- El diputado alavés de Políticas Sociales, Emilio Sola, no admite de ninguna manera que se diga que en Álava se actuó tarde en cuanto a la gestión para evitar la presencia del coronavirus en las residencias. Ayer, durante su comparencia en Juntas Generales, a petición de EH Bildu, para que informara sobre las restricciones en las entradas y salidas en este tipo de recursos, subrayó que "actuamos desde que hubo el primer caso (de coronavirus) en Vitoria-Gasteiz. Los primeros fueron en la tarde del 28 de febrero, con un caso en Donostia y otro en Vitoria, y al día siguiente ya estábamos enviando protocolos y al lunes siguiente, 2 de marzo, hubo una reunión extraordinaria del Consejo vasco de atención sociosanitaria y en todo momento, desde el primer día se ha estado actuando".
Lo único donde hubo problemas al inicio fue con el material (EPI), "pero fue un problema mundial que hemos expuesto y seguiremos exponiendo. Tuvimos que traer material que tardó tiempo en venir, pero la intervención que hemos hecho ha sido una constante". En este sentido, Sola agradeció especialmente a las personas que han estado en el gabinete de crisis, trabajando en la casa palacio hasta sábados y festivos "porque ha sido continuo, ya que hemos estado adoptando decisiones sin parar, a diario", puesto que los protocolos eran dinámicos y había que ir adaptándolos en función de la situación epidemiológica. "Podemos haber pecado de exceso de prudencia, per no me preocupa porque por ante todo, está la vida de las personas usuarias", resaltó.
Precisamente, el respiro que está dando la actual situación sanitaria ha permitido que haya más "flexibilidad" en las medidas de la Diputación para evitar la propagación del virus en los geriátricos de titularidad pública, ya que en los privados solo pueden hacer una "recomendación" al no estar en estado de alarma. En el caso de Álava, la orden firmada este miércoles, y que presumiblemente se publicará hoy, modifica lo contenido en la anterior del 7 de agosto en varios aspectos, como la periodicidad de las visitas semanales, ya que ha establecido que deberán de ser un mínimo de dos a la semana, con una duración máxima de una hora y se podrán complementar con las videollamadas, dada la buena experiencia que tuvieron las mismas durante el confinamiento. Y los paseos terapéuticos podrán hacerse en espacios abiertos en el entorno de los centros (hasta ahora solo era por el jardín).
En cuanto al turno de la oposición, EH Bildu, el grupo que pidió su comparencia, cree que lo ideal es que en las residencias se busque un punto intermedio "entre que haya personas tristes o muertas". Además, su juntera Claudia Venceslao pidió más personal para la limpieza de estos centros. La popular Ana Morales, por su parte, tendió la mano del PP "para ayudar en todo lo que se pueda" y pidió realizar PCR "de forma sistemática y periódicos" a los trabajadores de estos centros. Y José Damián García, de Elkarrekin Araba, ve bien que se actúe con prudencia, "pero hay que compatibilizarlo con las visitas familiares para evitarles un deterioro cognitivo".
"Podemos haber pecado de exceso de prudencia, pero ante todo está la vida de las personas usuarias"
Diputado de Políticas Sociales