El faro de Ajo, situado en las inmediaciones de la localidad cántabra del mismo nombre, renovó su aspecto por completo tras 90 años de historia en los que ha mantenido el característico color blanco de algunas de estas construcciones. El artista santanderino Óscar San Miguel Erice Okuda, famoso por sus coloridas pintadas a gran escala compuestas por formas geométricas, dejó su sello en la construcción, cuya altura aproximada hasta la linterna es de 15,70 metros y su diámetro de 3 metros, en el cilindro superior y 5 metros en el inferior. Okuda tardó tres días en pintarlo ayudado de una grúa, y empleó 72 colores distintos para ello.
El encargo a cambio de 40.000 euros levantó gran polémica porque distintas asociaciones ecologistas denunciaron que se trata del primer paso de un proyecto urbanístico más amplio. Además, sus contrarios señalan que el faro pierde su utilidad al sustituir el blanco visible desde alta mar por colores que se camuflan con el horizonte. Pero, finalmente, el nuevo aspecto del faro fue inaugurado este mismo viernes.
La polémica ha llegado hasta la Fiscalía, ya que IU ha denunciado lo que considera un "atropello patrimonial" perpetrado entre el Gobierno regional, la Autoridad Portuaria de Santander y el Ayuntamiento de Bareyo.
Okuda reconoció en la inauguración que la polémica le ha "sorprendido bastante" pero ironizó sobre lo ocurrido como un efecto colateral del coronavirus: "Supongo que hay mucho tiempo libre ahora con todo el tema de la pandemia. No hay fútbol y es una cosa de la que hablar". El artista estuvo acompañado por, entre otros, el presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla; el alcalde de Bareyo, José de la Hoz, y el presidente de la Autoridad Portuaria de Santander (APS), Jaime González, que se felicitaron por el resultado a pesar de la polémica.
De hecho, Revilla se mostró "entusiasmado" con esta obra de Okuda, realizada en un edificio, el faro, que estaba "bastante deteriorado". "Dicen que para gustos están los colores", añadió el presidente, que considera que la intervención será un "revulsivo" para Cantabria y para atraer visitantes. El Ayuntamiento calcula que, solo ayer, fueron 1.800 los asistentes.
Por su parte, el presidente de la APS considera la intervención "una maravilla" y el alcalde cree que va a ser "un éxito" contar con esta obra, que en principio tiene limitada su duración a un máximo de 8 años. Sin embargo, Okuda espera que, finalmente, su firma sobre el faro permanezca "para siempre".
Respecto a este asunto, González recordó que el Ayuntamiento y la APS firmaron un convenio en el que se indica que la actuación tiene una duración de 4 años, más otros cuatro renovables año por año si las partes están de acuerdo. Después, el faro volverá a ser blanco.