PEKIN. Al menos 1.944 personas han muerto como consecuencia del terremoto de 7,1 grados que sacudió un área tibetana de la provincia de Qinghai (noroeste de China) el pasado 13 de abril, según un nuevo balance difundido por la agencia estatal de noticias Xinhua. Aparte, 216 personas permanecen desaparecidas.

La zona afectada por el terremoto ha registrado más de 1.200 réplicas

La prefectura tibetana de Yushu, donde el pasado miércoles se registró un seísmo de magnitud 7,1 en la escala abierta de Richter y ha dejado hasta hoy por lo menos 1.706 muertos, ha registrado más de 1.200 réplicas, informaron las autoridades chinas.

Doce de las réplicas registradas fueron superiores a magnitud 3, y una de ellas llegó a alcanzar hasta 6,9 en esta área, ubicada en el sur de la provincia occidental china de Qinghai, y limítrofe con la región autónoma del Tíbet.

Otras 256 personas permanecen todavía desaparecidas tras el seísmo, que ha dejado además 12.128 heridos, de los que 1.424 se encuentran en situación grave, según datos difundidos por la agencia de noticias Xinhua.

Aunque todavía los equipos de rescate continúan buscando víctimas entre los escombros, el gobierno provincial está llevando a cabo un primer reconocimiento geológico para reconstruir la ciudad de Jiegu (Gyegu, en tibetano), que ha quedado devastada por el sismo.

Los planes de las autoridades provinciales son convertir esta ciudad situada a casi cuatro mil metros de altitud sobre el nivel del mar en "una ciudad turística ecológica en el altiplano".

Un equipo de 16 expertos del Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano Rural están llevando a cabo un estudio sobre el terreno y esperan presentar sus conclusiones antes del 26 de abril, según un portavoz provinial.

La ciudad de Jiegu contaba con una población de 100.000 residentes, incluidos inmigrantes, y un 85 por ciento de sus viviendas, construidas con adobe y madera, quedaron arrasadas por la fuerte sacudida.

El director del departamento de ayuda en catástrofes del Ministerio de Asuntos Civiles, señaló a Xinhua que las autoridades están esperando el informe geológico para decidir si es mejor reconstruir las ruinas o construir una nueva ciudad en otro lugar.

Mientras tanto, los damnificados hacen largas colas para recibir alimentos, mantas y tiendas con los que protegerse de las temperaturas bajo cero que se registran en el altiplano.

La mayor parte de esta ayuda llegó con la visita, ayer, del presidente chino, Hu Jintao, a la zona devastada, después de interrumpir su gira por América Latina para trasladarse a la prefectura, en la que más de un 90 por ciento de la población es tibetana, una etnia que acusa al régimen chino de represión.

Las autoridades han recibido hasta hoy 85,8 millones de dólares (63,7 millones de euros) en donaciones, informó el buró provincial de finanzas, de los que 60 millones son efectivo y el resto materiales.

Entre estos últimos se incluyen 525 toneladas de alimentos, 80 toneladas de agua potable, 33 toneladas de medicinas, 68.075 mantas y 27.424 tiendas de campaña.

El actor hongkonés Jackie Chan es uno de estos donantes, y ha enviado a las víctimas unos 440.000 dólares, alimentos y mantas a los afectados, además de visitar ayer la prefectura de Yushu junto con la actriz Vivian Hsu.

El gobierno central ha enviado 4.600 toneladas de cereales, en su mayor parte trigo y arroz, para alimentar a los afectados, en total unas 100.000 personas localizadas en un área de 30.000 kilómetros cuadrados, según datos de la Administración de Sismología. EFE