La Asociación Histórica Vitoria 2013 ha organizado una serie de actividades para “recordar y reivindicar” el V centenario de la estancia de Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, en la provincia, en la que entró el 3 de enero de 1524 y dónde permaneció más de dos meses, periodo en el que tomó “decisiones muy importantes a nivel mundial”.

La asociación ha dado este martes a conocer la estancia de Carlos V en el territorio y la capital alavesa, un hecho que el investigador Ramón Jiménez Fraile ha calificado como “el acontecimiento más importante de la historia de Vitoria-Gasteiz”, junto con la de Napoleón Bonaparte y la del papa electo Adriano de Utrecht.

La Asociación Histórica Vitoria 2013 realizará una visita a Agurain este miércoles 3 de enero, para recordar los vestigios de esa estancia de Carlos V en Álava hace 500 años. Ya el viernes 5 de enero, a las 12.00 horas, dará lectura de las actas municipales en la calle Portal del Rey con Fueros.

Conferencia

Todavía sin concretar, el colectivo tiene previsto realizar a lo largo del año una conferencia “con un especialista de la orden de Malta” y una exposición que repase estos acontecimientos históricos. Asimismo, según comentaron, el Ayuntamiento ofrecerá “visitas guiadas en Vitoria-Gasteiz, bajo la temática de Carlos V”.

La asociación ha editado una publicación, con motivo de este 500 aniversario, en la que repasa “los acontecimientos históricos” firmados por Carlos V en Vitoria, pone en valor los rastros que dejó su estancia en el territorio y da a conocer una galería de personas alaveses en tiempos del emperador.

El historiador y diseñador Aritz López de Arrúe ha sido el encargado de confeccionar el logo del V centenario de Carlos V en Vitoria, una imagen que contiene el retrato de un joven Carlos V “que cumplió 24 años en Vitoria el 29 de febrero de 1524”.

Por su parte, Jiménez ha expuesto que, durante su estancia en el territorio, Carlos V tomó las importantes decisiones de “perdonar a los navarros que habían participado en la toma de Fuenterrabía, junto con los franceses; negociar con diplomáticos portugueses el conocido como Tratado de Vitoria, relativo a las consecuencias de la primera vuelta al mundo”; así como “la entrega de la isla de Malta a los caballeros de la orden hospitalaria de San Juan, que habían sido expulsados de Rodas por los turcos”.

“Vitoria fue la capital de Europa cuando Europa dominaba el mundo. Aquí se decide entregar la isla de Malta a los caballeros de la orden hospitalaria de San Juan, expulsados de Rodas por Solimán el Magnífico, y se realiza el Tratado de Vitoria sobre las Molucas, en el que España y Portugal se reparten el mundo, en base a los conocimientos geográficos de la época”, ha explicado.

“Se trata del primer caso de intento de resolver por la vía diplomática un conflicto colonial; el método aplicado en Vitoria es el que se va a aplicar en derecho internacional”, ha destacado el investigador e historiador.

Sede imperial

La capital alavesa fue sede imperial entre el 5 de enero, dos días después de su llegada a Salvatierra, y el 6 de marzo de 1524, y acogió a la comitiva real con “graves dificultades para poder responder a las cuantiosas necesidades del personal cortesano”.

En este sentido, la asociación ha señalado que “el problema del alojamiento y la comida fue tan serio” que, en la plaza del mercado (plaza de la Virgen Blanca), tuvieron que montarse “amplias carpas en las que acoger a todo aquel que no pudo encontrar acomodo”. “Se cazaban muchos jabalíes y el precio del vino subió por las nubes”, ha añadido Jiménez.

La asociación ha investigado tales acontecimientos a través de las misivas escritas por el embajador y cronista vitoriano Martín de Salinas, quien formó parte de la comitiva real, y la traducción de las actas municipales de aquellos días.

“La ciudad movilizó para la ocasión mil hombres a pie y a caballo entre sus habitantes y los de los pueblos que caían bajo su jurisdicción. Se trataba de una cantidad apreciable si tenemos en cuenta que la ciudad rondaba en aquella época los 5.000 habitantes y Álava unos 41.000”, ha explicado Jiménez.

La capital alavesa acoge “vestigios” hoy en día de su estancia en la ciudad, como el nombre de la calle Portal del Rey, ubicada en el lugar en el que se dio lectura al acta municipal del escribano Sáez de Maturana.

Aparte de la citada calle, el Casco Medieval alberga numerosos palacios renacentistas, levantados en aquella época, como los edificios Agirre, Bendaña y Ayala, en un periodo en el que “arranca la moda humanista con fachadas decorativas”. Además, quedan rastros por el territorio como el escudo imperial en la iglesia de Santa María de Salvatierra, el escudo de armas de Carlos V en la iglesia de San Vicente y el convento de Santa Cruz de Vitoria, el Palacio de Montehermoso, donde se alojó el emperador; y la estatua de Carlos V en el salón de plenos de las Juntas Generales de Álava.