MADRID. Marlaska y Sánchez aterrizaron en el aeropuerto de Barajas en un vuelo de Iberia procedente de Bogotá y fueron recogidos en el avión por un coche policial que les trasladó a la comisaria del aeropuerto donde les esperaba el Secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez Vázquez, Después de "sellar con un beso" ante la prensa su felicidad por haber recuperado la libertad, la pareja asturiana se reunió en privado con familiares que fueron a recibirlos al aeropuerto y con los que regresarán a Asturias "probablemente hoy mismo".

Los recién liberados reconocieron que durante los 29 días de secuestro temieron por su vida "desde el primer al último momento" y aseguraron que sus captores les habían dado buen trato físico, pero habían ejercido maltrato psicológico.

"Nos daban informaciones falsas y contradictorias. No te creías nada, pero te intentas agarrar a un clavo ardiendo para mantener la ilusión", relató Marlaska, mientras Sánchez aseguró que el peor momento fue cuando, en uno de sus múltiples cambios de lugar de cautiverio, los secuestradores pararon el automóvil en medio del desierto, les bajaron del coche y les pusieron de rodillas.

"Nos abrazamos llorando y rezábamos el Padrenuestro en alto. Nos estábamos despidiendo, porque pensamos que nos iban a matar", detalló Sánchez, al tiempo que señaló que "siempre tuve la esperanza de poder escapar, hasta que uno día me ataron las muñecas con bridas y me vendaron los ojos. En ese instante, perdí mi libertad".

Marlaska, de 43 años, y Sánchez, de 49, fueron secuestrados por delincuentes comunes el pasado 17 de mayo cuando hacían turismo en la Guajira y una operación de la policía colombiana en coordinación con la española, los rescató en la madrugada del 15 de junio.

Sobre la liberación, la pareja asturiana explicó que les estaban trasladando de lugar de cautiverio y en un momento el vehículo se paró de repente y los secuestradores les pidieron que se bajaran del coche.

"Nos dejaron al borde de cuneta y arrancaron. En unos segundos llegó la policía", manifestó Sánchez y destacó que "ni siquiera en este momento nos sentimos seguros. El pánico sigue porque no sabes que está pasando, ni quien vendrá ahora".

Según su relato, no se sintieron seguros hasta que no llegaron a la residencia del embajador de España en Bogotá y se subieron al avión que les trasladó a España.

Concepción Marlaska es familia del juez de la Audiencia Nacional, Fernando Grande-Marlaska, y en algún momento llegó a pensar que su relación con el magistrado podía haber tenido que ver con el secuestro.

Pero en Barajas se mostraron convencidos de que lo que se inició como un atracó, acabó en secuestro, al darse cuenta los delincuentes que podían conseguir un botín.

La pareja fue secuestrada en un lugar conocido como Ojo de Agua, al que fueron a bañarse y Sánchez fue golpeado en la cabeza con un revolver, pero no le ha causado lesión.

Ahora, tratarán de recuperar la rutina y empezarán a preparar la boda, ya que tras siete años juntos, Sánchez aprovechó la liberación y "intensa relación vivida en el cautiverio" para pedir matrimonio a Marlaska y su propuesta fue aceptada.

Es el final feliz de una experiencia terrible, en palabras del Secretario de Estado, que pone de manifiesto el gran trabajo y la excelencia del Cuerpo Nacional de Policía.