La comarca ayalesa también se prepara para celebrar en este final de octubre diversos actos en torno al tradicional día de difuntos del 1 de noviembre.

Una jornada festiva imbricada en nuestro calendario que, ya sea por dictados de la propia globalización, el bilingüismo en los programas educativos o la simple asimilación cultural, ha ido cediendo terreno, cada 31 de octubre, al famoso Halloween de las películas, sobre todo, estadounidenses; aunque no deja de ser fiesta de origen pagano y céltico que, en la antigua Irlanda era conocida como Samhaín, y que no era otra cosa que la celebración del final del solsticio de verano y de las cosechas, que daba paso al otoño, como transición al invierno.

Días más cortos

En definitiva, un periodo donde los días se tornan más cortos y las horas de sol se reducen, y en el que resultaba acuciante aprovisionarse de alimentos y rogar a las divinidades una protección frente a la oscuridad, durante el que -según la tradición céltica- los espíritus de los difuntos retornaban a las casas para transitar entre sus familiares.

Por ello, se les dejaba el fuego del hogar encendido, alguna vela e incluso comida como vitualla en su periplo hacia la luz y el descanso eterno.

Propio del territorio

Una costumbre que, por muy extraño que nos resulte dado los siglos transcurridos desde que la religión católica y el cristianismo se impuso a cualquier culto pagano previo, tampoco era ajena a nuestro territorio.

Así, en Artziniega será su museo etnográfico quien volverá a romper una lanza a favor de las tradiciones paganas, con una visita guiada nocturna –a la luz de velas y candiles- a sus 2.200 metros cuadrados distribuidos en 21 salas que, bajo el nombre Noche de ánimas o Arimen Gaua, se desarrollará a partir de las 19.30 horas del martes 31 octubre.

La iniciativa cumple su sexta edición, va dirigida a mayores de doce años y tiene por objeto alejarse un poco del concepto americanizado de Halloween, y sacar a relucir las costumbres vascas en torno a la noche de difuntos.

Esas en las que se encendían argizaiolas en recuerdo de los muertos y sí, también se prendían velas en el interior de calabazas, e incluso nabos o patatas, para asustar al personal. Las personas interesadas que no dispongan de reserva, eso sí, tendrán que esperar a una próxima edición, ya que las plazas de este año están agotadas.

Agendas variadas

Con todo, este mismo municipio tiene en agenda más actividades en torno a esta cita que han arrancado este viernes con un taller de maquillaje gore en el Gazteleku, para chavales de entre 10 y 18 años, y que continuarán este domingo, a partir de las 12.00 horas en el frontón, con otro taller de vaciado de calabazas, pensado para menores de entre 5 y 12 años. De igual forma, el martes 31, la biblioteca acogerá la sesión de cuenta cuentos Beldurrarekin jolasean que acercará el narrador oral Pedro Alabazan, a las 17.30 horas, para niños y niñas a partir de 4 años (para asistir hay que inscribirse en el centro de lectura); y el frontón, a partir de las 18.30 horas, un taller de cocina terrorífica.

Calabaza iluminada. Araceli Oiarzabal

Y en Amurrio...

Por su parte, en Amurrio será el martes 31, de 19.00 a 22.00 horas, cuando festeje esta cita con la discofesta Dantzatzeko Prest!, en la plaza Juan Urrutia; mientras que en Laudio volverán a celebrar, a partir de las 18.00 horas de la misma jornada en el parque Lamuza, su particular Gau Beltza (noche negra), a base de talleres de maquillaje de terror, narración de antiguas leyendas, juegos y tallado de calabazas.

Desfile

En ellos se preparará el desfile Xanduli Manduli, eman jatekoak guri!, una invocación tradicional vasca para espantar los miedos e implorar alimento para el crudo invierno, que partirá del mismo parque, para terminar en la Herriko Plaza en torno a una chocolatada.

La cita ha sido organizada por Laudio Ikastola y las AMPA de Lamuza y Lateorro, junto al programa Berbalagun y las asociaciones locales Basalarrina, Itxarkundia, Kirikino y Sorginlarren, además del propio Ayuntamiento, y ha tenido su previa en el programa de ocio infantil en euskera, Sorgin Zapatuak, de los dos últimos sábados. De hecho, en la sala Lezeaga, el público infantil mayor de cinco años, ha podido disfrutar de un repaso por diversos cuentos terroríficos del mundo, de juegos tradicionales, taller de máscaras de mitología euskaldun y meriendas.

También en Okondo

Asimismo, Okondo se ha decantado por una chocolatada animada por un dj para festejar la cita, a partir de las 19.00 horas del mismo martes 31, junto al parque Garaikoetxea. Un evento al que se anima a ir disfrazado acorde a la cita -osea a lo tétrico, misterioso y tenebroso, cual visitantes y espectros del otro mundo, que simbolizan el triunfo de la noche sobre el sol en puertas de cada invierno- y al que le precederá, desde una hora antes, el cada vez más habitual peregrinar de casa en casa de la chiquillería solicitando dulces bajo el famoso santo y seña de la jornada: “trick or treat” (trato o truco). Y es que frivolizar el terror, jugando a ser, por una tarde, al menos, ese monstruo o fantasma que se cuela en nuestras pesadillas, lejos de ser malo, puede resultar una gran terapia para combatir ese miedo que todos tenemos a la muerte, y que no tiene porqué rivalizar con ese otro rito de visitar el cementerio y llevar flores a nuestros seres queridos ausentes.