Los pensionistas nos sentimos "tratados como mendigos cuando acudimos al banco, cuando el dinero que ellos tienen es nuestro y nos obligan a esperar en la calle". Así de rotundos fueron los representantes de Pentsionistak Araba que esta mañana han comparecido ante la comisión de Bienestar Social de las Juntas Generales de Álava a petición de Elkarrekin y EH Bildu para dar su opinión sobre la problemática que vive la ciudadanía en general y las personas mayores en particular, a consecuencia de las decisiones tomadas por el sector de la banca sobrelos servicios que esta presta.
Juan Antonio Armentia, Jesús Mari Soubies y Tomás Alonso tuvieron la oportunidad de contar cuál es esa situación. Y sabiendo que la institución foral no tiene competencias para poderlo solucionar, sin quisieron dejar constancia de los problemas, en busca de un apoyo a sus reivindicaciones.
Para el colectivo pensionista "no hay ninguna excusa para estas medidas de los bancos, cuando la crisis que han sufrido las entidades se ha visto paliada con ayudas por valor de 65.000 millones de euros de dinero público, "salido del bolsillo de los contribuyentes". A cambio de esa ayuda, los ciudadanos se encuentran con colas en la calle para disponer de su dinero, comisiones por cualquier gestión y simples consejos telemáticos sin tener en cuenta la edad o preparación de los mayores.
Años movilizada
Ante esta situación, la asociación lleva varios años movilizada y ahora ha acudido a Juntas Generales, como lo hará también en los ayuntamientos (mañana mismo en Vitoria), pedirá el amparo del Ararteko y mantendrá su protesta social en la calle, como vienen haciendo todos los lunes desde hace cuatro años delante de las sedes bancarias.
Se quejan los mayores de las prácticas abusivas que afectan a todos los clientes. Desde las clausulas suelo, los vencimientos anticipados de créditos hipotecarios, los gastos de comisiones, las tarjetas revolving o el trato que reciben en general, que es ajeno a los trabajadores del sector.
Sin relación personal
Denuncian en ese sentido que en estos últimos años "la informatización y digitalización de los procesos administrativos, lo que ha llevado a la práctica desaparición de la relación personal, o en el mejor de los casos a solicitarla previamente por teléfono con la persona que antes te atendía; a la necesidad del uso de una tarjeta de débito o de crédito para poder movilizar tu propio dinero, a derivarte a que tengas que realizar gestiones tales como una simple transferencia, una comprobación de saldos o un abono puntual de una cantidad a persona o entidad residente en otra plaza a través de internet". Y además, insistieron "con el abonoadicional de crecientes comisiones bancarias".
Temen que "el siguiente paso, cuando eliminen la atención presencial para las operaciones rutinarias, podemos augurar, que será el cobrar también las operaciones que uno/a misma realice con tarjeta y por internet, aduciendo que el mantenimiento de la estructura informática también tiene un costo importante". A ello se suma "la drástica reducción de oficinas bancarias y de personal, así como de reducción de horarios de servicio al público. El servicio en muchas localidades menores ha quedado reducido a 2 días semanales o sin más han cerrado la sucursal para siempre".
Incidencia importante
Esto tiene una incidencia importante para los clientes, pero también para los trabajadores de la banca. Y es que en apenas cuatro años se han perdido miles de puestos de trabajo en todas las entidades, pero "por el contrario, las remuneraciones de los altos cargos de la banca no se han visto afectadas". De hecho, al finalizar el tercer trimestre de 2021 los beneficios de la banca ascendían a 11.156 millones de euros "sin haber devuelto las ayudas públicas que les dieron desde el Estado".
En definitiva, los ciudadanos del ámbito rural, donde antes había una oficina bancaria o al menos un corresponsal de una entidad se ven obligados a desplazarse haya donde todavía siga existiendo". En el conjunto del Estado hay 4.443 municipios, el 54% del total, que no tiene oficina bancaria, lo que afecta a 1.638.048 ciudadanos, el 3,45% de la población total". Y lo que es peor, que "esto se agrava para una generación de personas mayores, que se ve muy limitada por su carencia de conocimientos informáticos (solo un 32% de las personas entre 65 y 74 años de edad y solo un 8% de las personas mayores de 75 años ha utilizado internet entre Septiembre y Noviembre de 2.021)".
La situación es tan grave que "los bancos han pasado de pagarte por tener un cuenta con dinero a cobrarte por ella, y, en ocasiones, hasta por sacar tu dinero".