oponer la más mínima resistencia.

El centro del campo blanco tocó y tocó sin oposición hasta que, como consecuencia lógica de lo que estaba sucediendo sobre el césped, encontró de nuevo la recompensa. Hazard dejó pasar un pase filtrado en la frontal del área para que Benzama lo recibiera solo en el interior de la misma y batiera a Pacheco por alto. Con El Glorioso tambaleándose sobre la lona, su rival no desaprovechó la oportunidad de dejarlo definitivamente K.O. Ya en el descuento Battaglia perdió un balón inocente en el centro del campo ante Kroos y el alemán aprovechó que el equipo albiazul estaba descolocado para habilitar a Hazard con un pase largo a la espalda de la zaga que el belga convirtió en el 0-3.

Restaban cuarenta y cinco minutos aún por disputarse pero no había ninguna duda ya de que el centenario albiazul estaba definitivamente teñido de blanco. Pese a ello Abelardo lo intentó con una pequeña revolución en el intermedio. Lucas Pérez, Borja Sainz y Manu García suplieron a Rioja, Ximo y Battaglia y, durante unos minutos, alimentaron la esperanza.

En especial cuando Joselu pasó a la historia anotando el gol del Alavés en su centenario con un certero cabezazo tras saque de falta de Lucas Pérez. Era el minuto 59 y la escuadra vitoriana se lanzó a quemar sus últimas naves. Pero el incendio duró muy poco. Benzema lo apagó de golpe apenas diez minutos después al culminar con su clase habitual un contragolpe de tiralíneas. El marcador ya no se movió más y el Alavés arrancó su segundo siglo de vida con una derrota que entra dentro de la lógica pero también con una preocupante sensación de vértigo en el estómago. La que deja la cuarta derrota liguera consecutiva y la evidencia de que hay demasiados errores que no encuentran solución. Queda tiempo pero el margen cada vez es más estrecho y, como ha sido su sino durante los últimos cien años, El Glorioso necesita resurgir potente de inmediato.

Joselu

Se ganó un hueco en la historia del Deportivo Alavés anotando el único gol albiazul en el día de su centenario. Fue el más incisivo y el único que llevó algo de peligro al área blanca.

Battaglia

Lleva un tiempo ofreciendo muestras de debilidad y ayer volvió a confirmarlo. Superado totalmente por el centro del campo del Madrid, al que no logró parar. Grave error en el tercer gol.

1

4

Estadio Mendizorroza.

Árbitro Hernández Hernández (canario).

Alavés

13. Sivera; 2. Tachi; 26. Javi López; 17. Adrián Marín; 19. Manu García (46’) ; 20. Pere Pons (72’); 18. Burgui. 24. Peleteiro; 29. Borja Sainz (46’) ; 7. Lucas Pérez (46’); 14. Deyverson (78’).

Real Madrid

13. Lunin; 26. Altube; 12. Marcelo; 31. Blanco; 32. Chust; 19. Odriozola (77’); 22. Isco (77’); 20. Vinicius (63’); 24. Mariano.

0-1, minuto 14: Casemiro. Lejeune falla en la marca en un córner y Casemiro cabecea a placer.

0-2, minuto 41: Benzema. Pase filtrado al área que Hazard deja pasar y el francés bate a Pacheco por alto.

0-3, minuto 46: Hazard. Pérdida de Battaglia ante Kroos en el centro del campo y el alemán envía para Hazard, que no perdona.

1-3, minuto 59: Joselu. Lucas Pérez saca una falta y Joselu cabecea con potencia en el interior del área.

1-4, minuto 70: Benzema. Contragolpe de tiralíneas que culmina a la perfección el delantero francés.

Amonestó a Ximo Navarro (minuto 9), Manu García (minuto 48), Militao (minuto 58), Laguardia (minuto 79), Borja Sainz (minuto 85), Mendy (minuto 86), Benzema (minuto 87) y Edgar Méndez (minuto 91).

Como el champán El Alavés protagonizó ayer un encuentro propio de un equipo espumoso. Arrancó con brío y convicción para tratar de poner las cosas difíciles a un rival siempre favorito como el Real Madrid pero pero perdió fuerza a la misma velocidad que el champán. En cuanto su rival se estiró mínimamente se hizo con el control absoluto del partido ante un ‘Glorioso’ sin capacidad de reacción.

Los regalos de siempre El equipo albiazul se convirtió de nuevo en el buen samaritano que ayuda a todo aquel con quien se cruza. Los graves fallos defensivos -Lejeune en el primer gol y Battaglia en el tercero- pusieron en bandeja el triunfo al Madrid.