Con nuevo-viejo libro bajo el brazo. Así ha llegado al ecuador de este año Juan Luis Arsuaga, que ha visto cómo al fin se ha recuperado su primera novela, Al otro lado de la niebla. Con su esencia intacta, el arte vuelve a ser un tema recurrente en su incansable trabajo. 

¿Cómo se siente con esta reedición? 

-Casi primera edición. Me siento reivindicado, porque este fue un libro que salió hace veinte años en una edición muy corta. Me he quedado veinte años pidiendo que lo reeditaran, o sea que esto sí que ha sido un triunfo, porque lo pudieron comprar muy pocos. 

¿Ha cambiado algo de esa primera edición? 

-No ha cambiado nada. El libro sigue siendo válido, teniendo en cuenta que sucedió hace treinta mil años ya... (risas). La visión de la Prehistoria sigue siendo válida igual. 

Muchas disciplinas científicas han evolucionad muchísimo en veinte años.

-He procurado que lo esencial no. Esto está basado en lo que sabemos y, en esencia, lo que sabemos de la época de los pintores ha cambiado en cosas, pero no te creas que afecta a la novela. Hay aspectos que han cambiado, cosas que antes no se sabían y ahora sí, pero no afectan ni a la trama ni al contexto. 

La literatura es todo un arte. Usted además hace descripciones muy curiosas de sus personajes, en ocasiones incluso comparándolos con diferentes animales. ¿Es un ejercicio que suele hacer? 

-Yo soy un apasionado de la naturaleza, y de hecho muchas de las cosas que hay aquí son las que aprendí cuando vivía aquí (en Bilbao). Porque hasta la carrera yo viví aquí. Es mi mundo infantil, pero sobre todo mi época preadolescente, la Prehistoria o la naturaleza como yo la veía aquí, que es donde la conocí. 

No conocemos muchos científicos que se aventuren en el universo de la novela. ¿Cree que esos conocimientos son una ventaja, o en ocasiones un hándicap? 

-Es una ventaja, pero eso no te garantiza que lo que escribas esté bien. Es una garantía de que no vas a cometer errores, como se ve en libros de narrativa histórica, que hay algunos errores gravísimos. Pero el conocimiento de la época te garantiza que no vas a cometer errores de bulto, pero es que de lo que se trata es de captar la esencia de ese momento. Eso hay que hacerlo desde una identificación con esa época y esa gente. Como todo se forma en la infancia, tienes que haber vivido una infancia un poco salvaje. Yo recuerdo que en el parque de Doña Casilda (en Bilbao) hacíamos flechas con los setos, con los alibustres. O sea que digamos que mi Prehistoria ha sido este parque. Tampoco ha sido muy salvaje, ha sido un parque de Bilbao, y también Artxanda. 

Juan Luis Arsuaga Oskar Gonzalez

Hablando de infancia, en este libro les ponen nombres verdaderos a los niños cuando se produce la iniciación. ¿Alguna vez ha hecho el ejercicio de imaginarse cuál sería su nombre verdadero? 

-Suelas de viento me gusta. Suelas de viento es un personaje, pero es lo que dijo otro poeta de Rimbaud, que era un gran viajero. Yo soy viajero, demasiado viajero. 

Su novela también es un viaje, un viaje en el tiempo. Tiene base científica e histórica, con ciertas licencias. ¿Cómo le gustaría imaginarse a esos hombres y mujeres? 

-Príncipes. Habla de la edad de oro del ser humano, es nuestra edad de oro. La gente se cree que estamos en el momento álgido de la Humanidad porque tenemos móviles, pizza cuatro estaciones... Esto es una desgracia. La edad de oro era cuando éramos alguien. 

Es la edad de oro del ser humano, y también una edad de oro del arte. 

-Claro. Es la época más creativa y plena del ser humano. Yo recuerdo cuando venía del colegio, que iba a Escolapios, que había una librería donde vendían libros de viajes, una colección de libros de pueblos de la Tierra (esquimales, etc.). Me encantaba. Yo sabía que más allá de Bilbao tenía que haber algo (risas), y me gustaba pensar en los australianos, en los pigmeos... Era mi mundo mental. Yo ya de pequeño me di cuenta de que tenía que haber otra cosa, que la vida tenía que tener más sentidos. Eso es lo que me ha fascinado siempre. Entonces, cualquier persona a la que le guste la naturaleza o sueñe con los polinesios es gente como yo y le puede gustar esta novela, pero tienes que tener esa sensibilidad. 

Hablemos de tecnologías. Estamos en plena era de Internet, una gran herramienta que cada vez se está usando más para difundir bulos, desinformación... ¿Qué le diría a quienes usan las redes con ese fin?

-Y para insultar y decir groserías. Lo de la Tierra Plana, si se dice con cariño, es más llevadero. Lo que más molesta es desde el anonimato, el insulto... En pocas palabras, no las frecuento. Siempre me dicen: “¿Sabes lo que dicen de ti?”. No, no lo sé y no quiero que me lo cuentes. No quiero saber nada. A las cloacas no bajo. Prefiero la naturaleza, el aire libre... 

Se suele decir con mayor o menor acierto que todo tiempo pasado fue mejor. ¿Cree que hay valores que nos vendría bien recuperar? 

-Hombre, la evolución no nos ha fabricado para llevar el estilo de vida este que hemos creado. Yo aprecio muchas cosas de la modernidad, pero son aquellas cosas que tienen que ver con la creatividad. Es decir, por supuesto que me gustan Vivaldi y Mozart, pero me gustan a mí y les gustarían a los pintores de Altamira. 

Juan Luis Arsuaga Oskar Gonzalez

Una de las claves de su novela es esa magia, ese misticismo... ¿Cuándo empezamos a usar los mitos para explicar todo aquello para lo que no teníamos una respuesta? 

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-Esa es la gran pregunta. Desde luego, en esa época seguro. Cuándo empezó no lo sabemos, pero ellos sin duda lo hacía. La literatura oral es una literatura mitológica. Hay dos tipos de literatura, en la que pasan cosas de la vida normal -te enamoras, introspección...- y una literatura en la que pasan cosas extraordinarias. A mí me gusta que pasen cosas, y sobre todo cosas extraordinarias, y la Prehistoria es terreno abonado, porque te puedes encontrar con un mamut, un rinoceronte lanudo... Tienes la posibilidad de llevar una vida peligrosa, o por lo menos emocionante. 

Personal


Nos ha acercado la antropología de una manera didáctica durante años, contagiándonos su amor por la historia. Licenciado y doctor en Ciencias Biológicas y catedrático de Paleontología en la Universidad Complutense de Madrid, es uno de los paleontólogos más reconocidos del mundo. 


Entre sus publicaciones encontramos algunos libros bajo títulos conocidos como La vida contada por un sapiens a un neandertal; La muerte contada por un sapiens a un neandertal (ambos escritos junto a Juan José Millás); Vida, la gran historia; El collar del neandertal; Amalur, del átomo a la mente; o Nuestro cuerpo. Asimismo, fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1997. 


Al otro lado de la niebla. Hace muchos miles de años, un muchacho sin nombre al que llaman Piojo emprende su lucha por la existencia. De manera fortuita, se cruzará en su camino con los hombres-águila, entre los que encontrará a su primer amigo y a su amor verdadero. Serán precisamente la amistad traicionada y el amor perdido los que impulsen a Piojo a la mayor aventura de su vida.