La Diputación Foral de Álava ha puesto esta mañana punto final a una campaña de la Renta totalmente atípica debido a la crisis sanitaria, la correspondiente al ejercicio 2019. Un proceso, el "más digital de la historia", que ha servido para sacarle chispas a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías y que se ha saldado con la devolución de 133,3 millones de euros a los alaveses, con una media de 1.079 euros por contribuyente.
La Hacienda foral, mientras tanto, ingresará 98,3 millones. Ingresará en futuro, porque ha retrasado el cobro de todas las declaraciones positivas hasta el próximo viernes 20 debido a la coyuntura actual. "Ha sido un importante esfuerzo de Tesorería, pero la situación social y económica generada por la pandemia lo requería", ha defendido la diputada foral de Hacienda, Finanzas y Presupuestos, Itziar Gonzalo.
Así las cosas, el saldo negativo final de la campaña se ha elevado hasta los 34,95 millones -a devolver a los contribuyentes-, 2,16 más que en el ejercicio anterior, como consecuencia de la deflactación de la tarifa en un 1,5%, del incremento de las aportaciones a EPSVs o a planes de pensiones o del aumento de las deducciones fiscales sociales.
Destacan en este último concepto las vinculadas a la inversión en compra de vivienda, que han beneficiado a un total de 55.605 contribuyentes, con un impacto de 46,7 millones. En total, los alaveses se han visto favorecidos por deducciones con un importe total de 161,6 millones.
Dejando de lado los datos económicos, la elaboración o la confirmación de las declaraciones a través de Internet han experimentado un boom en esta recién concluida campaña. Por ejemplo, 15.768 contribuyentes han confeccionado su propia declaración desde el ordenador a través de la modalidad Rentared, un 126% más que en el ejercicio anterior.
Además, las aceptaciones telemáticas de la propuesta de declaración a través de la modalidad Rentafácil también han crecido. En concreto, 41.142 contribuyentes han aceptado su borrador por Internet y otras 11.561 lo han hecho directamente desde el móvil.
"Internet ha sido una posibilidad y una oportunidad, sobre todo en las semanas del confinamiento, que ha permitido a las y los contribuyentes realizar su declaración de forma fácil y rápida", ha apuntado Gonzalo.
En lo que respecta a la atención presencial, la campaña se ha ampliado a seis meses y medio para garantizar un aforo del 50% en las oficinas forales y el tiempo de espera se ha reducido a los 3 minutos y 20 segundos de media. Según la diputada, la campaña se ha desarrollado con "normalidad" pese a las circunstancias. "Sin contagios, sin aglomeraciones y con un resultado muy positivo", ha remarcado.
"La pandemia nos ha puesto a prueba en esta campaña, pero tanto la Hacienda foral como la propia ciudadanía han superado la prueba con creces", ha celebrado Gonzalo. El impacto económico real de la crisis sanitaria sobre el IRPF no se conocerá, eso sí, hasta dentro de un año.