Con seguridad, estas son las líneas que más me ha costado escribir en mi vida profesional, que ya empieza a ser longeva. El caso es que este domingo nos dejaba Pablo José Pérez Minnocci, compañero de DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, un ejemplo para quienes nos dedicamos a este negociado y, fundamentalmente, una buena persona.
Estaba pachucho y su cuerpo dijo basta tras batallar más de un año con una enfermedad de esas que no entienden de treguas ni sentimentalismos. Aún así, en su última llamada, hace apenas unos días y que ahora sé que fue su despedida, hubo tiempo para bromear pese a que se encontraba encamado. Entonces me indicó que se retiraba definitivamente y que, si no contravenía ninguna disposición adicional, le gustaría hacer algún reportaje esporádico.
Lamentablemente, eso no ocurrirá. Pablo José Pérez, Don Pablo para este que escribe y rubrica este pequeño espacio literario, deja un hueco difícil de llenar por su capacidad para disfrutar con las gentes de los pueblos pequeños, con los responsables de las bodegas y los municipios de Rioja Alavesa y con los usos y costumbres de una tierra que asumió como propia con un cariño difícil de imitar. Estés donde estés, Don Pablo, ha sido un placer conocerte.