Apenas dos meses después de la matanza de Atocha, el 27 de mayo de 2004 se puso en marcha en el Congreso la comisión de investigación sobre los atentados, que extendería sus trabajos hasta finales de año, si bien las conclusiones no llegarían hasta marzo de 2005, coincidiendo con el primer aniversario de los crímenes.

Emilio Olabarria, que ya era perro viejo en la materia -había participado, entre otras, en las de los casos Roldán, Banesto o Banco de España- fue designado por el PNV para representarlo en las pesquisas parlamentarias para esclarecer el mayor atentado en la historia de Europa. “Entré con mucha ilusión, y eso que el trabajo era muy intenso. Cinco días a la semana, y en Madrid”, recuerda, al tiempo que añade que estaba convencido de que “merecía la pena tratar de buscar la verdad política”.

Mentiras del PP

“Había algo positivo que se dio antes de la comisión; y es que las mentiras en los prolegómenos de las elecciones, tanto de Aznar como de Acebes y Zaplana provocaron unas hábiles contraactuaciones de Alfredo Pérez Rubalcaba [entonces número dos del PSOE] fundamentalmente y de algunos otros socialistas a partir de unas informaciones ya contrastadas que atribuían los atentados a los islamistas… provocaron la caída del PP y la victoria socialista”, evoca.

Uxue Barkos se acababa de estrenar en el Congreso en representación de Nafarroa Bai, que obtuvo 61.045 votos en las históricas elecciones del 14 de marzo. Pese al inmenso trabajo que supuso la participación en la comisión, la hoy portavoz de Geroa Bai en el Parlamento de Nafarroa se muestra muy satisfecha del resultado: “Sin lugar a dudas. Yo creo que fue una comisión en la que, más allá de la tensión política (o más bien partidaria, con aquella defensa a ultranza que hizo el PP de la conspiranoia), sí se pusieron de manifiesto los agujeros ciertos en términos de seguridad que se habían producido. Y creo que también se puso de manifiesto la importancia de un tipo de terrorismo, el yihadista, al que no se le había dado la importancia debida”.

“Dejamos acreditada la gran mentira del Gobierno del PP entre el 11 y el 14 de marzo”

Uxue Barkos - Miembro de la comisión por Geroa Bai

La comisión, que estuvo presidida por el diputado de Coalición Canaria Paulino Rivero, la integraron una quincena de parlamentarios de todas las formaciones. Claro que, según apunta Barkos, las aportaciones fueron diferentes: “Yo creo que los partidos pequeños sí nos afanamos enormemente, pero la confrontación entre los del bipartidismo llevó a un cierto desinterés”. Entre los que sí se batieron el cobre, cabe destacar al fallecido José Antonio Labordeta (Chunta Aragonesista), Jordi Puig (ERC), Jordi Jané (Convergencia) o Gaspar Llamazares (Izquierda Unida).

Emilio Olabarria tiene muy claro el porqué del desinterés de los dos grandes partidos: “Hubo un momento muy significativo, que es cuando en la comisión se empezaba a investigar con cierta profundidad a organismos como el CNI, la UCIE o la UCO. Ahí, tanto el Partido Popular como el Partido Socialista perdieron interés. Eso provocó una decadencia que llevó al desinterés mediático”, dice el jeltzale.

La dignidad de Pilar Manjón

A lo largo de los trabajos del organismo, se escucharon los testimonios de más de sesenta personas, desde responsables de los servicios secretos a mandos policiales, agentes de a pie, juristas, políticos o representantes de asociaciones de víctimas.

Entras estas últimas, destacó con luz propia la entonces presidenta de la Asociación de Víctimas del 11-M, Pilar Manjón, que compareció el 15 de diciembre de 2004. Uno de los momentos más tensos de la comisión fue cuando Manjón, con lágrimas en los ojos, se dirigió a los representantes del PP y les preguntó de qué se estaban riendo.

“Cuando tocamos el CNI y otras entidades sensibles, PP y PSOE perdieron el interés”

Emilio Olabarria - Miembro de la comisión por el PNV

Uxue Barkos recuerda con emoción esos instantes: “A las personas que se reunieron en la asociación del 11-M, presidida por Pilar Manjón, se les maltrató, y a Pilar Manjón concretamente. Pero Pilar fue una mujer que llegó a la comisión a los pocos meses de haber perdido a su hijo con una enorme dignidad y con una enorme fuerza”. “También en la emoción, pero con una enorme fuerza para mirar cara a cara a los representantes del PP y exigirles el respeto y la dignidad que se merece cualquier víctima”, relata la hoy dirigente de Geroa Bai.

Olabarria, por su parte, cree que la sociedad tiene una deuda con Manjón, una persona que, según él, “consiguió cambiar el mundo de las asociaciones de víctimas, todas muy monolíticas y alineadas con la derecha, y consiguió también que se viera que había más terrorismo que el de ETA”. “Lamentablemente -añade el jurista- eso lo pagó con el señalamiento y la marginación”.

La verdad... o así

Un año después de los atentados, en marzo de 2005, la comisión emitió sus conclusiones y sus recomendaciones al gobierno. Se abundaba en lo que se debía hacer para evitar los tremendos fallos de seguridad detectados y, desde luego, se subrayaba la necesidad de buscar la verdad, la reparación y la memoria de las víctimas. Todos los grupos apoyaron el documento, salvo el PP, que se abstuvo y presentó su propio texto.

Respecto a si la ardua tarea sirvió para aproximarse a la verdad, tanto Barkos como Olabarria coinciden en que tal objetivo era demasiado ambicioso como para darlo por alcanzado. Sin embargo, sí creen que los trabajos fueron de mucha utilidad.

“Conocer los cómos, los quiénes, los porqués de aquellos tremendos crímenes no va a ser fácil. Quedan y seguirán quedando muchos aspectos oscuros, pero desde luego, sí ha quedado acreditada la mentira de los conspiranoicos”, asegura, veinte años después, la representante entonces de Nafarroa Bai.

Para Olabarria, otra verdad certificada es que la matanza fue posible gracias a la negligencia descomunal de las Fuerzas de Seguridad y los Servicios Secretos.