Vitoria - Tras la sensacional victoria en Sevilla, el Deportivo Alavés se presenta por cuarta vez en lo que va de temporada ante la posibilidad de sumar dos victorias consecutivas para así dar un salto hacia arriba en la clasificación, ganar una cuota enorme de tranquilidad y codearse de esta manera con la nobleza de la Liga Adelante. Tras los tres triunfos conquistados con anterioridad, el cuadro albiazul falló a la hora de encontrar continuidad en forma de encadenado victorioso. Esta tarde buscará romper ese particular muro hasta la fecha infranqueable y que tampoco resultará sencillo de superar en esta ocasión. El brillante triunfo conquistado ante el Betis en un partido en el que se rozó la perfección no tiene que eclipsar las dificultades que entraña cada partido en Segunda. Y la visita del Numancia a Mendizorroza no va a ser un camino de rosas. Más bien de espinas. No en vano, los sorianos maneja unos registros sobresalientes a domicilio, donde ha logrado diez de sus dieciséis puntos. Y si El Gloriosopuede vanagloriarse de acumular seis jornadas consecutivas sin perder, el equipo de Anquela no le va a la zaga con cinco partidos seguidos sin ser doblegado por sus oponentes. La dificultad para ganar, por tanto, va a ser importante.

Llega el Alavés al partido rearmado moralmente tras su triunfo en el Benito Villamarín y ahora lo importante es mantener los pies en el suelo y no caer en ínfulas infundadas. A lo largo de la semana se ha recordado el partido de Sabadell de la pasada temporada, el que marcó el inicio del segundo hundimiento del equipo. Tras golear en la Nova Creu Alta hubo muchos que se pensaron que la salvación era pan comido y que se podía optar al ascenso. Nada más lejos de la realidad. De esa experiencia traumática hay que sacar aprendizaje en este momento y los jugadores son los primeros que tienen que tener claro que si no se mantiene la línea de esfuerzo y compromiso pocos van a ser los resultados positivos que van a llegar. Para conseguir su segunda victoria consecutiva, el equipo vitoriano también tiene que quitarse de encima ese mal que le persigue en casa y que va asociado a su propia idiosincrasia. Esta versión albiazul es la de un equipo que se encuentra muy cómodo jugando a la contra, que exprime a la perfección los errores de los rivales y que explota muy bien los espacios, pero al que al mismo tiempo le cuesta ganar cuando es el rival el que le plantea sus mismos argumentos. El problema, sobre todo, viene marcado por la baja eficacia mostrada en el interior del área. Marcar como local le cuesta un mundo a este Alavés, que es el segundo peor de la categoría en este apartado. Seguro que el equipo de Alberto irá de cara a por su rival, pero la clave del éxito radicará en su nivel de acierto, que en otras ocasiones no ha sido para nada elevado. Eso en lo que se refiere al ataque, ya que en el apartado defensivo la clave será seguir repitiendo lo que tan bien se está haciendo. Y tampoco resultará sencillo. Llega el Numancia con la vitola de ser un equipo tremendamente efectivo en las jugadas de estrategia. La pegada mágica de un futbolista con un guante asociado a la bota como Julio Álvarez hace que los rematadores disfruten con los servicios de este gran pasador. Por si fuera poco, Enrich llega en un momento dulce y también será una amenaza relevante por parte de un cuadro que se ha mostrado muy peligroso en sus desplazamientos y que en las últimas jornadas ha mejorado su rendimiento tras un arranque de curso dubitativo.