El empeño por volver a llevar a los cielos de Álava a las águilas Bonelli no finalizó con el término del programa europeo y buena muestra de ello es que la Diputación Foral de Álava ha vuelto a elegir el Parque Natural de Izki para reintroducir cinco pollos, de los cuales 3 proceden de Andalucía y 3 de cría en cautividad en Madrid. En diez días llegará el sexto, que aún es demasiado pequeño para ser introducido.
La iniciativa ha sido posible gracias al proyecto AQUILA a-LIFE en su periodo After LIFE, financiado por la Unión Europea para la recuperación de la especie, calificada como vulnerable en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial, y en peligro de extinción en Euskadi.
En esta ocasión ha sido la directora foral de Medio Ambiente, Natividad López de Munain, quien ha vuelto a participar en la suelta de los pollos en un jaulón, para iniciar el proceso de aprendizaje que permitirá en el mes de agosto su definitiva puesta en libertad. En ese acto ha estado acompañada por el responsable de la cuadrilla de la Montaña y alcalde en funciones de Arraia Maeztu, Anartz Gorrotxategui, y el presidente de la Junta Administrativa de Antoñana, Esteban García Campijo, junto a otros representantes municipales y forales.
Tras varios años reintroduciendo o liberando pollos en el sur de la Montaña Alavesa y desde 2020 en la Rioja Alavesa, ha sido posible territorializar varios ejemplares en dichas zonas. Concretamente, una zona ocupada por una pareja en Campezo que llegó a sacar adelante un pollo, el primero en cuarenta años en ese espacio, y dos ejemplares asentados en Sierra Cantabria que aún no se han emparejado. Por ello en 2023, se ha buscado un nuevo entorno de liberación y se ha decidido actuar en el parque natural de Izki, lugar idóneo para la especie y en concreto en montes propiedad de la Junta Administrativa de Maeztu.
Electrocución
La especie se considera amenazada por la incidencia de distintos factores. Los tendidos eléctricos son una de las principales amenazas del águila Bonelli, al igual que de otras rapaces, y para ello el departamento de Medio Ambiente trabaja distintas estrategias que eviten la muerte de las aves por electrocución.
Otra de las actividades que amenazan a la especie son los alambres usados en las viñas en espaldera, que en ausencia de vegetación son susceptibles de provocar colisiones con resultados fatales.
Desde 2015, la Diputación Foral ha reforzado la población de la especie con la reintroducción de 36 ejemplares de águila Bonelli en tres áreas estratégica del territorio, concretamente en Campezo, Sobrón y Sierra de Cantabria.