¿Qué supone para el HUA y los pacientes de Vitoria esta apertura?
-El cambio más sustancial, independientemente de que estrenamos unas instalaciones más modernas y tecnológicamente mejor dotadas, va a darse en los hábitos de uso de las Urgencias. Porque los pacientes de ambulatrauma, que son los de menor complejidad, con cuadros menos graves, van a tener que venir a Txagorritxu. En Santiago solo se va a aceptar a los pacientes que vengan derivados por otros sanitarios o en ambulancia. Atendiendo aquí a los pacientes que vengan espontáneamente, vamos a dar el mismo trato a todo el mundo, porque llevamos muchos años con dos sedes que no tienen la misma dotación ni de personal ni de recursos materiales, por mucho que hayamos trabajado por prestar una atención homogénea en Santiago y Txagorritxu. Puede ser la parte más polémica, pero vamos a mejorar porque vamos a tratar igual a todos.
¿Comprende las críticas que se han sucedido estos últimos días?
-Siendo sincero, las entiendo en parte. Entiendo las críticas de los usuarios, pero entiendo menos las críticas de partidos y sindicatos que hacen de todo lo que tiene que ver con la sanidad una guerra. Santiago está en el centro y es cierto que es más accesible para las personas que viven ahí, que todos entendemos que es una población más envejecida. ¿Es la accesibilidad para un grupo de población muy concreto un motivo suficiente para mantener allí unas Urgencias o tiene más lógica hacer una reordenación basada en el perfil de los hospitales y de la atención que podemos ofertar? Yo creo que lo adecuado es lo segundo. Pero entiendo que suponga una incomodidad para una parte de la población de Vitoria. Hay quejas que entiendo menos, como que Txagorritxu es menos accesible para aparcar. Y en el tema de la guerra política y sindical hay muchos intereses de por medio que ya entiendo menos.
¿Qué quiere decir?
-El plan director del centro lleva desarrollándose desde hace seis o siete años. Las decisiones que toma esta dirección o que la actual consejería hereda se han tomado hace muchos años. Y ya se había definido una UCI grande para con el tiempo tener una única UCI, una Urgencia grande para tener una única Urgencia o un bloque quirúrgico enorme para acabar teniendo en Txagorritxu toda la cirugía que requiera ingreso. Que a estas alturas tengamos esta guerra, a mí me resulta incomprensible. Dentro de unos meses abriremos el bloque quirúrgico y traeremos aquí esa cirugía no ambulatoria que todavía se hace en Santiago. ¿Qué hacemos? ¿No la traemos y dejamos la mitad de los nuevos quirófanos cerrados? Es una cosa que no tiene ninguna lógica.
En cualquier caso, ahora les espera una labor pedagógica importante para redirigir a todos esos pacientes espontáneos a Txagorritxu.
-Somos sensibles a ello y vamos a mantener una cierta sobredotación de los servicios para poder afrontar los flujos. Entendemos que todavía vendrá gente a Santiago y no le vamos a negar la atención, pero tendremos que hacer esa pedagogía. Es lo que pasó hace años cuando se movieron la Pediatría o la Ginecología, que seguía yendo gente distraída a Santiago. Independientemente de las quejas, la mayor parte de las ciudades que tienen un tamaño similar al nuestro se manejan con un único centro hospitalario y una única Urgencia.
Lo cierto es que la apertura se ha ido retrasando por distintas circunstancias, pandemia incluida. ¿Se le ha hecho larga la espera?
-Es cierto que ha habido un cierto retraso, fundamentalmente con el bloque que suministra de energía al nuevo edificio. Pero nos ha venido hasta bien, porque hace año y medio, cuando se planteaba todo, vino la primera gran ola del covid y entonces hubiera sido imposible hacer nada.
De todo el nuevo equipamiento y los espacios de estas nuevas Urgencias, ¿cuál diría que es la ‘joya de la corona’ de este servicio?
-Más allá de que está edificado con unos estándares de asistencia mucho más modernos en cuanto a luz o tamaño de los espacios, durante los próximos meses vamos a abrir una área de observación, que es un espacio nuevo y grande, con 18 camas, mediante el que vamos a intentar evitar ingresos en el hospital a través de una serie de protocolos. Esto es bueno para el hospital, porque ahorra camas, pero también para los pacientes, porque la peor solución que puede tener una persona que llega a Urgencias es que tenga que ingresar. Si estos procedimientos se pueden solventar con un régimen pseudoambulatorio, en una cama en Urgencias, y el paciente se puede ir a casa en 24 horas, es algo mucho menos incómodo. Estas unidades de corta estancia son un elemento diferencial en las nuevas Urgencias.
¿Cuántos pacientes prevé que pasarán al día por las Urgencias?
-Hemos cogido como referencia el año 2019, que marcó un pico histórico de asistencias en Urgencias en Álava. Tuvimos unas 230 atenciones de media diarias en Txagorritxu y unas 150 en Santiago. De estas últimas, alrededor de un 45% de ambulatrauma. Cuando las redirijamos a Txagorritxu, nos iremos por encima de los 300 pacientes al día. Pero la parte de pacientes de medicina, que requieren de un triaje más complejo, es más difícil de calcular. La mayoría llega en ambulancia, pero también hay un porcentaje de ellos que llegan andando. Las primeras semanas nos permitirán ajustar estas cifras.
¿Va a haber, como también se ha denunciado, recortes de personal?
-Por más que haya gente que se empeñe en decir que hay recortes, el personal va a ser exactamente el mismo, aunque lo moveremos de una sede a otra en función de las necesidades que tengamos. De hecho, inicialmente vamos a reforzar las plantillas para no tener problemas y, cuando veamos el flujo habitual, ajustaremos el número de médicos, enfermeras y administrativos que se quedan en cada sede.
Tras la Urgencia pediátrica, la UCI y las Urgencias de adultos, ¿cuál va a ser el siguiente servicio asistencial en abrir en el nuevo edificio?
-Si todo va bien, lo siguiente en abrir será la zona neonatal, a finales de este mes. Posteriormente, irá el área ginecobstétrica, donde van todos los paritorios y los quirófanos nuevos de Ginecología. Y después y de forma escalonada, el bloque quirúrgico. No puedo dar fechas todavía, pero queremos garantizar sobre todo que cada una de las aperturas vaya bien.
“Entiendo las críticas de los usuarios, pero no las de partidos y sindicatos que hacen de todo lo que tiene que ver con la sanidad una guerra”
“Entendemos que todavía vendrá gente a Santiago y no le vamos a negar la atención, pero tendremos que hacer esa pedagogía”