Vino, le vimos y habló
Pues al final, Carles Puigdemont sí que vino a Barcelona para la investidura de Salvador Illa. Puntual, a las 8:58, apareció -visiblemente nervioso- en el escenario preparado junto al Arco de Triunfo, dio un discurso-mítin de unos cinco minutos y, como llegó, se esfumó. Había quienes dudaban de que fuéramos a verlo, pero quería su minuto de gloria y lo tuvo: “Ni es, ni era ni será jamás delito hacer un referéndum ni obedecer el mandato del Parlament de Catalunya”. El problema es que parece que las urnas sólo le valen cuando le favorecen, y no cuando dan ganador a Salvador Illa.
Si no fuera por lo que implica, sería hasta divertido
Burló a la policía y a la Justicia y, tras su discurso en plena calle, desapareció. ¿Dónde está ahora Puigdemont? Nos habíamos montado tantas películas con su vuelta que no pensamos que se fuera a fugar otra vez. Mientras en el Parlament se celebraba el debate de investidura de Illa, fuera, controles policiales paraban todo vehículo en busca de Puigdemont. Interesantísimo el scoop de Ctxt, firmado por Guillem Martinez, que retrata, calca y sentencia: “Si no hubiera dejado una masa bisontista en el Parlament, mayro desunión social y mayor tontería de la de toda la vida a su paso, Puigdemont sería un tipo divertido”.
La democratización de la Justicia
La Justicia tampoco está para muchos trotes, habida cuenta de que el CGPJ va de bloqueo en bloqueo. En Público leemos que: “Dispara el enfado de los aliados de Sánchez”. Podemos, ERC o incluso Sumar, socio minoritario del Gobierno de coalición, no ocultan su malestar por el nuevo escenario de disputa, aunque -apuntan- no les sorprende: “Sigue pendiente una democratización de la justicia”. Desde luego, muchas cosas tienen que cambiar y no van a hacerlo sólo porque PP y PSOE se hayan puesto de acuerdo para pasar el rodillo. Y mientras, la montaña de trabajo atrasado sigue.
Lo de Desokupa
Siguen bajando revueltas las aguas a raíz del acuerdo entre el Sindicato Unificado de Policía y la empresa Desokupa para que ésta última imparta cursos de defensa personal a casi 30.000 policías. La polémica arrecia y el Ministerio del Interior ha abierto un expediente informativo. El revuelo está justificado, en mi opinión, porque seguro que hay alternativas mucho mejores a que una banda parapolicial con una ideología muy marcada forme a nuestros policías…igual que hace falta mejorar la ley y la respuesta en caso de okupación para que Desokupa no sea la única alternativa factible.
Ultras
Pequeño recordatorio, un poco en tono de madre de que, si queremos que algo cambie, es mejor hacerlo nosotros en lugar de esperar a que ese cambio se produzca mágicamente. Ultras son los que están haciendo arder las calles en Reino Unido, con la excusa de las protestas antiinmigración. A estas manifestaciones les han salido contramanifestaciones, gente de a pie que está hasta las narices y que dice que atacar hoteles de solicitantes de asilo no es una queja legítima (que no lo es). Nuevamente, personas normales y corrientes actuando y dejando patente la inutilidad de la política, entre otros organismos.