Mientras unos bomberos ya están de vuelta en autobús a Vitoria, el relevo de diez compañeros acaba de llegar este martes a las 15.00 horas desde la base de Nanclares al polideportivo de Picassent.

Será su 'casa' los próximos días donde después de horas de trabajo, llegan reventados de cansancio para ducharse, cambiarse de ropa, cenar e intentar dormir y descansar.

Llegan como voluntarios tres o cuatro días y regresarán a Vitoria a seguir trabajando en los parques de Álava.

Porque aquí los parques siguen activos, hay emergencias y tienen que seguir en las UCEIS de Llodio, Nanclares, Laguardia, Espejo, Agurain y Kanpezu.

Parques, tal y como recuerdan, donde “casi un tercio del año lo pasamos con solo tres bomberos, por debajo de la dotación mínima".

Desde que les despiertan a las seis de la mañana y se preparan, salen de Picassent para trabajar todo el día en Paiporta, Massanassa, Catarroja, Sedaví...

Siguen limpiando agua, barro y lodo en garajes, fosas de ascensores, colegios, calles,... todo para que los vecinos puedan recuperar un ápice de normalidad.

"Aportar algo entre tanto caos"

12 o 14 horas al día. Ahora el problema es la cantidad de lodo que se está acumulando.

Todo depende de la tarea que les asignen cada mañana porque la tragedia, la destrucción y la devastación es de tal magnitud que las prioridades van cambiando y les van asignando zonas diferentes donde ayudar. Siempre al lado de los propios vecinos.

Siempre con palabras de los bomberos de agradecimiento y de ánimo para que sigan adelante entre tanto caos.

"Ha sido una experiencia cargada de emociones y nos vamos satisfechos con haber podido aportar algo entre tanto caos"

Son muchos los gestos que estos días reciben todos los efectivos vascos desplazados a Valencia de los propios vecinos. Se les acercan para preguntarles qué necesitan, les ofrecen café, algo para comer,...

En palabras de un bombero de Álava ya de vuelta a casa, "ha sido una experiencia cargada de emociones y nos vamos satisfechos con haber podido aportar algo entre tanto caos".

Una sorpresa muy agradable en Massanassa

Mientras estos días limpiaban uno de los tantos garajes en los que están metidos, unos bomberos de Álava vieron que una madre con dos hijos se acercaba a una zona de juegos infantiles que estaba inutilizable.

"Al oír a la madre que les explicaba que todavía faltaba mucho para poder volver a los columpios, ni nos lo pensamos. Nos organizamos para que unos siguieran en el garaje, y otro cogimos las mangueras para limpiar los columpios, el campo de futbito y una cancha de baloncesto".

Enseguida se coordinaron también con unos militares de Infantería de Marina que estaban por allí y que les ayudaron con cepillos.

Pero la verdadera sorpresa llegó cuando apareció un grupo de siete o ocho niños del barrio con escobones. "Nos vieron y se pusieron manos a la obra a nuestro lado, porque ellos son los que querían y necesitan recuperar su zona de juegos, volver un poco a la normalidad".