Desde lo más cercano, desde las calles de la capital alavesa, hasta lugares de todo tipo y condición, la creación literaria de Kepa Murua no conoce fronteras. Ahora, el escritor tiene la mirada fijada en Estados Unidos, una puerta a la que llama con fuerza y acompañado. Lo hace junto al también poeta y además traductor Don Cellini. A cuatro manos, con versos que al mismo tiempo se presentan en castellano y en inglés, se recorre Otra vía. Another way (El Desvelo Ediciones).

A veces los caminos de la literatura son inescrutables. Murua ya venía trabajando con la traductora Sandra Kingery. De hecho, consiguió una ayuda para acudir a Nueva York para poder estar presencialmente con ella y desarrollar un proyecto. Estados Unidos ponía sus ojos en la obra del autor, pero, como pasó con tantas otras cosas, apareció la pandemia y todo se vino abajo. “Fue un pequeño duelo profesional”, recuerda el también editor.

Aún así, a pesar de esa frontera impuesta por la situación, el mercado norteamericano no quiso olvidarse de Murua. El autor tampoco de él. Ahí apareció la figura del profesor, poeta y traductor Don Cellini. La senda de las letras, de todas formas, no siempre es recta. Tal vez la lógica dicte que lo normal hubiera sido publicar un libro con poemas del primero llevados al inglés por el segundo. Pero nada de eso.

A cuatro manos

En la conversación, en el encuentro, en la relación, nació la amistad y, e ahí, la idea de, en realidad, crear un poemario entre los dos. Uno que se publicase con los poemas tanto en inglés como en castellano, lo que permite a cada uno hacer un viaje de ida y vuelta, es decir, a Murua por Estados Unidos y a Cellini por estos lares. 

Portada del libro.

Portada del libro.

“Con él, el diálogo ha sido muy ameno. Nos hemos convertido en buenos amigos” gracias a las herramientas de comunicación que permiten las nuevas tecnologías y, por supuesto, a la escritura.

El intercambio ha sido esencial para poder componer este libro realizado a cuatro manos. “Los conceptos generales pueden ser iguales para los dos como pueden ser la pobreza, el exilio, la integración o la comunicación con el padre... pero luego el lenguaje de cada poeta es propio”, describe Murua, que señala precisamente ese “juego de contrastes y de espejos” como el gran aliciente para ambos a la hora de llevar a cabo la labor conjunta. 

Beneficio mutuo

Ha sido Cellini el encargado de traducir tanto al inglés como al castellano los poemas de ambos. “Como es poeta, juega con más libertad a la hora de hacer este trabajo. No se ciñe a la literalidad, hace su versión”. Ha sido Murua el que ha aplicado su veterano y experimentado ojo de editor para armar el conjunto que ahora se encuentra el público.

De esta forma, “yo le abro la puerta de mi casa y él hace lo mismo con la suya”, dice Murua, que apunta que “dar el salto al mercado norteamericano para mí es importante”, un camino que estas páginas, así como la compañía de Cellini, van a hacer más sencillo. Claro que el poemario también está disponible a este lado del océano para poder leer a ambos tanto en un idioma como en el otro.