Entramos en la recta final hacia el examen de Selectividad, algo que va a condicionar el acceso a determinadas carreras universitarias. Ya hace semanas que las universidades privadas abrieron las inscripciones hacia sus diferentes facultades y en unos meses lo harán los centros públicos. Vaya por delante que me parece bien que cualquiera pueda elegir lo que quiera estudiar, ciencias, letras o lo que se le antoje si lo tiene muy claro; un problema menos que va a tener en su vida. Pero parece que más de la mitad de los estudiantes que están pendientes de presentarse a las pruebas de acceso a la universidad no tienen ni idea de qué estudiar. Mi propuesta desde aquí es animar a todo el mundo a elegir una de las denominadas carreras STEM, el acrónimo de Science, Technology, Engineering and Mathematics (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Además de las salidas laborales que tienen en este momento este tipo de estudios, hay miles de puestos de trabajo que siguen pendientes de encontrar un candidato. Veamos, por tanto, todas las posibilidades que tienen a nivel profesional y social este tipo de estudios.
La ciencia, a día de hoy permite desarrollar competencias en muchas de las áreas que intentan resolver los problemas relacionados con el calentamiento global, el cambio climático o todo lo que gira en torno a la investigación sanitaria. En la actualidad, la tecnología busca acercar a los profesionales a todos los campos tecnológicos que existen o que se van creando. Los nuevos lenguajes de programación que deberán responder a los nuevos retos tecnológicos como son la Inteligencia Artificial o la Computación Cuántica, son tres ejemplos de áreas transversales que abren un abanico de carreras. Hablar hoy de ingeniería es hablar de la búsqueda de soluciones que se puedan implementar en el mundo real. Seguimos necesitados de nuevas infraestructuras, diseñar las ciudades inteligentes del futuro, aplicar la robótica como mejora de la calidad de vida de la ciudadanía. Las matemáticas son necesarias porque se utilizan y usan para todo, aunque algunos políticos no sean capaces de saber dónde se esconden las raíces cuadradas dentro de nuestro día a día. El actual análisis financiero, la economía, la contabilidad administrativo-financiera, la tan necesaria economía circular, son solo algunos ejemplos donde el Big Data y los científicos de datos están utilizando las matemáticas.
Ya sólo hay que coger cualquier catálogo de estudios de una universidad para ver como se llaman las carreras que van a permitir dar soluciones a todos los problemas que están pendientes por resolver en nuestra sociedad desde el ámbito de la ciencia y la tecnología. La oferta es enorme y el grado de detalle y de especialización hace muy difícil que no encuentres una salida de estudios que te pueda resultar adecuada.
Con el desarrollo de la nueva ley de Educación, la oferta de modalidades de Bachiller se va a ampliar pero siempre desde el lado de las artes plásticas y escénicas. Además, se crea un cajón de sastre denominado Bachillerato General que puede abrir las puertas a un mundo de estudios que sigue siendo el gran desconocido, la Formación Profesional, que también incluye un elenco de estudios relacionados con las áreas STEM. Elegir Bachillerato de Ciencias y Tecnología con tan solo 15 años tiene que ser una decisión que se tome acompañado de la familia, de los docentes y de mucha información.
No hay que esperar a la Selectividad para saber qué estudiar.
@juandelaherran