Ha corrido como la pólvora un mensaje enviado a los usuarios de la BBC News en el que se les avisaba de que en el último capítulo de Juego de Tronos no había desnudos. Se ve que a este cronista de los nuevas tecnología le molestan. Tienen suerte quienes se puedan permitir el lujo de verla en Canal+. Hasta la reina Isabel II ha visitado los escenarios de esta serie que esta temporada (habrá una quinta para la que espero ahorrar para poder verla en casa) ha superado a Los Soprano como la más vista de la historia en la HBO. Ya sólo falta que las cadenas de la competencia te manden anticipos de quién muere en una serie o si alguien gana o no un concurso. Y todo esto puede pasar y de hecho, ya ven, está pasando. No es de extrañar que a los guionistas les manden escribir varios finales, simplemente con la misión de que no se sepa por cual se optará.

Aunque si nos fiamos del profesor Miguel Á. Martínez-González, de la Universidad de Navarra, nos costará un poco más sentarnos tranquilamente a ver la tele. Dice en un estudio que recoge el Journal of the American Heart Association que los adultos que se pasan delante de la televisión más de tres horas al día multiplicarán por dos las posibilidades de muerte prematura. Además, asegura que ver la tele es “es una conducta sedentaria”. Supongo que el profesor relaciona televisión con sofá y bandeja de hamburguesas con bien de Coca-Cola y así. Porque también hay trabajos sedentarios como el de escribir 8 horas delante de un ordenador, conducir un camión desde de Irún a Cádiz o jugar al mus con revanchas incluidas... Digo yo que serán los estilos de vida sedentarios y no los desnudos de Theon y Ross los que van en contra de la salud. Esto recuerda a lo que dicen que dijo una actriz de Juego de Tronos: “Quiero que me recuerden por mi actuación, no por mis tetas”. El estudio parece que no especifica qué estaban viendo los que la palmaron viendo la tele.